CORRUPCIÓN INSTITUCIONALIZADA Y EJEMPLO DEL LIDERAZGO

Por Alvaro Arnoldo Araya Alpízar

 

 

Entre el sinnúmero de cuestionamientos que me hago a diario en torno al
comportamiento político de las personas ubico la coherencia, como una
constante de análisis y reflexión. Esta preocupación se hace más frecuente,
cuando directa e indirectamente participo en el proceso de empoderamiento de
unos u otras para que actúen en mi representación, como gobierno nacional,
local o en cualquier organización.

 

Y es que en los últimos tiempos he escuchado a personas cuestionadas,
algunas de las cuales estimo por su valía personal y profesional, justificar
diferentes actos contrarios a las buenas practicas éticas con “resbalones”,
“mortificaciones” y “derechos legales”, cuando en el trasfondo tratan de
ocultar la falta a la verdad, con dosis “transparencia mentirosa y
tendenciosa”, que nos llevan al engaño y a la justificación a priori de de
una u otra actuación o compromiso. Todas las justificaciones caen por su
propio peso, por “más jerarquía” que se le quiera dar al derecho humano a
equivocarse, en nombre de la torpeza. 

 

 

En este contexto, las injusticias y los abusos son muchos, cuando de
analizar la conducta ética de los funcionarios públicos, políticos y
representantes populares es el asunto. En “relación con los grandes” basta
con valorar la cadena de denuncias que se han formulado, durante la
Administración Arias, y lo sucedido en el Banco Hipotecario de la Vivienda
(Banhvi), con la participación de Ennio Rodríguez y Clara Zomer. La
evidencia es contundente y puede ser catalogada, como una conducta
absolutamente corrupta de todos los funcionarios que participaron en el
festín del Restaurante Cerutti. Para analizar y discutir situaciones de
pobreza, comen como los más ricos, pero con el dinero de los pobres … 

 

En consecuencia, contrario a las buenas prácticas éticas, la pregunta
utilizada para desviar la atención de la ciudadanía en relación con la
responsabilidad de los jerarcas, es: ¿Quién organizó el evento en el
mencionado sitio? De seguro que los culpables, quienes pagaran los platos
rotos a lo interno del Banhvi, serán los funcionarios de menor jerarquía,
incluidos los conserjes que acompañaron a la comitiva, “por no haber
advertido a los superiores de semejante burla para el país y en particular
para los más pobres”. Mientras a ellos y a ellas los someterán a procesos de
“persecución”, los jerarcas Rodríguez y Zomer “tendrán como castigo la
penitencia por los pecados cometidos”. 

 

Nada se subsana con arrepentimientos y resarcimiento de daños por más
ministro, gerente o presidente (a) que sea. Todo acto del liderazgo
contrario a la ética establecida en la administración pública, o en
cualquier organización,  crea un precedente que condiciona hacia futuro la
capacidad crítica del Estado, sus gobernantes y miembros de la colectividad,
para llamar a cuentas a quienes como gobernados o subordinados cometen
iguales actos. 

 

Por tanto, cuando los Tribunales Comunes o los Comités de Ética del
Gobierno, las organizaciones sociales y partidos políticos pierden su
autonomía para decidir “en igualdad normativa para todos y todas”, se limita
cualquier intento para hacer prevalecer la “justicia equitativa”. ¿Será
necesario ser experto en ética para determinar que el respeto de la
institucionalidad comienza con el ejemplo de los gobernantes y los jerarcas
de las organizaciones sociales, incluidas las políticas? 

"Grande es la coherencia, pero aún más grande la verdad, desde un punto de
vista práctico, cuando se es consecuente siempre, sin dejar que el silencio
venza la verdad".

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