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De:     I.E.S. Vistazul [SMTP:[EMAIL PROTECTED]]
Enviado el:     miércoles 7 de marzo de 2001 12:03
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Title: (MEXICO)/TESTIGO DIRECTO: CESAR GONZALEZ-CALERO

(MEXICO)/TESTIGO DIRECTO: CESAR GONZALEZ-CALERO (periódico EL MUNDO)

La loca carrera hacia la paz

El 'zapatour' eleva el espíritu de todos

los indígenas de México y pone a prueba

la resistencia de los acompañantes del subcomandante Marcos

 

El subcomandante Marcos no es Pedro el Bello, el personaje de quijada prominente que siempre le ganaba la mano al malvado Pierre Nodoyuna (que tampoco es el presidente Fox, por supuesto), pero la caravana zapatista que se contonea estos días por México se asemeja mucho a la carrera de aquellos chalados de dibujos animados.

El zapatour es un hecho sin precedentes históricos que no hubiera podido celebrarse hace apenas seis meses, cuando el PRI manejaba los resortes del poder. ¿Quién podría imaginar entonces a 24 encapuchados recorriendo 3.000 kilómetros y arengando a miles de indígenas a su paso por pueblos y caminos?

«Sólo queremos que la Constitución mexicana reconozca nuestros derechos y nuestra cultura». Esta sencilla frase pronunciada por el comandante Tacho resume el espíritu de la Marcha por la dignidad indígena, que ya ha recorrido dos IGN="JUSTIFY">Y, como en toda carrera por etapas, ya se han producido deserciones, la mayoría entre el equipo de periodistas, cuyas ojeras crecen a medida que aumenta la popularidad del enmascarado. Raúl Ortega, colaborador de la revista Proceso y considerado uno de los mejores fotógrafos del fenómeno zapatista, expresa un sentimiento unánime: «Yo quería cerrar un ciclo de fotografías sobre los zapatistas, pero de la forma en que está organizada la marcha me está resultando realmente difícil».

Madrugadores como sólo son los indígenas, ha habido días que el convoy ha partido a las cinco de la mañana. «El tiempo indígena», comenta un periodista mexicano. Los desayunos han desaparecido de la dieta de los acompañantes y de los periodistas, y la torta (bocadillo) de pan con «cualquier cosa» es el menú más socorrido.

Aunque a veces la solidaridad de los miles de simpatizantes que reciben a Marcos como a un salvador de almas compensa las horas en ayunas. En Orizaba (Veracruz), los campesinos repartían paquetes de arroz y frijoles, naranjas y los primeros mangos del año. «Nosotros somos pobres pero lo que ustedes están haciendo nos llega al corazón», le comenta una mujer indígena a un acompañante greñudo que lleva una camiseta donde se puede leer el calendario del zapatour como si se tratara de la gira de los Rolling Stones.

«¿Ya comieron?», pregunta un hombre a un grupo de periodistas extranjeros. «Esto es para ustedes», dice con la humildad de los que sólo tienen el aire que respiran. A golpe de rueda, avanza la dignidad indígena.

 

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