Un artículo interesante aparecido en Bolpress sobre la problemática del 
quechua en Bolivia.
Kanichus mana kanichus    Hernán Mena Bustillos*


   
  ¿Un título en quechua? ¿Y porqué no? En tiempos de interculturalidad parece 
posible. Además, por favor, un título de prestigio, pues se trata nada menos 
que de una de las frases mas célebres del teatro universal, el  famoso «To be 
or not to be » de Shakespeare, o como la traduciría en una paráfrasis sublime 
el gran escritor brasileño Oswaldo de Andrade : «Tupí or not Tupí : that is the 
question».  Por cierto, muchas de las ideas que aparecen en el Manifiesto 
Antropofágico son de una gran actualidad para nosotros los bolivianos. 
Examinemos la primera de todas : la importancia del indio en la vida nacional. 
Si la cuestión es fundamental para el Brasil, en Bolivia, donde el indio 
constituye la inmensa mayoría del pueblo, es simplemente existencial. Por 
seguro, hay muchos, muchísimos, que ya sea por tener algunas moléculas de 
sangre hispánica, o dominar el castellano, o haberse asegurado mal que mal una 
posición en la sociedad, o simplemente por el horror que inspira la
 condición indígena, prefieren gambetear el asunto. Poco importa, no son ellos 
el tema que nos ocupa. Se trata de examinar el problema en su dimensión 
trascendental, de comprender el drama personal y colectivo que viven aquellos 
que se encuentran en primera fila de combate y tienen que afrontar y resolver 
los grandes cambios históricos. Hamlet no es un pinche cualquiera, es un 
príncipe, y para sentir su angustia se necesitan tripas y una mente alerta. 
   
  El problema indio irrumpe masivamente en el tablero político nacional y en el 
escenario estratégico continental gracias al octubre heroico de los aymaras. 
Son ellos los que con su sacrifio han abierto las puertas de la historia al 
destino runa. Prematuramente sin duda, la confusión actual lo prueba. Sin 
embargo, ahora las cosas son claras : el indio quiere abandonar el rol de 
espectador y aspira a convertirse en el actor de su propia historia. Pasar de 
objeto a sujeto histórico no es fácil, se precisa tomar decisiones de largo 
alcance que van mas allá de la propia vida, es vivir y sufrir, generalmente sin 
querer, un drama profundamente shakespiriano. ¿Y no es acaso el famoso monólogo 
de Hamlet el que mejor refleja la duda entre la acción y la inacción, el dilema 
entre la realidad y el sueño, entre el deber y el peligro? Es verdad, en el 
caso de Hamlet, se trata de analizar una decisión personal sobre una cuestión 
también estrictamente personal : ¿debe matar o no a su
 padrastro?  Pero, en el terreno político, ¿acaso las decisiones a tomar sobre 
una multitud de interrogantes no exigen también de la parte de cada uno de 
nosotros un esfuerzo mental y moral que muchas veces se presenta como una 
disyuntiva hamletiana? En la materia que nos interesa : ¿el indio debe o no 
matar a la madrastra, es decir, a la República que le ha tratado y maltratado 
como a un esclavo durante tanto tiempo y a través del crimen purificador tomar 
revancha sobre la Conquista? Seguro, tiene derecho y quizás la obligación. 
Sumido en un mar de incertidumbres, sin una perspectiva clara sobre el futuro, 
se ve que le faltan las fuerzas, la voluntad y la unidad en la acción.  En el 
fondo, quizás sea mejor así. ¿ Porqué y para qué llenarnos la cabeza con 
escenarios de muertes y destrucciones, cuando sabemos de memoria, porque los 
ejemplos son innumerables, que todas las guerras son inútiles, y en particular 
las guerras civiles?  Nos hace falta un Hamlet pacífico cuyas
 cavilaciones se alimenten de arte, de poesía, de ciencia y literatura, de 
historia y política, de comercio e industria . Y de lingüística, cuya urgencia 
la veremos más adelante. Por el momento, ataquemos el monólogo, pues sería 
triste y vergonzoso quedarse plantados en medio del primer verso.
   
   
  JAMLET, III, 1
   
  Kanichus mana kanichus : chay ch’ipa phaskay atiymanchus ?
  Ichás aswan chaniyojchu yuyaykipi aysaj kanman
  Millaypachaj wach’ij k’irin, ch’aqajrumi q’oyun ?
  Astawanchus-rí, qan, imaymana jark’achikuspa,
  Q’ajchaj waraq’aykiwan llinphu phatachiy atiwaj ?
  Wañuy, puñuy. Manapuni !  Ichás puñuykipi
  May jatun sonqophutiy, kausay’ soq’onpis kacharpariwaj,
  Qhenchapacha umanninchispi sat’irpás saqerqa ?
  Manachayri-í munanakunapaj chayta kunan kanman ?  Wañuy, puñuy.
  Puñuypiraj… mosqhochakuymanpis. Chaytamin aswan llasa !
  Kaypachajnin unkun wijch’upurasqaña,
  Imatarajtaj chay aran mosqho chayachimuwanchisman
  Kausayninchismanta q’espichisqaña lliw sonqokhuyanalla kanman (…)
  Jina-á yuyanchis-qa q’alitu llanjllachiwanchis,
  Ajina-arí, chhapu-chhapusqa lullankuwan 
  Ñaupaj k’ajanchis kallpa llanthucharin,
  Maysumaj willka-, k’anchakamayoj ruwasqanchis sayachisunchisman,
  Chaywan unphuchisqaña uranta wijch’ukurparin.
  Llallij unanchaninpis yanqhasqallaña t’ojyarin.
   
  Traducido al castellano, más o menos dice así :
  (El texto quechua, tratándose de una reflexión en voz alta, nos parece más 
rico y más intelectual, menos declamatorio. El verso final se aleja un poco del 
original, nos hacía falta un verso percutante para terminar el monólogo.) 
   
  Soy o no soy : ¿podré desentrañar ese enigma?
  ¿Será posible que tu espíritu prefiera soportar las heridas
  Y las trazas que te infligen las flechas y las pedradas de un cruel destino?
  ¿No sería mejor que tú, dispuesto a combatir hasta el fin,
  Pudieras con tu valerosa honda reventar todos los obstáculos?
  Morir, dormir. Ya no más. ¿Piensas quizás que con tus sueños 
  Podrás ahuyentar las grandes penas y los golpes terribles
  Que el maldito sino sembró en nuestras conciencias?
  Después de todo, quién sabe si hoy no sería lo más deseable.
  Morir, dormir. Y soñar en medio del ensueño.  ¡Eso es lo peor!
  Despojados ya de los atuendos del mundo
  Cuanto tormento pudiera depararnos el delirio,
  sería bálsamo para los que están libres de toda realidad.
  Es ciertamente así que la imaginación debilita nuestros ánimos.
  Sus mentiras entremezcladas de penumbra
  Emsombrecen nuestra antigua y crepitante energía,
  Y cuán sagradas y luminosas fuesen las obras por nosotros levantadas,
  Empañadas por su hálito caen por tierra con estrépito.
  Tanto que hasta la proclama de la victoria suena desvanecida.
   
  El texto original ha sido tomado de Wikipedia. A manera de ilustración 
también ponemos la excelente versión alemana de Schlegel, igualmente en 
Wikipedia; le falta la estrofa final, y las dos últimas líneas son una 
extrapolación de versos posteriores, pues, como es sabido, hay diversas 
versiones del monólogo, mas o menos largas según el público al que se dirige. 
   
  HAMLET 
   
              To be, or not to be: that is the question:
 Whether 'tis nobler in the mind to suffer
 The slings and arrows of outrageous fortune,
 Or to take arms against a sea of troubles,
 And by opposing end them? To die: to sleep;
 No more; and by a sleep to say we end
 The heart-ache and the thousand natural shocks
 That flesh is heir to, 'tis a consummation
 Devoutly to be wish'd. To die, to sleep;
 To sleep: perchance to dream: ay, there's the rub;
 For in that sleep of death what dreams may come
 When we have shuffled off this mortal coil,
 Must give us pause (…)
Thus conscience does make cowards of us all; 
And thus the native hue of resolution
Is sicklied o'er with the pale cast of thought,
And enterprises of great pith and moment
With this regard their currents turn awry,
And lose the name of action.
  
  Schlegel   
  Sein oder Nichtsein, das ist hier die Frage:
  Ob's edler im Gemüt, die Pfeil’ und Schleudern
  Des wütenden Geschicks erdulden, oder,
  Sich waffnend gegen eine See von Plagen,
  Durch Widerstand sie enden. Sterben – schlafen –
  Nichts weiter! – und zu wissen, dass ein Schlaf
  Das Herzweh und die tausend Stöße endet,
  Die unsers Fleisches Erbteil – ’s ist ein Ziel  Aufs innigste zu wünschen. 
Sterben – schlafen –
  Schlafen! Vielleicht auch träumen! – Ja, da liegt's
  Was in dem Schlaf für Träume kommen mögen
  Wenn wir den Drang des Ird'schen abgeschüttelt,
  Das zwingt uns stillzustehn. Das ist die Rücksicht,
  Die Elend lässt zu hohen Jahren kommen.
   
   
  Dijimos que el runa debía ocuparse de manera urgente de materia lingüística. 
No sólo porque su lengua está en peligro a causa de la invasión del castellano, 
lo que finalmente es común a todas las lenguas pequeñas en todo el mundo, sino 
y sobre todo porque los asesinos están a la obra en las altas esferas del 
gobierno. La acusación es grave frente a un régimen que pretende justamente 
defender lo que llama la causa de los pueblos originarios para evitar de 
pronunciar la palabra indios que parece envenenarle la saliva.
   
  Curiosamente – por no decir estúpidamente – cree que la mejor manera de 
hacerlo es tribalizando a la gente. La idea o el proyecto de las Autonomías 
Indígenas es un puro fraude : moral, social e intelectual. Moralmente porque de 
manera deliberada crea falsas ilusiones en poblaciones inermes frente a una 
sociedad global infinitamente superior en talla y en organización. Socialmente, 
porque son estructuras inviables, impracticables, destinadas a enzarzarse en 
querellas internas y externas interminables, por el poder, el territorio, las 
ideologías o los beneficios de los recursos naturales.  Intelectualmente, 
porque en el mejor de los casos es una nueva versión de las reservas 
americanas, y en el peor, la  vertiente telúrica del Apartheid de siniestra 
memoria. Recordemos que Apartheid significa en buen romance « cada uno en su 
rincón» (Heid es la variante africaaner del Heimat alemán, equivalente de los 
penates latinos)  y que fue la tentativa más violenta de
 institucionalizar el racismo y el colonialismo. En breve, hacer creer a los 
Runakuna que gracias a la bantustanización generalizada podrán conservar su 
cultura, su lengua, su modo de vida y sus tradiciones, es una mentira colosal 
que ofende el cielo, la historia y la razón humana. Lo que no les dice es que 
en el ajedrez político las Autonomías Indígenas fueron concebidas como la 
movida maestra capaz de crear una posición dominante luego de un cambio de 
piezas notoriamente desiguales : Autonomía Departamental contra Asamblea. Desde 
el comienzo, todos sabíamos que la Autonomía Camba era una manera de disfrazar 
el chantaje a la secesión, un artificio para legalizar y perennizar el crimen 
de la apropiación fraudulenta de las tierras del Oriente (dicho de paso, 
realizada con la complicidad y el beneplácito de la clase dirigente del 
Occidente) y el camino más seguro para echar mano sobre las riquezas del Chaco. 
En cambio, la Asamblea Constituyente era la esperanza difusa,
 plebeya y romántica, de crear un país nuevo y justo gracias a unos cuantos 
papeles ; la obcena ilusión de creer que para franquear las puertas del paraíso 
era suficiente presentarse en procesión folclórica ; el intento loco de 
levantar un techo jurídico sobre pilares enclenques y disparatados.
   
  En el curso del juego se vió claramente que al MAS le salió el tiro por la 
culata. Las Autonomías Indígenas han desembocado en un callejón sin salida, y 
la Asamblea Constituyente se ha convertido en un taller de retórica donde se 
repiten hasta el cansancio las más delirantes piezas del teatro del absurdo.  
La adopción de una Constituyente equilibrada, coherente, moderna, apropiada a 
los cambios sociales y económicos que el pueblo exige, parece imposible. 
Simplemente, porque de entrada – por precipitación culpable y exceso de 
optimismo - se concedió a los oligarcas la minoría de blocaje y quizás porque 
intrínsecamente el MAS no estaba y no está a la altura de los acontecimientos. 
La prueba : ha caído como un pajarito en las trampas de la educación, la 
universidad, las minas, los dos tercios, y ahora la Capitalidad. 
   
  Está claro : con la plata salida del gas, del estipendio de las 
transnacionales y del bolsillo de los oligarcas, que consideran el asunto como 
una excelente inversión, las Autonomías Departamentales han creado una dinámica 
de conspiración que se ha difundido a todos los sectores interesados en 
mantener al indio bajo el yugo colonial. La antigua y moribunda oligarquía 
chuqui y la nueva salida del Oriente se dan la mano con el mismo y único 
objetivo : ahogar en sus primeras manifestaciones la emergencia de una fuerza 
runa, la sola capaz de transformar el país. La Santa Alianza de los gamonales, 
los intereses petroleros y mineros, la clerigalla chupamedias aferrada a sus 
privilegios y la cohorte de sirvientes de todo pelaje (donde los notables de 
campanario hacen dulce compadrerío con trotzkistas, COBistas y toda suerte de 
oportunistas… como en la época de Villarroel) erosiona un poder que no tiene – 
nunca tuvo - un norte claro y cuyo horizonte se limita a improvisaciones
 chapuceras.
   
  Para comprender el mecanismo mental de la política impudente e imprudente del 
MAS, tomemos el caso de la lengua quechua, la lengua india más importante del 
país y de todo el hemisferio, la lengua de uno de los  imperios más grandes de 
la historia. No es poca cosa. Hay millares de textos y documentos de toda 
naturaleza escritos en quechua : gramáticas, narraciones, cuentos, poesías, 
centenares de piezas de teatro y una Biblia que es un verdadero monumento, 
fruto del esfuerzo de centenares de lingüistas de primer plano. En fin, el 
quechua es más que una biblioteca : es la historia, la memoria y la esperanza 
de un pueblo gigante. Su primera gramática data de mediados del siglo XVI (1560 
exactamente, año de la publicación de la gramática de Santo Tomás ), es decir, 
tenía más de dos siglos de avance sobre muchas lenguas europeas, incluyendo 
todas las lenguas eslavas y nórdicas, y muy superior, por lo menos en materia 
de unificación y extensión territorial, a todas las lenguas
 occidentales. Y, sin embargo, esa lengua extraordinaria ahora está en grave 
peligro de muerte, se encuentra en coma cultural profundo, en paro cardíaco de 
triste presagio. 
   
  Cuando lo pienso me hierve la sangre : Evo Morales, días antes de asumir el 
mando de la nación – jurídicamente entra en la figura de usurpación de 
funciones - ya estaba en Cuba firmando acuerdos destinados a lanzar una enorme 
campaña de alfabetización. El hombre que días más tarde sin el menor escrúpulo 
se hiciera coronar en Tiwanaku con los fastos de un emperador inca, ¿ pensaba 
en aquellos momentos en una gigantesca y heroica campaña de recuperación 
cultural en quechua, aymara y guaraní? ¡No señor ! El primer presidente indio 
quería que todo su pueblo hablara y escribiera en español. Más que de 
decepción, habría que hablar de traición. Meses más tarde con mis propios ojos 
lo he visto a la televisión afirmar que los españoles cortaban las manos de 
quienes se atrevían a escribir en español, y de esta acusación difamatoria 
sacaba la conclusión torcida que hablar y escribir en español era un acto 
revolucionario, un acto de liberación cultural, de descolonización como se
 estila decir. En nuestros días, muchos intelectuales africanos del área 
francófona - es casi una moda, un consuelo disfrazado de arrogancia - afirman 
sin ruborizarse que la lengua francesa fue una gema abandonada por la metrópoli 
entre los escombros de la descolonización. Naturalmente, ahora ellos se 
consideran los artífices y los beneficiarios de ese fabuloso tesoro dejado por 
descuido.  Evo Morales, el indio que ha sufrido en su alma y en su cuero la 
dicriminación social, racial y lingüística, paradójicamente se inscribe en esa 
concepción del idioma propia de los burócratas africanos que se burlan de sus 
pares que se quedaron en la sabana prisioneros de la lengua tribal.
   
  Sería un error dejarse llevar por el gusto de las frases bien asestadas y 
olvidarse de lo principal. En substancia : ¿ dónde esta el cuerpo del delito, 
cuáles son los hechos precisos capaces de fundamentar un ataque frontal en 
materia lingüística ? A mi juicio, son dos : primero el trivocalismo y luego 
una mala comprensión del problema del idioma, tanto en sus aspectos histórico, 
cultural y político. De manera general : prácticamente en todos los movimientos 
de liberación nacional la lengua ha estado al centro del combate de los pueblos 
oprimidos. La historia así está hecha que los pueblos y los estados se 
construyen alrededor de los idiomas. La lengua es el hueso, el nervio, el 
cerebro de las naciones ; los hombres apenas son el músculo y la sangre que las 
vivifican. Ya lo sé, son frases simplistas buenas para escuela primaria, pero 
eso no quita la verdad esencial : un pueblo no puede, no quiere y no debe 
renunciar a su lengua. ¿A nombre de qué, o de quién? Sobre todo
 cuando se sabe que todos aquellos que lo han hecho lo único que han ganado es 
su propia desaparición. ¿Es eso lo que buscamos? ¿Es eso lo que se pretende 
imponernos? La política masista de alfabetización masiva en español,  si bien 
produce réditos políticos inmediatos entre las capas marginales de las 
poblaciones urbanas, a largo plazo es un error mayúsculo que el pueblo runa no 
perdonará.
   
    El asunto del trivocalismo es una cuestión técnica de alcances teóricos, 
prácticos y políticos enormes. ¿ El quechua tiene 5 o 3 vocales ? La respuesta 
está dada por millones de personas y por millares de autores, indios y no 
indios, que siempre han utilizado 5 vocales, en textos que van desde los 
primeros años de la Conquista hasta nuestros días. Frente a esa inmensa masa de 
evidencias que valen tanto y más que un referéndum repartido durante siglos, ¿ 
cómo es posible que unos cuantos sinvergüenzas escudados en una logomaquia 
seudocientífica quieran imponer una lengua cercenada de dos vocales, creando 
así un enorme vacío lexical y una increíble confusión en la percepción, 
transcripción, asimilación y organización del idioma? Es una broma digna de un 
proceso penal. Curiosamente, alevosamente, ésa es la política oficial del  
nuevo régimen. Y todas las universidades, institutos, estudiantes y casas 
editoriales se someten y tienen que someterse a esa gratuita, estúpida y 
 degenerada política de falsificación de los hechos lingüísticos. Ya comenzamos 
a acostumbrarnos , para eliminar un problema real e importante la solución del 
MAS es muy simple : votar a escondidas y por mayoría simple la más idiota 
inspiración del momento. La masa de paniaguados a su servicio levantará la mano 
como si estuvieran repartiendo doblones de oro. Y todo quedará resuelto en un 
abrir y cerrar de ojos.  Mal que les pese, ahí está el pueblo que los observa y 
que no anda chupándose los dedos. Por mi parte, tengo una fe inquebrantable en 
el destino y en las fuerzas espirituales del pueblo runa, que no por nada supo 
crear un imperio y una civilización admirables, un pueblo enérgico que en el 
debido momento sabrá pedir cuentas a los impostores.
  * Lingüista y economista.
   
  
       
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