47 años después
Oscar Castillo*Fuente: 
http://informa-tico.com/index.php?scc=articulo&edicion=20090604&ref=03-06-090802
 
Hace 47 años, aún estudiante universitario, junto a un grupo de amigos 
acompañamos al Canciller cubano Raúl Roa desde el Teatro Nacional hasta el 
Hotel Balmoral, luego de la "expulsión" de Cuba de la OEA, decretada por los 
Estados Unidos y aceptada, sin chistar, por los cancilleres de una gran mayoría 
de países latinoamericanos, excepto tres: México, Chile y Argentina.

En esa, entonces, noche fría josefina, caminamos orgullosos al lado del locuaz 
Roa que había defendido con argumentos sólidos y por siempre válidos, el 
derecho de Cuba a su autodeterminación, a decidir por sí y ante sí, el que 
considerara el mejor camino para el desarrollo y la felicidad de su pueblo. 
Argumentos a cual más válido, entonces y ahora, para todas las otras naciones 
del continente.
También caminábamos con el espíritu oprimido y dolido por una mezcla de 
sentimientos, indignación, rabia, impotencia ante lo ocurrido, pero sobre todo, 
vergüenza de que ese acto, esa falta de dignidad, ese escarnio histórico 
hubiera sucedido en nuestro país. En ese terrible día, los representantes del 
gobierno costarricense se unieron a los enviados de las satrapías más asesinas 
y oscuras de América como Venezuela, República Dominicana o Nicaragua, para 
condenar, en nombre de la democracia, los sueños del pueblo cubano de un mundo 
mejor.
La medida tomada ese día también señaló el inicio de la gestación de una de las 
épocas más tenebrosas, sangrientas y antidemocráticas en la historia del 
Continente Americano.
Apenas un par de años después se dio el primero de muchos otros golpes de 
estado en diferentes países de América Latina a gobiernos electos 
democráticamente.
Pareció como si los perros de la guerra al servicio del Imperio, tuvieran 
siglos acumulando odio y sed de sangre. Descuartizaron, asesinaron, 
secuestraron, robaron, mutilaron. Ese avasallador embate del fascismo armado 
tuvo como objetivo primordial arrasar con cualquier vestigio de democracia, de 
independencia frente a los intereses económicos del imperio y de sus fieles y 
serviles burguesías locales.
Fue así como en 1964, los militares brasileños se encargan de dar el primer 
golpe de estado contra el, democráticamente electo, presidente Joao Goulart de 
Brasil.
Luego siguieron Chile, Uruguay, Argentina, Bolivia y otra vez Argentina y un 
doloroso etcétera. 
Por eso hoy, 47 años después de que se iniciara en Costa Rica la época más 
oscura en la historia de nuestra América Latina, nos regocija que esta misma 
América, acepte y corrija su error.
Si aquel funesto día de Enero de 1962 abrió las puertas a la imposición del 
fascismo depredador y asesino, espero que este tres de Junio de 2009, señale el 
nacimiento de una era de bienestar y democracia para todos los hombres y 
mujeres del continente.
(*)  Cineasta costarricense.
Fuente: Informa-Tico
http://www.informa-tico.com/?scc=articulo&edicion=20090604&ref=03-06-090802
 
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