Revista Solidaridad schrieb:
> ANTE LA CRISIS BURGUESA, EN LUGAR DE TRABAJAR PARA
> DIFUNDIR LA CONCIENCIA DE CLASE AUTONOMA DENTRO DE LA
> CLASE OBRERA, LA IZQUIERDA PRESENTA UN PROGRAMA PARA
> RECOMPONER EL RÉGIMEN POLÍTICO
>
> En la mayoría de los periódicos de la izquierda
> argentina, sobre todo la autodenominada trotskista, se
> puede leer que en Argentina se ha iniciado una
> revolución que está a medio hacer. Según muchos de
> estos izquierditas, los trabajadores han comenzado a
> conquistar sus organismos de democracia directa, las
> denominadas asambleas populares.
>       Basados en este análisis hay quienes proponen
> extender las asambleas populares como estrategia para
> que los trabajadores tomen el poder. Y en ello
> invierten todos sus esfuerzos, poniéndose
> objetivamente a la cola de las masas. Vaya vanguardia
> revolucionaria.
>       Sin embargo, la realidad argentina dista mucho de
> parecerse a los deseos de la izquierda vernácula. Las
> asambleas populares, organismos poli-clasistas
> hegemonizados por la pequeña burguesía, difieren
> sustancialmente de lo que fueron los soviets de la
> revolución de octubre, a pesar de lo que muchos creen
> ver en ellas,  sobre todo por la ausencia de la
> participación de la clase obrera, como clase
> organizada, en dichas asambleas. De hecho lo que esta
> aconteciendo en Argentina es sólo un levantamiento
> popular que pretende una reforma política de sistema
> democrático de gobierno vigente y algunas medidas
> económicas, pero de ninguna manera cuestiona el
> régimen de explotación capitalista.
>       A pesar de ello, la ceguera de la izquierda es tal
> que su mayor preocupación es encontrar la formula
> adecuada que le permita acceder al gobierno sin
> importar a que precio. Para conseguir este objetivo
> hay quienes plantean la convocatoria a una asamblea
> constituyente, quienes piden elecciones ya, quienes
> bregan por un gran frente de izquierda, e incluso
> algún ridículo que en medio de los acontecimientos de
> diciembre lanzó su propia candidatura presidencial.
> Como de lo que se tratara fuera de asumir el gobierno
> para adecentar al sistema capitalista en lugar de
> trabajar para destruirlo. 
> En consonancia con el comportamiento antes descripto
> la izquierda actualmente únicamente levanta
> públicamente recetas que sólo sirven para recomponer
> el debilitado régimen político burgués, justificándose
> con el pretexto de que es preciso lanzar consignas
> tácticas que estén de acuerdo con el nivel de las
> ilusiones de las masas con la democracia burguesa. Lo
> más grave es que la propia izquierda es la primera en
> vender esas ilusiones contrarrevolucionarias
> justamente en un momento donde hay un descomunal
> repudio de los explotados contra el parlamento burgués
> y con el proceso electoral que apunta una nueva
> marioneta imperialista en cada elección, en una
> situación que la izquierda misma erróneamente define
> como el comienzo de una revolución. 
>       Como consecuencia de esta estrategia oportunista, la
> propaganda por la construcción de un partido obrero
> revolucionario está completamente ausente o en un
> segundo plano en los periódicos de izquierda. Aquello
> que debería ser el eje de la propaganda marxista, la
> educación política del proletariado, la defensa de la
> necesidad de organizar independientemente a la
> vanguardia obrera, de formar un partido de cuadros, se
> deja de lado, ya que la tarea principal del momento es
> reclutar militantes o juntar votos sin importar para
> que.
>       La ridiculez de la izquierda llega al limite de
> hablar de que estamos ante una revolución y olvidarse
> completamente de la necesidad de armar al
> proletariado. Si los trabajadores quieren tomar el
> poder, entonces deben armarse, esa es la única forma
> posible de derrotar a la burguesía, quien cuenta con
> el aparato militar y policial para defender el orden
> establecido. Sin embargo, ningún grupo propagandiza la
> necesidad de armar a los obreros, algo tan fundamental
> como la construcción del partido revolucionario.
>       Tampoco nuestros izquierdistas pueden explicar porque
> los sindicatos siguen en manos de la burocracia
> peronista cuando supuestamente nos encontramos a dos
> pasos de la revolución. Todo lo atribuyen a la
> habilidad de la burocracia sindical para manipular a
> la clase, convocando huelgas sólo cuando es necesario
> descomprimir la situación, y a sus prácticas
> matoneriles para con la izquierda. Pero si bien todo
> esto es cierto, si la izquierda se hubiera preocupado
> por difundir el marxismo en la clase, en lugar de
> dedicarse a obtener éxitos fáciles, probablemente en
> estos momentos la realidad sería otra. La clase obrera
> sería consciente de sus tareas históricas. Estaría en
> la calle, armada y pretendiendo tomar el poder. Aunque
> claro esta, la tarea de difundir el marxismo en contra
> de la marea es más difícil e ingrata que dedicarse a
> las cuestiones del momento y a reclutar entre la
> efervescente pequeña burguesía.
>       Por nuestra parte, aquellos que nos pretendemos
> revolucionarios debemos evitar el exitismo y asumir
> otra actitud. En primer lugar, aprovechar la situación
> de descontento social y de debilidad del régimen para
> difundir las ideas del marxismo en medio de las
> luchas. Para comenzar a construir los primeros núcleos
> de propaganda que constituirán el partido obrero
> revolucionario del futuro. Y también para comenzar a
> difundir la idea del armamento del proletariado como
> método para la toma del poder.
>       Probablemente no tengamos grandes éxitos en lo
> inmediato, incluso mientras estemos avocados a esta
> tarea veremos como la burguesía resuelve su crisis
> actual, pero al menos no seremos nosotros quienes se
> la resolvamos haciéndonos cargo del gobierno y
> estaremos mejor preparados para las seguras crisis que
> ocurrirán en el futuro.
>       Para poder tener éxito en nuestro objetivo debemos
> tomar la iniciativa de reagrupar a aquellos que se
> identifican con esta perspectiva al mismo tiempo que
> desarrollamos una profunda crítica a los falsos
> marxistas. Claramente el reagrupamiento del que
> hablamos no es uno de los tantos amontonamientos de
> izquierdistas a los que estamos acostumbrados. Mucho
> menos un bloque electoral. Es la unificación de
> aquellos que queremos trabajar para difundir
> consecuentemente las ideas del marxismo entre los
> trabajadores, para constituir en este momento un grupo
> de propaganda marxista. El propósito es muy simple,
> reunir a los grupos o individuos cuya orientación es
> hacia la realización de nuevas revoluciones de
> octubre; ni más, ni menos, ni ninguna otra cosa.
>
> Daniel Bengoechea
>
>
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