Mestizos 
Ricardo Paz Ballivián* 

El jueves 20 de julio a las 19.00, en instalaciones del Programa de
Maestrías para el Desarrollo de la Universidad Católica, se presentó la
versión 2006 de la “Auditoría de la Democracia en Bolivia” que realiza
bianualmente el profesor Mitchell A. Seligson, en el marco del proyecto
LAPOP de la Universidad de Vanderbilt. 

En el informe, que contiene muchos, variados e interesantes tópicos, se
visibiliza con especial énfasis un asunto de cardinal importancia para las
bolivianas y bolivianos y que ha permanecido encubierto por un mar de
desinformación en los últimos años. 

Resalta que ante la pregunta: ¿Ud. se considera una persona de raza blanca,
chola, mestiza, indígena, negra u originario?, el 65% de los entrevistados
respondió que mestizo o cholo, el 11% blanco y sólo el 19% dijo que se
consideraba indígena u originario.

Recordemos que el Censo Nacional de Población y Vivienda del año 2001 había
concluido, basado en una malhadada pregunta que eliminaba la opción de
mestizo o cholo como respuesta, que el 62% de las bolivianas y bolivianos
nos considerábamos indígenas. Esta media verdad se repitió tanto que todos
terminamos por creerla. Hasta el premio Nobel, Joseph Stiglitz, hace sólo un
mes afirmaba en “The Edge Financial Daily” que el 62% de los bolivianos nos
reclamamos indígenas y el 30% mestizos.

El informe Seligson pone las cosas en su lugar. La muestra de la encuesta es
por demás representativa, ya que incluye al universo rural disperso, y fue
realizada con profesionalismo y solvencia por la reconocida “Encuestas y
Estudios” de Luis Alberto Quiroga. En Bolivia la inmensa mayoría nos
sentimos mestizos o cholos, como ya lo había anticipado una encuesta del INE
posterior al Censo.

Y esto no podría ser de otra manera. El proceso de mestizaje lleva casi 500
años por estas tierras y ha tenido hitos fundamentales de profundización
como la creación de la República hace 181 años y la Revolución Nacional hace
54. Bolivia es una construcción constante que amalgama razas, culturas,
lenguas, filosofías, en un producto notable de síntesis positiva que es el
mestizo.

En el mismo estudio del profesor Seligson descubrimos que el proceso de
mezcla racial, cultural y social se expresa en datos incuestionables y
contundentes: el 72% de las bolivianas y bolivianos manifiestan que el
castellano es su idioma materno, mientras que sólo el 15% afirma que es el
quechua y el 11% que es el aymara. 

Sin duda alguna que en los últimos años, como también lo hace notar el
estudio, hay una evidente reivindicación de lo indígena en Bolivia, que es
perfectamente explicable por un efecto de reacción ante la apabullante
ofensiva de la globalización, pero de allí a concluir que Bolivia es un país
predominantemente indígena y no mestizo es, por decir lo menos, un
despropósito conceptual.

La Asamblea Constituyente, pronta a ser inaugurada en Sucre, tiene entre sus
más importantes desafíos enfrentar las pulsiones particularistas y las
utopías arcaicas y, por ende, cristalizar en el texto constitucional lo que
en la realidad es un hecho: el mestizo es el alma nacional. 

*Ricardo Paz Ballivián
es sociólogo y constitucionalista.

 



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