Nothing too interesting here, but there is a _most provocative_ suggestion of the _connection between Francis Fukuyama's musings and Collin Powell's actings_ with which the article ends.
**************************************************************** ¿LOGRARÁN EL "FIN DE LA HISTORIA" POR LA FUERZA DE LAS ARMAS? Porto Alegre, Brasil, 19/10/01, ("Otras Palabras", Boletín de actualización del Portal Porto Alegre 2002). Fuentes de la Casa Blanca revelan: con el pretexto de "combatir el terror", los EE.UU. pueden estar preparando intervenciones militares contra grupos políticos que se oponen a sus proyectos imperiales. Dos días después de "comunicar" a la ONU, por carta, que está dispuesta atacar todos los Estados que juzgue sospechosos de colaborar con organizaciones terroristas, la Casa Blanca dio ayer un nuevo paso en su esfuerzo de acostumbrar a la opinión pública a la militarización de las relaciones internacionales. Después de oír fuentes no identificadas del gobierno Bush, el periodista Tim Weiner reveló, en artículo para el "New York Times", que Washington piensa también en intervenir, por la fuerza de las armas, en asuntos internos de otros países. Weiner informa que la ofensiva estadounidense contra Afganistán podrá desdoblarse, en una segunda etapa, en ataques militares contra organizaciones que actúan en Filipinas, Malasia e Indonesia. El pretexto, una vez más, será el combate al terror. La Casa Blanca dirá que la red de Osama Bin Laden también tiene ramificaciones en esos países-y las atacará. Usará una artimaña jurídica grosera. Argumentará que los atentados al World Trade Center le dan al país atacado el derecho de actuar en su "autodefensa" y de perseguir, en todo el mundo, a los sospechosos de terrorismo. A través del propio texto del periódico estadounidense, se puede percibir, sin embargo, que, en realidad, las acciones tienen en mente otro tipo de "enemigos": grupos políticos que cuestionan, en sus países, regímenes que los Estados Unidos apoyan o puedan tener interés de apoyar. "Combate al terrorismo": pretexto para atacar grupos rebeldes Weiner admite que, en las Filipinas e Indonesia, el "clima de instabilidad política" está permitiendo el avance de fuerzas que se oponen a Washington y, en especial, a la ofensiva militar en Afganistán. En los últimos días, hubo manifestaciones importantes frente a las embajadas estadounidenses. El texto añade que, en Filipinas, la presidente Gloria Macapagal Arroyo, que atraviesa dificultades, pasó a acusar al grupo separatista islámico Abu Sayyaf de mantener conexiones con Bin Laden. Ya las autoridades de Malasia aprovecharon el clima de instabilidad para "acusar" al hijo de un político de la oposición de pretender derrocar el gobierno. Así como la Casa Blanca no se preocupó en presentar pruebas de participación de Bin Laden en los atentados contra el World Trade Center, el periodista del "New York Times" se conforma con aseveraciones de las autoridades locales y de la CIA, para "demostrar" el vínculo entre los grupos de oposición filipinos, indonesios y malasios y la Al Qaeda-la red liderada por el millonario saudita. Algunas de las alegaciones son casi inverosímiles o, al menos, incompatibles con el perfil de organización terrorista atribuido hasta ahora a Al Qaeda. Weiner la describe como casi una organización educacional o de caridad. Sus pruebas de vínculos del grupo de Bin Laden en Filipinas, por ejemplo, serían el financiamiento de escuelas, asistencia y desvalidos y hasta una universidad... Un precedente que podría transponerse contra las FARC, los Zapatistas, el MST... Mucho más preocupada en sacarle provecho político al terror que en combatirlo de hecho, la Casa Blanca parece, también aquí, poco preocupada en presentar pruebas. Pero ya toma iniciativas políticas. El presidente George W. Bush estaría preparado para debatir con los jefes de gobierno de Malasia, Indonesia y Filipinas, el próximo día 19, acciones conjuntas contra el "terrorismo". El texto de Tim Weiner deja claro que dentro del menú de opciones está un apoyo de los Estados Unidos a los gobernantes con dificultades, a través de intervención militar contra los grupos de oposición. Desde el principio, los críticos de la declaración de guerra lanzada por el gobierno de los Estados Unidos después del 11 de septiembre avisaron que resultaría no sólo en pérdidas humanas, sino también en riesgos de retrocesos políticos gravísimos. Los planes revelados ayer por el "New York Times" les dan razón. Si se establece el precedente de Indonesia, Malasia y Filipinas, ¿qué impediría que Washington actuase de forma semejante en Colombia, contra las FARC ; en México, contra los zapatistas; o tal vez en Brasil, contra los sin tierra? A principios de la década de 1990, auge de la hegemonía liberal, el filósofo Francis Fukuyama decretó el "Fin de la Historia". Creía que el fin de la Unión Soviética había consolidado para siempre las sociedades organizadas con base en la lógica del mercado, de los lucros y del egoísmo. Imaginó que la rebeldía contra las injusticias pudiese quedarse confinada a los museos o a los libros de historia. Desde el punto de vista político, fue una de las hipótesis más fugaces de todos los tiempos. ¿Estaría el Imperio, ahora, imaginando que es posible promover el "fin de la Historia" por medios militares? Néstor Miguel Gorojovsky [EMAIL PROTECTED] _______________________________________________ Leninist-International mailing list [EMAIL PROTECTED] To change your options or unsubscribe go to: http://lists.econ.utah.edu/mailman/listinfo/leninist-international