Waldir, 

Introducción. Si a Carabaya le pasan todo tipo de cosas, que leo en atención
en la lista Carabaya, es por motivos históricos que aúnan motivos sociales,
económicos, ideológicos, etc. Esto lo sabes, lo aceptas, lo afirmas. 

Plantear la situación del quechua o del aimara en un marco de liberalismo y
de utilitarismo (¿qué tan útiles son estas lenguas y/o su escritura?) es una
total inmoralidad y desfachatez. Lo digo así de claro y alto. Estas lenguas
y sus hablantes no se encuentran en la situación actual por una decisión
libre e informada de sus hablantes. No. Nada más lejos de la realidad. La
situación de minorización de ambas lenguas y de sustitución lingüística, los
hablantes no trasmiten la lengua a los hijos, obedece a siglos de odio,
racismo, despreció, minorización, postergación, etc. Es una simple cuestión
de poder y de ideología. 

Si formamos a  la gente sobre sus derechos y lo podemos hacer con los mismos
medios y la misma intensidad y el mismo tiempo que el (Racista, Limeño,
Costeño, Criollo) Estado Peruano ha usado para promover únicamente el
castellano en Perú tendremos, sólo entonces, ciudadanos que podrán decidir
libremente si se suicidan lingüísticamente y culturalmente.  Y en libertad e
igualdad nadie se suicida en ser lo que es, en dejar de ser lo que heredó.
No una comunidad humana de millones de personas como son los hablantes de
quechua, la “nación quechua”. 

Debe existir, EN PLENITUD E IGUALDAD, el derecho a ser quechua a vivir en
quechua y tener un pasaporte, en quechua además de en castellano y de otras
lenguas que estipule Unasur, etc., en Perú. Si esto no es posible Perú
continuará siendo una mentira. 

Waldir, ambos sabemos que una lengua no se salva por ser hablada en cuatro
aldeas pobres y aisladas por un puñado de niños condenados a emigrar. El día
que vuelva, este mismo año, a Cusco y toda la ciudad lata en quechua y su
vida económica, educativa y social se debata en esta lengua, habrá futuro
para el quechua. Y habrá futuro para el quechua el día que vea lo mismo en
Puno, en Ayacucho e incluso en los conos de Lima. El resto Waldir son
elucubraciones de alguien que después de leer centenares de e-mails suyos,
no tiene la normalización social del quechua o del aimara en sus zonas
propias y en todo Perú como una prioridad personal, económica, social… de
ningún tipo. Y sin esta sensibilidad es obvio que el tema se plantea en el
campo falso del liberalismo y el utilitarismo. 

Waldir no se trata de “desaparecer” a nadie pero se debe denunciar al
castellanismo del Estado Peruano. Y se debe formar a la gente sobre sus
derechos lingüísticos y culturales que van mucho más allá y especialmente
para los millones de quechuas que enseñarles cuatro cositas en quechua. Se
trata de poder vivir en quechua en Perú. Vivir en todo y para todo igual
como millones de peruanos lo hacen en castellano. 

Cordialmente, 

Joan Moles



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