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?iso-8859-1?Q?Jornada_/_Magdalena_Go'mez,_Violated_Justice,May_08?Date: Tue, 8 
May 2007 19:05:37 +0200

La Jornada, martes 8 de mayo de 2007
Magdalena Go'mez

Justicia violada

La sentencia a 67 a~os de prisio'n contra Ignacio del Valle, Felipe Alvarez y
He'ctor Galindo, li'deres del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra
(FPDT), nos muestra de manera fehaciente la criminalizacio'n de la protesta
social. En otros pai'ses, como Argentina, e incluso en el foro de abogados en
Estados Unidos, se ha planteado de manera consistente que las diversas
formas de lucha social constituyen tambie'n alcances de las libertades de
expresio'n y de organizacio'n.

Ninguna de estas dimensiones esta' considerada en el horizonte judicial de
nuestro pai's, sencillamente porque se practica la desviacio'n de poder; esto
es, el uso de los aparatos del Estado para perseguir a los movimientos de
oposicio'n y a sus li'deres. Sin embargo, no esta' dicha la u'ltima palabra, ni
juri'dica ni poli'ticamente.

Otro caso de contraste nos ejemplifica la realidad de la procuracio'n de
justicia, cuyas deficiencias son cotidianas, pero cuando aparecen de manera
fehaciente intereses poli'ticos, el absurdo y lo inimaginable se hacen
presentes.

Me refiero al desenlace de la investigacio'n sobre la muerte de do~a
Ernestina Ascensio'n. Me interesa insistir en sus implicaciones, pero tambie'n
dejar planteadas interrogantes que guardan relacio'n con el hecho de que se
trate de una anciana indi'gena de la comunidad de Tetlacingo, municipio de
Soledad Atzompa, en la regio'n de Zongolica, Veracruz.

Fue de dominio pu'blico que las investigaciones de la Procuraduri'a General de
Justicia del Estado de Veracruz apuntaban hacia la violacio'n de la se~ora
Ascensio'n por miembros del Eje'rcito, las cuales se basaban en el testimonio
de sus familiares respecto al sentido e interpretacio'n de las u'ltimas
palabras que pronuncio'. Pero no so'lo eso: tambie'n existi'an informes me'dicos
y dicta'menes periciales en el mismo sentido.

Como bien sabemos, intervino la Comisio'n Nacional de los Derechos Humanos
(CNDH), la cual alegando dicta'menes contrarios nego' catego'ricamente la
hipo'tesis de la violacio'n y sostuvo la de enfermedad, filtrando tales
consideraciones al Ejecutivo federal, quien se apresto' a dar la "primicia".

Se presentaba asi' un ambiente de abierta confrontacio'n por lo que el "se~or
gobernador" entro' en escena para aplicar un "control de da~os". Por
principio declaro' que ningu'n militar habi'a participado en los "hechos"
investigados. Acto seguido, el pasado 30 de abril, el procurador de
Veracruz, Emeterio Lo'pez, y el fiscal especial, Juan Alatriste, cerraron el
caso de Ernestina Ascensio'n e informaron que, de acuerdo con las
investigaciones realizadas, y con base en las pruebas de laboratorio
obtenidas ( ?por la CNDH?) la causa de la muerte pudo ser una parasitosis;
por lo tanto, se concluyo' que no se ejercitara' accio'n penal por los
supuestos delitos de violacio'n y homicidio. Agregaron "que pasa a segundo
plano saber si la causa de muerte fue meca'nica o patolo'gica".

Ante la necesidad de sacar las manos del asunto y cerrar el caso, poco
importo' la mi'nima coherencia y terminaron "aceptando" la investigacio'n de la
CNDH, descartando la que habi'an realizado conforme a sus funciones
exclusivas. Por su parte, la Secretari'a de la Defensa Nacional simplemente
hizo mutis; no obstante que habi'a emitido comunicados afirmando que teni'a
muestras de li'quido seminal (nu'mero 019) para luego negarlo.

No estamos ante una comedia de equivocaciones: el caso no puede ser cerrado,
se han cometido violaciones a los derechos fundamentales de legalidad y
seguridad juri'dica con la irregular integracio'n de la averiguacio'n previa.
Es notoria la manipulacio'n que se hizo del uso de traductores y evidente el
desconocimiento de que en materia indi'gena no puede hacer transcripcio'n
literal, sino que se debe hacer una traduccio'n cultural. De todo ello debe
dar cuenta la procuraduri'a veracruzana.

Por otro lado, en toda esta historia se realizaron acciones y
presumiblemente presiones hacia la familia de do~a Ernestina Ascensio'n:  ?a
que' fue el subsecretario de Gobernacio'n a Tetlacingo?  ?Que' motivo' su
declaracio'n de negarse a seguir afectando la memoria de su madre?  ?Co'mo se
"convencieron" de aceptar la decisio'n de la procuraduri'a y no promover
amparo?

Lamentablemente, este caso deja otros saldos que de momento no estamos en
condiciones de valorar.  ?Que' opinio'n tiene la comunidad de Tetlacingo, sus
autoridades?  ?Co'mo era antes de estos hechos la relacio'n con el municipio de
Soledad Atzompa? La incursio'n poli'tica de autoridades federales y estatales
no parece inocente. Otorgar u ofrecer apoyos a la familia estando en curso
la investigacio'n contribuyo' a fomentar la divisio'n entre todos los actores,
tanto los directamente agraviados, como los que se colocaron a la cabeza de
la defensa del dicho inicial de la familia.

Como vemos, en estos y otros casos se tendra' que seguir acudiendo a la
Comisio'n Interamericana de Derechos Humanos en busca de un real acceso a la
justicia, que en nuestro pai's hoy por hoy es violada por quienes deben
garantizarla.

http://www.jornada.unam.mx/2007/05/08/index.php?sectionopinion&article9a2pol

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