ja ho diu la dita... "de tal palo, tal astilla..."
 

 
  Supuestos mercenarios sudafricanos siguen encarcelados en Harare
  Harare, 9 de marzo.- Sesenta y dos supuestos mercenarios sudafricanos encarcelados en Harare desde marzo del año pasado por violar las leyes de inmigración de Zimbabue, sólo sabrán el próximo viernes si una reciente orden de liberación del Tribunal Supremo les será aplicada, informó hoy el abogado del grupo.
  Alwyn Griebenow, el abogado, dijo que el Fiscal General de Zimbabue ha apelado la decisión tomada la semana pasada por la Corte Suprema de reducir cuatro meses de la sentencia a un año de cárcel de sus defendidos, convictos por violar las leyes zimbabuenses de aviación, inmigración, tenencia de armas y seguridad.
  "La reducción en las sentencias significa que mis clientes han cumplido sus condenas", dijo Griebenow de camino a la prisión de máxima seguridad de "Chicurubi" en la capital zimbabuense para informar a sus defendidos del recurso presentado por el Fiscal General, Sobuza Gula-Ndebele.
  Griebenow añadió que el grupo sólo será informado oficialmente de la situación por las autoridades zimbabuenses mañana, jueves.
  La solicitud de Gula-Ndebele fue presentada ante el Tribunal ayer, martes, y todavía no ha sido procesada por esa instancia judicial.
  Gula-Ndebele afirma en su recurso que la suspensión de una sentencia y la liberación de un convicto sólo se aplica a los ciudadanos zimbabuenses y no a extranjeros.
  El abogado Griebenow subrayó que si la solicitud es admitida por el Supremo, en la práctica significará que sus defendidos cumplirán toda su condena, o más, pues tendrán que permanecer en la cárcel durante todo el proceso de apelación, que puede demorarse meses.
  Setenta hombres, todos con pasaporte sudafricano, fueron arrestados originalmente en marzo del año pasado en el aeropuerto de Harare acusados de participar en un supuesto intento de golpe de Estado para derrocar al Gobierno de Guinea Ecuatorial.
  Dos de ellos fueron exonerados de todos los cargos, otros dos fueron liberados por razones médicas y uno murió en la prisión.
  Aparte de los 62, cuya liberación está ahora en duda, permanecen recluidos en Chikurubi el líder del grupo, Simón Mann, y los dos pilotos del Boeing 727 en que el grupo se trasladó a Harare, donde iba a recoger un cargamento de armas.
  Todos fueron acusados de planear el derrocamiento del presidente guineano ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, aunque rechazaron los cargos y afirmaron que estaban de paso hacia la República Democrática del Congo, donde iban a prestar servicios como guardias de seguridad en las minas del país.
  Aunque durante el juicio la Fiscalía no pudo demostrar la intención de los encausados de participar en la supuesta intentona contra Obiang, todos los indicios apuntan a que los arrestados eran parte de otro grupo detenido casi al mismo tiempo en Malabo, la capital guineana.
  La justicia guineana condenó a los miembros de ese grupo a penas de entre 14 y 34 años de cárcel.
  En el caso también fue involucrado Mark Thatcher, hijo de la antigua primera ministra británica, Margaret Thatcher, que fue detenido en Ciudad del Cabo, en el sudoeste de Sudáfrica, donde residía desde hace una década con su familia.
  Thatcher fue acusado de financiar la compra de un helicóptero que iba a ser utilizado en la asonada, aunque, tras un pacto con la fiscalía sudafricana, se declaró culpable y prometió colaborar con las autoridades, a cambio de una suspensión de la condena de cuatro años de cárcel que le correspondía por participar en actividades mercenarias
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