El Monitor Mundial de la Sociedad de la Información 2009 es el tercero de una 
serie de informes anuales que examinan el estado de la sociedad de la 
información desde la perspectiva de las organizaciones de la sociedad civil de 
todo el mundo.
En la versión en español (versión reducida) están disponibles los informes 
temáticos, el informe regional de América Latina y los informes nacionales de 
países de habla hispana.
Los objetivos de este monitoreo  tiene tres objetivos interrelacionados:
1.      investigar el estado de las políticas de tecnologías de la información 
y de la comunicación (TIC) en los niveles local y mundial; 
2.      propiciar el debate crítico;
3.      fortalecer el trabajo en red y el compromiso por una sociedad de la 
información justa e inclusiva.

Entre los contenidos podemos encontrar el informe temático relacionado a las 
bibliotecas 
  
Influencia de la política internacional sobre el acceso a la información en las 
bibliotecas públicas 

Con más de un millón de bibliotecas y alrededor de 700 mil bibliotecarios/as en 
todo el mundo, el sector de las bibliotecas públicas forma parte de la vida de 
muchas personas.[1] 
Desde que el acceso a internet se extendió en gran escala en la década del 90, 
el modo en que las bibliotecas públicas brindan información a sus usuarios y 
usuarias ha cambiado en forma radical. Los bibliotecarios y bibliotecarias 
cambiaron su manera de trabajar en la vida cotidiana y los usuarios y usuarias 
pasaron de usar solamente materiales impresos, a un híbrido integrado por 
información impresa, electrónica y de acceso en línea por internet. Hoy las 
tecnologías siguen en pleno desarrollo y todo el tiempo se implementan nuevos 
métodos para el suministro de la información. 
Los/as bibliotecarios/as han mostrado una gran capacidad para adaptarse a los 
tiempos que corren, pero la percepción de las bibliotecas ha sido difícil de 
cambiar a veces.[2] Durante la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la 
Información (CMSI), las personas responsables de la formulación de políticas 
resultaron poco accesibles. El papel de las bibliotecas como proveedoras de 
acceso público a la información tanto en los países industrializados como en el 
mundo en desarrollo no fue del todo reconocido durante el proceso de la CMSI y 
los documentos resultantes de la cumbre minimizaron el rol de las redes de 
bibliotecas que funcionan hace tiempo comparando su papel con el de las 
instituciones de salud, las oficinas de correo y los centros comunitarios.[3] 
Después de la CMSI, las bibliotecas empezaron a realizar esfuerzos para marcar 
el lugar que les corresponde en la sociedad de la información y se involucraron 
más en el desarrollo de políticas de promoción del acceso público a la 
tecnología.[4] La Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y 
Bibliotecas (IFLA, en inglés), por ejemplo, reforzó las alianzas existentes con 
organizaciones internacionales como la Organización de Naciones Unidas para la 
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y empezó a trabajar con nuevos 
aliados de la comunidad dedicada a las tecnologías de la información y la 
comunicación para el desarrollo. El surgimiento de un compromiso entre 
bibliotecas como principales proveedoras de acceso público a la información en 
línea redundó en una mayor coordinación de las actividades de promoción y en 
una visión de las bibliotecas como los motores de acceso al conocimiento.[5] 
Las inversiones realizadas para el acceso a internet empezaron a cerrar 
lentamente la brecha digital entre las bibliotecas de todo el mundo a partir de 
2003.[6] Todavía subsisten algunas desigualdades significativas y difíciles de 
erradicar, sobre todo en los países en desarrollo; pero también ha habido 
éxitos como la red Biblioredes en Chile[7], lo la Red Popular Aotearoa en Nueva 
Zelanda,[8] que brindan acceso gratuito a internet en las bibliotecas. La 
acción coordinada de fundaciones tales como Global Libraries sirvió para 
desplegar programas en países como México, Letonia y Bulgaria, mientras el 
gobierno de Brasil y el de Rusia también empezaron a equipar sistemáticamente a 
las bibliotecas públicas con terminales de internet.[9] Tanto el sector público 
como el privado están tomando conciencia de que las redes de bibliotecas son 
puntos de acceso público y de que los telecentros, igual que otros proveedores 
de acceso a internet, pueden salir beneficiados si se crean alianzas con las 
bibliotecas.
(SIGUE)

Ana Á. Chiesa
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http://www.netvibes.com/alfinenlatinoamerica#Alfabetizaci%C3%B3n_Informacional_-_Hispanoamerica



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