SOLIDARIDAD CON DON EUGENIO TREJOS 
 
José Merino del Río
 
Por haber aceptado la propuesta del Frente Amplio, el Dr. Eugenio Trejos está 
siendo objeto de una dura campaña de ataques algunos abiertos, otros, la 
mayoría, subterráneos. Se trata de las guerras sucias habituales en la política 
nacional. No me refiero naturalmente a las observaciones críticas o a las 
discrepancias que con todo derecho y con honestidad puedan formular diversas 
personas u organizaciones, tanto dentro como fuera del ámbito organizativo del 
Frente Amplio. Me refiero como ustedes pueden entender a otra cosa: a los 
ataques que vienen de los enemigos de la unidad y de otros sectores que ven en 
el crecimiento del Frente Amplio una amenaza, no exclusiva ni fundamentalmente 
electoral, sino por lo que puede expresar de consolidación estratégica de una 
fuerza popular plural y transformadora.
 
Tendremos más tiempo para continuar en el análisis y el debate necesarios. Pero 
como compañero de ustedes que creo actuar con honradez y transparencia, no 
exento seguramente  de errores, si les pido fraternalmente que enfrentemos 
juntos y juntas la campaña sucia de quienes pretenden pasarle factura a  don 
Eugenio por su papel en la lucha contra el TLC, o quienes lo acosan por 
dialogar y llegar a acuerdos iniciales con el Frente Amplio. Sé que en el TEC 
se mueven fuerzas que piden su renuncia inmediata a la rectoría, como si 
participar en política fuera un delito, y que cierta derecha no le perdona su 
acercamiento al Frente Amplio.
 
La solidaridad con don Eugenio va entonces, incluso, más allá en estos momentos 
de una contienda electoral, es un problema fundamental de derechos humanos y de 
combate a todo tipo de macartismo. ¿Puede una universidad pública condenar o 
amenazar a uno de sus integrantes por participar en la vida política electoral 
del país? Está claro que el Dr. Trejos en el momento de asumir de hecho y 
legalmente una responsabilidad que le obligue a una determinada beligerencia 
política,  debería ética y profesionalmente desvincularse temporalmente de sus 
obligaciones bajo las diversas modalidades posibles.
 
El Frente Amplio está actuando con absoluta transparencia y honestidad. Todo el 
mundo en este país sabe quiénes somos y que ideas y planteamientos tenemos. 
Hemos propuesto  a don Eugenio como un candidato a la presidencia que podría 
contribuir a unificar fuerzas progresistas bajo la forma de coalición. También 
propondremos el jueves 23 de julio una base programática, y también estamos 
abiertos a consensuar el mecanismo de elección democrática, para que las bases 
del Movimiento Patriótico elijan la que consideren mejor candidatura. Don 
Eugenio aceptó ser postulado por nuestro partido para encabezar esa coalición, 
otros partidos harán otras propuestas. Pero parece, como decía al principio, 
que esto ha irritado y enfurecido a algunos que atacan sin fundamento, pero con 
claros intereses espurios, este acuerdo claro y respetuoso entre el rector y el 
Frente Amplio.
 
El Frente Amplio no se apartará del camino trazado. Tenemos vocación unitaria y 
también voluntad indeclinable de construir nuestra propia fuerza, tareas 
complementarias y no antagónicas. Personalmente tengo hacia don Eugenio 
respeto, admiración y amistad. Respeto porque es una persona honesta y con 
principios. Admiración porque en la batalla histórica del TLC asumió con 
talento y honor la enorme responsabilidad que pusimos en sus manos. Amistad 
porque a lo largo de los años, en los que le he conocido en sus cargos 
académicos y en sus compromisos sociales, he visto a un hombre cordial y bueno, 
con la lealtad y el coraje que suelo pedirles a mis amigos y amigas, y que 
siempre también he tratado de corresponder.
 
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