*Gestión de documentos: sonrisas y lágrimas*

Por *Adela Alòs-Moner*, DOC6



En 2002 escribí el artículo *Intranets: sonrisas y lágrimas*1. En aquel
momento las intranets se estaban expandiendo en las organizaciones y
empezaba a haber un “corpus” de experiencias que permitía hacer una
reflexión sobre cómo debía implementarse una intranet para garantizar su
éxito.

Han pasado casi diez años y hoy un tema “estrella” es el de la gestión de la
documentación en las organizaciones. También en este caso tenemos
suficientes experiencias acumuladas para poder realizar unas primeras
reflexiones o recomendaciones que faciliten que un proyecto de gestión de
documentos pueda obtener los objetivos esperados. Me permito pues la
licencia de usar la misma expresión para este articulo “*Gestión documental:
sonrisas y lágrimas”*.

¿Qué preocupa a las organizaciones? ¿Qué sucede hoy en muchas de ellas, en
lo que concierne a la información y la documentación? A las organizaciones
les preocupa la pérdida o la dificultad de acceso a documentación crítica,
indispensable, por ejemplo, para dar respuesta a una auditoría. También les
preocupan las “pérdidas de tiempo” o las horas que dedica el personal a
buscar información o a reelaborar documentos que ya existen. Preocupa que,
cuando un empleado deja la organización, es prácticamente imposible
encontrar los documentos en su ordenador, o que si no está por cualquier
motivo, sea complicado encontrar un anexo importante que ha recibido por
correo electrónico.

Al mismo tiempo se empieza a constatar una preocupación creciente por la
“legibilidad” y el acceso en un futuro a la documentación. Esta inquietud es
resultado, muy a menudo, de alguna penosa experiencia asociada a la
dificultad de recuperar un documento de hace apenas 8 ó 10 años o de
recuperar un vídeo del que ya no se dispone el equipo de lectura.

La necesidad de gestionar la documentación es un hecho evidente y responde
fundamentalmente a dos motivos: por una parte, al crecimiento exponencial de
información –un 60% cada año- en múltiples formatos y, por otra, a la
multiplicidad y generalización en el uso de los dispositivos de recepción y
de generación de documentos, resultado de la expansión e impacto de las
tecnologías –internet, ordenadores personales, PDAs....-.

Sobre el crecimiento de la información se ha escrito mucho últimamente. El
informe *Data, data everywhere* de *Kenneth Cukier* publicado por *The
economist* en febrero de 20102 resume en pocas páginas la situación actual y
las perspectivas en el próximo futuro. Usa la expresión “monstruosa cantidad
de datos” y cita a *Joe Hellerstein*, de la *Universidad de California*, que
habla de “la revolución industrial de los datos”. Constata también, una vez
más, que la información que se genera es muy superior a la capacidad de
almacenamiento disponible.

Esta realidad global tiene su expresión en las organizaciones que se
encuentran cada vez más “perdidas” en la inmensidad de datos y documentos
que se acumulan en sus redes locales y ordenadores personales. Necesitan
localizar con agilidad y fiabilidad documentos que generan y reciben pero,
sobre todo, necesitan dar sentido a la gran cantidad de datos e información
que se encuentra en ellos.

Poder acceder a los documentos en el momento en que se necesitan y preservar
aquellos a los que deberá ser posible acceder en un futuro, son elementos
esenciales en el uso y capitalización de la información de una organización.

Para asegurar la eficiencia de las organizaciones y su capacidad innovadora
y la plena integración de la información y la documentación en sus procesos
de actividad e investigación, es necesario que los documentos y sus
contenidos estén:

·         Accesibles, dónde, cuándo y por quién sea necesario para la
organización.

·         Usables, de manera que sean accesibles e interpretables para las
personas que deben hacer uso de ellos.

·         Integrados, en función de las necesidades y requerimientos de la
organización y sus trabajadores.

·         Actualizados, según el desarrollo de la organización y su
producción documental, para garantizar su permanente vigencia.

 ¿Qué aspectos debemos contemplar en un proyecto de gestión de documentos?
¿Cuáles son los errores que se producen con más frecuencia?

Podríamos concretarlos en *diez aspectos*:



*1. Implicación de la dirección*

Es evidente que a la mayoría de los responsables de las organizaciones les
preocupa la situación de la documentación pero también es cierto que, en
muchos casos, consideran –erróneamente- que éste es un tema “informático”;
es decir, consideran que la solución pasa por implementar un sistema
automatizado.

Que los directivos entiendan que la solución no es informática –o no es
únicamente informática- no siempre es fácil pero es imprescindible. En la
mayoría de casos cabe una labor de explicación, de guía y asesoramiento que
les permita visualizar los beneficios que un proyecto bien diseñado de
gestión de la documentación puede aportar a la organización.

El primer aspecto es, pues, la implicación de la dirección. Una implicación
indispensable en un proyecto de estas características ya que comporta
siempre cambios en la cultura de la empresa, en los procedimientos y muy a
menudo en la propia estructura organizativa.

Intentar llevar a cabo un proyecto de mejora de la gestión de la
documentación sin una implicación clara y directa de la dirección quizá
permita pequeños avances, pero pocas veces representará una mejora sensible
en la organización.



*2. Entender la organización y tener una visión amplia del entorno en la que
ésta opera*

La documentación es un claro reflejo de la actividad de una organización y,
por tanto, para llevar a cabo cualquier proyecto de mejora de gestión de la
documentación es forzoso entenderla. Comporta conocer su misión, sus
objetivos, sus prioridades, sus procesos clave de negocio, el entorno legal
y normativo en el que opera, etc.

Un proyecto de mejora de gestión de la documentación debe abordar en
profundidad los flujos de trabajo y los procedimientos y tener en cuenta los
roles de las distintas personas implicadas en los mismos.

Pero además de “la propia organización” se hace necesario un conocimiento
del entorno, de datos macroeconómicos y microeconómicos, del mercado, de
tendencias, de la competencia…

Esta visión más amplia es obligada si se quiere ir más allá de “ordenar” los
documentos; la aportación de valor reside en la habilidad de “dar sentido”
–por ejemplo, con el uso de taxonomías que integren bajo un único concepto
documentos que tratan de procesos de actividad distintos; y, sobre todo, en
la capacidad de contribuir al valor de uso a la documentación, de convertir
la información en conocimiento que facilite la toma de decisiones.



*3. Sumar visiones y conocimientos. Trabajo en equipo*

El trabajo aislado no tiene cabida en un proyecto de gestión de la
documentación. Depende de cada organización el decidir quién deberá formar
parte de un equipo de trabajo.

Los responsables del departamento de gestión de documentos, información o
archivo, de calidad, tecnología, organización, recursos humanos o gerencia
son los más habituales, y constituyen equipos multidisciplinares con los que
es posible obtener mejores resultados en menos tiempo.

Para avanzar es indispensable la implicación de distintos perfiles dentro de
la organización: el “solo ante el peligro” se convierte en algo realmente
peligroso y, sobre todo, poco eficiente.



*4. Asignación de responsabilidades*

El hecho de llevar a cabo un trabajo en equipo no comporta que no deba haber
asignación de responsabilidades claras. Según la dimensión de la
organización estas deberán situarse a distintos ámbitos: un responsable
global de gestión documental y además, por ejemplo, responsables
departamentales. Un aspecto fundamental es que cada uno de los trabajadores
sea consciente de su responsabilidad con los documentos que genera o recibe.

Un proyecto en el que haya actividades o tareas indefinidas y sin asignación
de responsabilidades concretas necesita su reconsideración global.



*5. Formación *

Un proyecto de gestión de la documentación comporta necesariamente dedicar
horas a formar al personal en los nuevos procedimientos y pautas de trabajo
y, eventualmente, en las herramientas tecnológicas que se puedan
implementar. Es esencial que las personas en la organización entiendan y se
sientan “cómodas” en los nuevos procedimientos de trabajo. La formación
contribuye en gran medida a superar “resistencias al cambio” que a menudo se
producen.

Además de la formación debe asegurarse el soporte y apoyo al personal para
solventar dudas o dificultades con las que normalmente se enfrentan las
primeras semanas.

Un error que se comete a menudo es, precisamente, el de no haber contemplado
el tiempo necesario para formar al personal ni el soporte y apoyo que hay
que seguir dando de manera continuada, hasta que los nuevos procedimientos
están totalmente interiorizados.



*6. Cultura corporativa. Comunicación*

Los aspectos relacionados con la cultura corporativa son decisivos. Para que
un sistema de gestión documental sea realmente efectivo debe haber una
cultura orientada a compartir. Crear y establece pautas orientadas a romper
“silos” y compartimentos estancos. La comunicación tiene aquí un papel
relevante ya que debe servir para transmitir una visión global de los
beneficios a obtener que vaya más allá del propio ámbito de actuación.

Definir y concretar una política corporativa y que el personal en su
globalidad la asuma, no es un tema baladí.

Los cambios en las organizaciones los realizan las personas. Sin ellas, sin
su complicidad, sin su implicación, un proyecto de gestión documental
posiblemente acabará atascándose. Un aspecto que a menudo no se tiene
suficientemente en cuenta es la diversidad de realidades de las personas de
la organización en cuanto a sus habilidades y actitudes. Lo que puede haber
funcionado en una organización no tiene porque también operar positivamente
en otra.



*7. Herramientas de gestión*

En un sistema de gestión de documentos se utilizan instrumentos como son los
cuadros de clasificación, los calendarios de conservación y eliminación,
vocabularios de metadatos, etc. Estos instrumentos, usados tradicionalmente
para gestionar los documentos en soporte papel, se han ido modificando para
adaptarse a la nueva realidad de la documentación electrónica.

Aunque parece evidente que previo a la selección e implementación de
cualquier software deberían haberse contemplado todos las facetas
conceptuales: desde cuadros de clasificación y mapas documentales a aspectos
relacionados con los conocimientos de las personas, a menudo se deciden
previamente programas software que después son difícilmente adaptables a la
realidad de la organización. Por ejemplo, no se prevén aspectos relacionados
con la preservación y migración de documentos, o con su adecuación a la
normativa, como es el caso de la Ley 11/2007 en la administración pública.

Seguramente el error más frecuente es implementar un software de gestión
documental sin haber realizado una toma de requerimientos funcionales que
tengan en cuenta el uso de un cuadro de clasificación, una taxonomía, los
modelos de metadatos a aplicar, etc. MoReq2 (*Model requirements for the
management of electronic records*) es una referencia importante ya que
establece los requisitos que debe cumplir cualquier programa de gestión de
documentos.

Hay que evitar realizar una aplicación mimética de los esquemas “clásicos”
ligados a la formación en archivos o en documentación. A menudo lo “mejor”
no encaja con la cultura organizativa o con lo que la dirección de la
empresa y las personas esperan. Y es, por tanto, necesario cuestionarse lo
que pueden ser las bases teóricas aprendidas.



*8. Un proyecto global. Pequeños avances*

Llevar a cabo un proyecto de gestión de documentos en cualquier organización
requiere tiempo. Es por ello que hace falta –una vez diseñado y enmarcado el
proyecto global, sus beneficios, resultados, etc.-, ir avanzando por fases
sobre todo en aquellos departamentos o áreas con las personas más
proactivas, que pueden actuar como elemento de referencia para los demás.

Es importante realizar un planeamiento que permita pequeños avances
iniciales, que producen una visión positiva en la organización, porque esto
desencadena buenas condiciones y una predisposición para posteriores etapas
y avances.



*9. Resolver los problemas de hoy. Anticiparse a los de mañana*

Un proyecto de gestión de documentos debe, en primer lugar, dar respuesta a
los problemas y disfunciones de la organización hoy. Los resultados, los
beneficios deben ser evidentes y deberían poderse cuantificar.

Si hay algo que demandan las organizaciones y especialmente en momentos de
crisis y de dificultades, es la mejora de la eficiencia y, en este aspecto,
una correcta gestión de la documentación, y por ello, del conocimiento
corporativo, es un aspecto clave que puede aportar beneficios a corto plazo.
Pero más allá es indispensable pensar en “mañana”, identificando claramente
los riesgos del sistema y su sostenibilidad. Especialmente en temas como la
preservación, hay que ser extremadamente cauto y riguroso para proponer
iniciativas que puedan ser viables en el tiempo.



*10. Marco normativo*

Sitúo este aspecto en último lugar, aunque no por ello es menos importante.
Más allá del marco normativo y legal en el que actúa la organización, para
diseñar un sistema de gestión de documentos es indispensable tener presente
las normas específicas en gestión documental. Podemos citar la norma
*UNE-ISO/TR
15489* de gestión de documentos o las normas *ISO 30300* e *ISO 30301* (ver
nota de *Carlota Bustelo* en este mismo Anuario) en fase de aprobación, que
permitirán certificar el sistema de gestión de la documentación de una
organización.

Las normas y su correcta aplicación son una base fundamental para la
realización de cualquier proyecto y la creciente importancia de la correcta
gestión de la documentación para las organizaciones esta comportando la
aprobación de sucesivas normas por parte de los organismos responsables.



Notas

1. *El profesional de la información*, 2002, enero-febrero, v. 11, n. 1, pp.
4-8.

2. *Cukier, Kenneth. "*Data, data everywhere". *The economist*,  25 Feb.
2010.

*http://www.economist.com/node/15557443*



*Adela d’Alòs-Moner**, DOC6, Consultores en Recursos de Información*

*http://www.doc6.es*

*aa...@doc6.es*

*Miembro del Grupo ThinkEpi*

*http://www.thinkepi.net*

*Enero de 2011*


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