*Facetas profesionales dentro de un todo: el entorno audiovisual*

Por *Eugenio López de Quintana Sáenz. ** *Miembro del *Grupo ThinkEPI*.

Existe desde hace algún tiempo un debate abierto en torno a la necesidad de
redefinir el perfil profesional de los gestores de información sobre los
nuevos parámetros de accesibilidad y hábitos de consumo surgidos en torno a
los contenidos digitales. En estos planteamientos a menudo se hace evidente
la dificultad de aplicar criterios comunes a los diferentes colectivos del
sector en función del ámbito organizacional o temático en el que estos
desarrollan su actividad.

El debate es en última instancia identitario, y en este sentido el contexto
laboral de determinados entornos institucionales, como pueden ser por
ejemplo los de las bibliotecas públicas y académicas o el de los archivos
históricos, contribuye a preservar la identidad original de los gestores de
información al menos en su componente nominal, evidentemente sin renunciar a
la evolución lógica de toda actividad profesional.

No ocurre así, sin embargo, en otros ámbitos, como por ejemplo en la
documentación de empresa, donde las fronteras de la gestión de información
están menos definidas y aún se diluyen más a medida que los documentos se
van progresivamente desasociando de los soportes físicos, y donde la
denominación de la categoría profesional es muy reciente y no tiene un
carácter tan universal. Un estudio de la Special Library Association citado
recientemente por Tomás Baiget cifra en más de 2000 los términos diferentes
con los que sus socios se autodenominan (Baiget, 2010).

Es preciso por tanto fragmentar por sectores estas reflexiones sobre el
futuro de los profesionales de la información en nuestro país, analizar
cuáles son los condicionantes específicos que marcan el cambio de tendencia
en cada caso y, lo que es más importante, identificar qué requisitos
profesionales demanda el mercado y adecuar los programas académicos y las
necesidades de autoformación a esta demanda. Sólo de esta forma nuestro
colectivo podrá escapar del plano teórico en la búsqueda de su nuevo rol a
desempeñar dentro de las organizaciones y orientar la acción hacia la
obtención y mejora del empleo.

Abordemos aquí el ámbito específico de los gestores de archivos
audiovisuales.


*El horizonte incierto de la producción audiovisual*

En el sector de la documentación audiovisual los archivos de imágenes no se
contemplan únicamente como reservas patrimoniales de la memoria histórica y
cultural de un país, sino como activos de alto valor en la cadena de
producción de contenidos digitales. De este modo, el ámbito profesional de
las filmotecas y archivos fílmicos se hace extensivo a todos los circuitos
de la producción audiovisual, un ámbito industrial que está experimentando
una profunda transformación sin precedentes y por tanto sin elementos de
referencia.

El cambio alcanza de lleno a los tradicionales modelos de negocio, tanto en
la producción y en la distribución de contenidos como en la obtención de
fórmulas para garantizar el retorno de la inversión. En un escenario
tecnológicamente nuevo y completamente digital, ya no existe una definición
unívoca del sector o del mercado audiovisual, “y la proximidad conceptual
entre contenidos y usuarios […] hace que cualquiera pueda producir y
compartir con el resto del planeta sus creaciones o adaptaciones mediante
dispositivos y servicios electrónicos baratos y de manejo sencillo (La
industria audiovisual en España, 2010). A esto se añade una forma de consumo
no circunscrita a estructuras horarias prefijadas y favorecida por la
extensión de las redes fijas y móviles de banda ancha, que hace de la
explotación intensiva y multisoporte una exigencia ineludible para obtener
un buen posicionamiento en un mercado de máxima fragmentación de audiencias
y extinción de los monopolios de creación y distribución de contenidos.

En todo caso se constata el predominio absoluto del uso de imágenes en la
comunicación y en la elaboración de mensajes, y en consecuencia el
incremento sustancial en la demanda del consumo audiovisual. Cualquier
colectivo profesional vinculado a la producción de estos contenidos se
encuentra en una situación comparativamente ventajosa respecto a la de otros
ámbitos de la industria cultural. Así lo demuestra el crecimiento en 2008 de
un 13,5 % de las productoras de televisión en España y un volumen de negocio
de 700 millones de euros (Alás Brun, 2009), si bien sólo un grupo de cinco o
seis compañías concentran gran parte del negocio y el resto es un universo
muy atomizado de pequeños negocios con poca infraestructura y una dotación
mínima en recursos humanos. Más de un 70% del volumen de negocio se
concentra además en Madrid y Barcelona.

Según el informe citado sobre la industria audiovisual en España, este
sector agrupa a 400 empresas independientes, con un volumen de facturación
anual de 2.088 millones de euros y más de 12.000 empleos directos, aunque el
número de empresas que se dedican a contenidos digitales es de 3.400, con un
volumen de empleo de 36.000 personas, según datos del 2008.

Considerando estos datos por su valor potencial de oferta de empleo para
nuestro colectivo profesional de gestores de información, los números se
quedan cortos si incluimos en el espectro todas las formas que podríamos
denominar no convencionales de producción audiovisual. Sólo hay que pensar
en los millones de páginas web que ofrecen contenidos multimedia como
herramienta de visibilidad para sus respectivas organizaciones y no
necesariamente con un ánimo comercial. Las noticias sobre el posible interés
del portal You Tube, depositario en la actualidad de más de 25 horas diarias
de video de producción ajena subidas por minuto, en la producción de
contenidos propios, resulta muy significativa *
http://mundoinformatica.portalmundos.com/youtube-podria-adquirir-su-propia-productora-audiovisual/31836/
*<http://mundoinformatica.portalmundos.com/youtube-podria-adquirir-su-propia-productora-audiovisual/31836/>).

Sin embargo, lo que es importante señalar aquí es que se trata de un sector
extraordinariamente fragmentado donde las especializaciones profesionales en
el sentido tradicional tienen pocas expectativas de poder desarrollarse de
forma independiente, y en el que por el contrario se valora la capacidad de
ejecutar tareas multifuncionales.

Lamentablemente este no es a priori un escenario favorable para
bibliotecarios, archiveros o documentalistas - utilizando la terminología
tradicional - que como expertos en gestión de información hemos circunscrito
nuestras capacidades a la organización del conocimiento y a la búsqueda de
información, pero nos hemos mostrado a menudo reticentes como colectivo a la
creación de contenidos.

Pero además parece que tampoco la capacitación de otros colectivos
tradicionalmente más involucrados en la producción audiovisual resulta
suficiente para cubrir las necesidades que demanda un sector cuyos elementos
de referencia han variado sustancialmente, y a nivel nacional la ausencia de
profesionales cualificados es una carencia estructural aún por resolver.

En este entorno tan atomizado y cambiante las habilidades específicas en el
manejo de herramientas y sistemas de producción no resultan suficientes. Se
demanda además una visión global de la relación entre proveedores y
consumidores de contenidos, conocimiento de las técnicas de marketing, y una
especial disposición a la flexibilidad y a la capacidad de evolucionar al
ritmo vertiginoso del sector

*Construyendo un perfil de límites imprecisos*

Si este mercado demanda perfiles profesionales polivalentes y flexibles,
parece imposible subsistir sólo como colectivo profesional en la defensa de
parcelas estancas de alta cualificación en gestión de información. Hay que
pensar en un profesional poliédrico principalmente orientado a la producción
de contenidos audiovisuales y en posesión de habilidades compartidas con
otros profesionales que participan en el mismo ciclo productivo.

Algunos elementos de este nuevo perfil son ya conocidos. Es el caso de la
especialización en búsqueda de imágenes del *film researcher * (López de
Solís, 2007), que añade además un ingrediente a considerar como una fórmula
contractual diferente a la del empleo por cuenta ajena; o la vertiente de la
gestión de derechos (Barnuevo, 2009), que en muchos casos es tangencial a
las labores de producción; o algunos de los contenidos que recoge Paloma
Hidalgo refiriéndose a la formación de los profesionales de medios de
comunicación (Hidalgo, 2007).

Pero también hay que abrirse a un enfoque más amplio según el cual el perfil
profesional de los gestores de información que trabajan en la industria
audiovisual podría no siempre estar exclusivamente o incluso de forma
predominante formado por habilidades tradicionalmente asociadas con la
gestión de información. Esta orientación supondría adaptar en cada caso el
perfil profesional a la estructura organizativa y de recursos humanos de
cada unidad de producción, pero no hay que olvidar el dato ya mencionado de
atomización empresarial y la realidad ineludible de que una gran parte de
las organizaciones no tienen la envergadura que permita una gran diversidad
y especialización profesional. Las grandes cadenas de televisión nacionales
autonómicas, escenario por excelencia de la práctica de la documentación
audiovisual en los últimos años, no pueden ser tomadas como única referencia
para el resto del sector.

Habrá por tanto que contemplar, coexistiendo con los perfiles profesionales
que ya conocemos, una forma de ejercicio profesional como parte integrante
de otra práctica profesional más amplia. O, lo que es lo mismo, renunciar a
una identidad exclusiva para formar parte de una identidad múltiple
orientada a la producción audiovisual. La proporcionalidad de cada uno de
los elementos que conformen todo el especto de cualificación necesaria
dependerá del tipo concreto de organización y producción en cada caso. Un
posible decálogo no exhaustivo de ámbitos temáticos en los que se
demandarían habilidades para este nuevo perfil, combinables entre y sin
orden de preferencia, sería el siguiente:

   · Herramientas digitales de producción y edición de video
   · Criterios y práctica en catalogación de imágenes, asignación y
   administración de metadatos corporativos.
   · Derechos asociados al uso de imágenes y elementos multimedia.
   · Ciclo de producción de contenidos digitales audiovisuales
   · Creación de contenidos y mensajes en formato audiovisual
   · Marketing, hábitos de consumo e interacción con el usuario
   · Sistemas y plataformas de distribución de contenidos digitales
   · Criterios de facturación y desarrollo de modelos de negocio
   · Conocimiento del mercado y de la competencia
   · Formas de organización del conocimiento y preservación digital

Esto evidencia a primera vista la inadecuación de los programas académicos y
de la oferta formativa en general para satisfacer la demanda laboral del
mercado. En realidad hablamos de una carencia estructural y de solución
compleja, ya que mientras la formación está fundamentalmente orientada a
perfiles monográficos, la realidad empresarial demanda perfiles
polivalentes.

A la espera de un reajuste entre oferta formativa y oferta de empleo, la
única vía posible a corto plazo parece ser la autoformación. Pero siempre
teniendo en cuenta que no existe en este momento una asimilación biunívoca
entre titulación y oferta de empleo, y que una parte del ejercicio
profesional en información audiovisual se desenvolverá en el territorio de
la flexibilidad y la capacidad de adaptación en entornos de producción a su
vez cambiantes y poco estables, pero con gran proyección de futuro.


*Referencias*

Alás Brun, Álvaro. Productoras audiovisuales: propiedad y contenidos (I),
Asociación Plaza del Castillo de Usuarios de la Comunicación, 2008, 100 pp.
*Cuadernos para la Información y Formación de los Usuarios de*
*Medios de Comunicación. Departamento de Consumo del Gobierno de Navarra.*
(*
http://www.asociacionplazadelcastillo.org/Textosweb/productoras_audiovisuales_espana.pdf
*<http://www.asociacionplazadelcastillo.org/Textosweb/productoras_audiovisuales_espana.pdf>
)

Alás Brun, Álvaro. Productoras audiovisuales: propiedad y contenidos (II),
Asociación Plaza del Castillo de Usuarios de la Comunicación, 2009, 100 pp.
*Cuadernos para la Información y Formación de los Usuarios de*
*Medios de Comunicación. Departamento de Consumo del Gobierno de Navarra.*
http://www.asociacionplazadelcastillo.org/Textosweb/productoras_contenidos_audiovisuales.pdf

Baiget, T. Profesionales de la información: un futuro de oportunidades,
2010. [Preprint]. http://hdl.handle.net/10760/15086

Barnuevo Rocko, E. El documentalista en el entorno actual de los medios de
comunicación audiovisuales como gestor de imágenes, 2009. En XI Jornadas de
Gestión de la Información: Servicios polivalentes, confluencia entre
profesionales de archivo, biblioteca y documentación, Madrid, 2009-11-19/20.
SEDIC. pp. 13-24. (http://hdl.handle.net/10760/13875)

Hidalgo Goyanes, P. La formación de los profesionales de la documentación en
los medios de comunicación audiovisual. La colaboración universidad –
empresa: la experiencia de TVE, 2007. En IX Jornadas de Gestión de la
Información, Madrid, 22-23 Noviembre 2007. SEDIC. pp. 121-129. (
http://hdl.handle.net/10760/10846)

La industria audiovisual en España. Escenarios de un futuro digital.
Academia de las Ciencias y las Artes de la Televisión; EOI-Escuela de
Organización Industrial, Madrid, 2010, 250 pp.

López de Solís, I. Nuevos perfiles profesionales en el mundo de la
documentación audiovisual: el “researcher”, 2007. En IX Jornadas de Gestión
de la Información, Madrid, 22-23 Noviembre 2007. SEDIC. pp. 139-151. (
http://hdl.handle.net/10760/10848)


*Eugenio López de Quintana Sáenz** *
*Director de Documentación de Antena 3 Televisión*
*Miembro del Grupo ThinkEPI*
*http://thinkepi.net* <http://thinkepi.net/>


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