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Subject: Marcos to the Yoreme people in Punta de Laguna,Sonora,Oct 27
Date: Sun, 29 Oct 2006 05:48:14 +0100

Palabras del Delegado Zero con el pueblo yoreme, mayo, en Punta de la
Laguna, San Ignacio de Cohuirimpo.
Sonora
27 de octubre del 2006
http://enlacezapatista.ezln.org.mx/la-otra-campana/536/

Compa~eros, compa~eras: buenas tardes.

Queremos agradecer al cuerpo de ancianos, a las autoridades tradicionales y
a los jefes guerreros del pueblo yoreme mayo, a los hombres y mujeres de
este pueblo, que nos hayan recibido.

Traemos un saludo de nuestros jefes y jefas, que son las comunidades
indi'genas de rai'z maya de las monta~as del sureste mexicano en Chiapas.

Y traemos esta historia que les queremos contar que es una leyenda. Una
leyenda es una parte que es historia y una parte que es inventada. No
sabemos que' parte es la que es verdad y cua'l es la que es inventada.

Deci'an nuestros antiguos, nuestros ancianos los ma's primeros que llegaron a
nuestras tierras, que cuando nacio' el mundo, los dioses dieron una forma de
organizar a nuestros pueblos. Porque antes de que llegara el yori aca', el
agua era para beber y daba vida, los a'rboles creci'an, la tierra daba frutos
y nada se compraba ni se vendi'a, ni mucho menos los hombres y mujeres.

Y dice que dieron a organizarse y encargar a alguien que llevara el buen
gobierno. El buen gobierno -dicen nuestros antiguos- es el que obedece al
pueblo, no el que lo manda. Y que para que los pueblos supieran a quien
teni'an que mandar, le dieron en la vara de mando o el basto'n de mando para
se~alarlo. Asi' el pueblo sabi'a quie'n era que debi'a obedecer, a quie'n habi'a
que darle orden y quie'n teni'a el cargo de cumplir la voluntad de los
pueblos.

Asi' paso', asi' nacio' la vara de mando en los pueblos indios: no para mandar,
sino para obedecer. Y era para que cada pueblo supiera a quie'n teni'a que
darle orden. Pero tambie'n dijeron, estos dioses que hacen el mundo, que no
podi'a ser una orden individual. Que la u'nica forma de hacer que el que
tuviera el basto'n de mando o la vara de mando obedeciera, era que el pueblo
se juntara, hiciera de todas las voces una sola voz y en colectivo dijera su
voluntad. Y aquel que llevaba el basto'n de mando teni'a que cumplirla.

Eso era antes de que llegara el yori, el rico, a conquistar estas tierras.

Cuentan tambie'n una historia: que entre esos dioses se les olvidaba mucho lo
que haci'an o no eran capaces de ver muy lejos, a excepcio'n de uno: el dios
guerrero, que era el que teni'a la capacidad de ver lo que iba a pasar
despue's.

Y cuentan que ese dios guerrero era el encargado de cuidar al sol, que era
el que daba la vida a estas tierras. Y que para poder hacerlo se hizo
venado. Y que miraba cuando el sol se guardaba en las sa'banas de las
aguas -en el mar frente al pueblo yoreme- y corri'a despue's de beber en el
Ri'o Mayo, corri'a hasta las monta~as del sureste mexicano al Ri'o Jatate', y
bajo la ceiba -el a'rbol madre- volvi'a a ver, a beber el agua, y a ver que el
sol volviera a salir cabal, completo.

Y cada di'a y cada noche, el dios guerrero, el venado, iba de un lado a otro,
desde el pueblo yoreme hasta el pueblo maya para ir a cuidar cuando el sol
se acostaba y cuando se levantaba. Cada vez que iba caminando y caminando,
cada vez va marcando ma's su trilla, su camino, y se va haciendo cada vez ma's
hondo.

Los dema's dioses se burlaron, le dijeron que cada vez que iba y veni'a, iba
haciendo cada vez ma's hondo y que se iba enterrando. Y el dios guerrero, el
venado, dijo: "no me estoy enterrando, estoy brotando". Y nadie entendio' que'
era lo que pasaba.

Despue's llego' el yori, el rico, y volteo' nuestro mundo. Hizo que el que
tuviera el basto'n de mando -el gobierno- se convirtiera en un mal gobierno.
Y empezara' a mandar. Y obligo' a los pueblos, a todos los pueblos indios de
nuestro pai's que es Me'xico a obedecer. Pero antes no era asi'.

Y ese rico empezo' a servir, ese mal gobierno empezo' a servir al que tiene
mucho y a hacerle da~o y a lastimar a los pueblos indios de este pai's y a
sus gentes, a sus hombres y mujeres.

Vieron los dioses que estaba saliendo mal el asunto y deci'an: " ?que' es lo
que esta' pasando?, que no sabemos que' pasa,  ?por que' estos pueblos aceptan
que alguien de fuera los mande?".

Y entonces no supieron que' hacer y se reunieron hace muchos a~os los pueblos
indios de Me'xico, y sacaron el acuerdo de que no habi'an estado cabal, que
algo les faltaba en el cuerpo, en el corazo'n, en la sangre.

Y encargaron a uno de los pueblos indios de la costa del Paci'fico, que
buscara remedio. Empezaron a ver co'mo le iban a hacer, y vieron que se
necesitaban: la dignidad, el respeto a uno mismo, el respeto a la raza y el
respeto al diferente.

Y acordaron que habi'a que juntar esa sangre y repartirla lo ma's que se
pudiera, para que se levantara el yoreme, el maya, el pure'pecha, el huichol,
el tarahumara, el raramuri, el o'odham, el comca'ac, el pima, para volver a
exigir su derecho.

Y salio' una flecha de territorio del Paci'fico de los pueblos indios e hirio'
al sol cuando ma's cansado estaba, cuando ya habi'a caminado todo el di'a y
estaba por acostarse, y lo hirio' en un costado, en el sol, y empezo' a
sangrar.

Esa sangre se junto' en una gran nube, que luego fue exprimida, apretada
sobre el territorio, las monta~as de todo el pai's en Me'xico, y empezo' a
salpicar sangre -dignidad se llamaba-, empezo' a salpicar sangre entre toda
la gente de abajo. Pero no a todos les alcanzo': so'lo algunos hombres y
mujeres alcanzaron a pintarse con esa sangre de dignidad. Y por eso sabemos
bien -ustedes y nosotros- que hay yoreme que tiene el corazo'n de yori, y hay
yoris que tienen el corazo'n de yoreme.

E'sos que se quieren rebelar, e'sos que tienen dignidad, son los que fueron
manchados por esa sangre.

Llego' el momento. Dicen nuestros mas antiguos, nuestros ma's viejos, que si
el yori volteo' el mundo de cabeza y puso al que trabaja abajo, y al holgaza'n
arriba -enriquecie'ndose-, que tenemos que voltear el mundo otra vez, para
que quede cabal. Y que queden arriba los pueblos y abajo los gobiernos. Que
queden arriba los que manden y abajo los que obedezcan. Y entonces el jefe
guerrero, el jefe venado, no se hundira' en el tierra, sino que empezara' a
emerger porque el mundo se volteo' otra vez.

Eso es lo que nos cuentan y ese el mensaje que traemos nosotros.

Llego' el momento en que el mensajero, el gran mensajero que nosotros
reconocemos, que es el Congreso Nacional Indi'gena -que tiene la sangre de
todos los 62 pueblos que pueblan este pai's- nos una y nos ayude a unir otra
vez el Ri'o Mayo con el Ri'o Jatate', la ceiba con la Isla del Tiburo'n del
comca'ac, con la monta~a desnuda de a'rboles, la pura roca del o'odham, con
la monta~a del pima, con el ri'o del yaqui. Y podamos juntos levantarnos,
voltear el mundo de cabeza y que se caigan de una vez, con ese movimiento,
los que esta'n alla' arriba.

Dicen nuestros antiguos, nuestros ancianos, que cada vez que hay un cambio
en el mundo desaparece una raza y que, hasta ahora, siempre desaparecen las
razas de los pueblos indios. Dicen que en esta vez, la raza que tiene que
desaparecer es la de los poli'ticos y la de los ricos, para que podamos vivir
nosotros.

En esos primeros mensajeros que hubo, que uni'an al pueblo yoreme con el
pueblo maya, dejaban sus se~ales. Y esas se~ales esta'n desapareciendo. Esta'
muriendo el Ri'o Mayo, esta' muriendo el ri'o yaqui, la Isla del Tiburo'n quiere
ser convertida en mercanci'a, la roca desnuda de los o'odham quiere ser
vendida, la ceiba maya quiere ser asesinada.

Si eso desaparece, si esas se~ales que tenemos para caminarnos desaparecen,
andaremos el resto de nuestra vida perdidos como si estuvie'ramos muertos,
aunque hablemos, comamos, caminamos y durmamos.

Lo que estamos pidiendo pues, como zapatistas, como indi'genas guerreros
mayas al yoreme, es que nos unamos en el Congreso Nacional Indi'gena. Que
juntos nos organicemos y volvamos a recuperar la tierra, que sera' recuperar
la vida. La tierra del yoreme tiene que ser mandada por el yoreme, por nadie
ma's. El fruto y la riqueza que tiene, debe ser para el pueblo yoreme, para
nadie ma's. Es la u'ltima oportunidad que tenemos para salvar esta tierra, si
no la defendemos morira' todo lo que ahora vemos, lo que tuvieron nuestros
antepasados y lo que debieran tener nuestros hijos.

Ese es el mensaje que traemos compa~eros y compa~eras. Gracias.


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