Estimada Blanca, la verdad es que no deja de ser terrible, para los que nos
dedicamos al fomento de la lectura y cultura que ocurran estas cosas.

No nos podemos olvidar que para la mayoría de los autores es su trabajo y lo
quiere explotar económicamente todo lo que puedan y más. Y si pueden cobrar
diez veces en lugar de una, mejor. Para ello se montan empresas y
productoras para vivir de ellas y han encontrado un filón, con los derechos
de autor para ahogarnos en su fomento.

La pena es que no aprendemos, y no sabemos volver la tortilla. Porque la
productora debiera pagar por la publicidad que se le hace, y los autores
pagar por la difusión de sus obras que se hacen en bibliotecas sobre todo
públicas.

Éstas empresas venden, venden y venden y quieren vivir de ello, y les da lo
mismo que sean películas, que libros, que tomates, lo que quieren es ganar
mucho dinero, y cuanto más fácil sea ganarlo mejor y cuando menos tengan que
invertir mejor aún.

A ellos la cultura plim, sólo es algo que vender aunque no aporte nada.

Solicito un replanteamiento de a lo que llamamos cultura... hala a pensar
todo el mundo ;-)

Saludos Carolina
El 1 de octubre de 2010 13:46, Blanca Calvo <bca...@jccm.es> escribió:

>  Este mensaje es, de alguna manera, continuación de otro que mandé con el
> título “Asfixia”, que conviene haber leído para entrar en el asfixiante
> contexto. Si estáis interesados en recuperarlo y no lo conseguís de otra
> forma, os lo puedo mandar. Trata del abuso de las empresas que representan
> supuestos derechos de propiedad intelectual. En él os contaba cómo una
> empresa que representa a varias productoras de cine dio un toque a esta
> Biblioteca hace unas semanas por haber programado un ciclo de cine de verano
> incluyendo películas producidas por varias de “sus” productoras.
>
>
>
> Pues bien, la susodicha empresa se ha vuelto a poner en contacto con
> nosotros. Nos mandan una propuesta de “contrato paraguas” que nos aconsejan
> suscribir porque eso nos permitiría proyectar sus películas de una forma más
> baratita que si pagamos a tocateja por cada película. Y, de paso, con unas
> formas educadas y tal, desliza varios mensajes duros como el pedernal. Por
> ejemplo, que el propietario del establecimiento es siempre el responsable de
> las exhibiciones públicas que en él se realizan, independientemente de que
> la película sea o no de su propiedad; que si se proyecta sin haber pagado,
> el responsable incurre en una serie de responsabilidades: multas de hasta
> 216.364 €, inhabilitación especial de hasta 5 años, penas de hasta 4 años de
> cárcel… o todas ellas sumadas. Y añaden que el hecho de pagarles a ellos no
> excluye que tengamos que pagar a la sgae. Como veis, una cadena de pago sin
> fin. Y eso dentro de un contexto de, en el mejor de los casos, congelación
> de los presupuestos culturales, cuando no de rebaja.
>
> Pero, independientemente de la sangría económica que suponen para los
> establecimientos públicos estas exigencias de empresas privadas, creo que
> debemos reivindicar por principio el uso público y sin ánimo de lucro de los
> materiales que compran las bibliotecas y por los que, al comprarlos, ya se
> ha pagado el correspondiente porcentaje de derecho de autor. Si nos ponemos
> todos de acuerdo para no suscribir ese tipo de contratos paraguas y demás
> exigencias desmesuradas, no nos van a poder meter a todos en la cárcel.
> Unidos sí podemos.
>
> Blanca Calvo
>
>
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> Los archivos de IWETEL  pueden ser consultados en:
>               http://listserv.rediris.es/archives/iwetel.html
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>
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Los archivos de IWETEL  pueden ser consultados en: 
                http://listserv.rediris.es/archives/iwetel.html
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