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COLOMBIA: 
 
Operaciones militares en Sumapaz:
 
TIERRA ARRASADA
 
Mientras en el Caguán las FARC y el Gobierno buscan acuerdos para desempantanar el proceso de paz, 6.000 soldados invadieron la región del Sumapaz. El epicentro de los combates con la guerrilla está en la Localidad Veinte de San Juan de Sumapaz, jurisdicción de Bogotá, pero la ocasión fue aprovechada por la cúpula de la XIII Brigada para extender los operativos a toda la Provincia en evidente maniobra de crear un anillo provocador sobre el área del despeje. Habitantes y autoridades civiles son rehenes de los militares en el llamado teatro de operaciones. Defensor del Pueblo y personeros municipales tienen pruebas de atropellos militares. Zozobra en los campesinos.
 
 
Operativos de tierra arrasada en Sumapaz
LA GUERRA LLEGO A BOGOTA
 
Ametrallan escuelas en Sumapaz. La Localidad 20 de Bogotá, Usme y Ciudad Bolívar bajo el fuego del operativo “Aniquilador II”. Municipios cercanos como Pasca, Cabrera, Choachí y Viotá entre otros, objeto de las restricciones establecidas por los decretos 02687 y 780,781 y 782. Censos de población, limitación de tránsito y de víveres. En peligro libertades políticas.
 
Por ALVAN
 
Por lo menos 5.000 unidades adscritas a la 13 Brigada, la Quinta División y la Fuerza de Despliegue Rápido mantienen desde el 30 de agosto en los 16.000 kilómetros de riqueza natural que integran la región de Sumapaz, el denominado operativo “Aniquilador II”. Es, una estrategia de anillo de  cerco sobre el área de despeje, que en opinión de entendidos busca presionar a la insurgencia para obligarla a negociar en condiciones desfavorables, replantear las condiciones del área de distensión y cercar sus alcances de operación militar ante una eventual ofensiva de las Fuerzas Armadas, triunfalistas por los anuncios de apoyo militar norteamericano bajo el Plan Colombia. 
 
En vilo proceso electoral
 
“Aniquilador II”, según inquietudes de candidatos locales, golpea también el proceso electoral que se adelanta en la región de Sumapaz y demás zonas afectadas, donde de tiempo atrás el Partido Comunista y coaliciones cívicas han tenido representación en concejos municipales y alcaldías. Las garantías políticas para adelantar una campaña electoral sin contratiempos están cuestionadas y los candidatos tienen que movilizarse en medio del terror y la zozobra. Precisamente en la Localidad 20 de Sumapaz, se promueve la lista 502 para ediles locales, que encabeza el dirigente popular Eliberto Poveda, seguido de Moisés Delgado, Carlos Díaz, Misael Baquero, Servio Tulio Castellanos, Pablo Romero y Alexander Guzmán. También hay temor por las consecuencias que pueda traer sobre el mercadeo de ganado y la feria mensual que con este propósito se realiza en la región.
 
Vientos de guerra
 
En Sumapaz se construirán bases para un nuevo batallón del Ejército. Soplan vientos de guerra en el páramo, guerra certificada por censos militares de población y operativos de traslado de escolares y anuncios de que estos traslados pueden ser después de población adulta. Una guerra diseñada por la cúpula militar y soportada en los decretos del gobernador de Cundinamarca Andrés González y del alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa, 02687,780, 781 y 782 respectivamente, que se inició con ametrallamientos desde helicópteros artillados y tanques Cascabel, cuya acción, según testimonios de los campesinos, tuvo como primer objetivo la escuela de “La Granada”, que quedó semidestruída.
 
Según otras denuncias, los días siete y ocho de septiembre habían  sido ametralladas construcciones escolares en el plan de Sumapaz, vereda San José y otras en límites con el municipio de Cabrera. La justificación fue que en ellas se encontraban atrincherados los guerrilleros de las FARC, aunque la misma información no concretó partes sobre combates. Los generales Euclides Sánchez y Arcesio Barrero, comandantes de la Quinta División y la 13 Brigada respectivamente, dan cuenta de 15 insurgentes caídos en combate, aunque la cifra no ha sido confirmada. La Defensoría del Pueblo posee un video donde se testimonian los ametrallamientos contra las escuelas. Además, denuncias recientes llegadas a nuestro semanario dan cuenta de restricción de víveres, procedimiento contrario al Protocolo Dos de Ginebra, que como la declaratoria de Zona de Operaciones Especiales y los decretos del Gobernador y el Alcalde, son inconstitucionales y no resisten un examen de un alumno de primer semestre de Derecho.
 
La insurgencia y el campesinado
 
Como florero de Llorente para el despliegue de operaciones militares, se ha tomado la utilización de maquinaria del Distrito Capital por la insurgencia, para adelantar una carretera que uniría a la Localidad 20 de Bogotá con el área de despeje. VOZ investigó los antecedentes de dicha carretera y se encontró con la existencia de la Ley Tres, expedida el 11 de enero 1.936, por la cual existe un trazado oficial autorizado para adelantar la vía Bogotá-Usme-Plan de Sumapaz-Colombia, Huila. Por lo tanto el trazado de la carretera es oficial y legal. En honor a la verdad hay que decir, que la insurgencia desde las épocas de Juan de la Cruz Varela, tiene arraigo en la región de Sumapaz y cercanía al campesinado, ganada con el apoyo a sus peticiones. Ese respaldo insurgente a los intereses de los pequeños finqueros, ha hecho que la guerrilla se vincule a proyectos locales de desarrollo o lleve a cabo en medio de su accionar, obras como ramales de unión entre veredas, uno de los cuales es el cuestionado por los militares, que parte de la carretera oficial al sitio llamado “Mortiños”, favoreciendo a la comunidad de San José, aunque su trazado culmine en El Duda. Los operativos militares paralizaron tanto la construcción de la carretera central, como la del mencionado ramal, lo que llevará a que los campesinos tengan que seguir sacando sus mercaderías a lomo de mula.
 
Se pronuncia Personero y campesinos 
 
La acción militar no sólo afecta a la Localidad 20 de Sumapaz en Bogotá, los municipios de Cabrera, Gutiérrez, Une, Chipaque, Choachí, Sibaté, Pasca, Venecia, Fosca, Cáqueza, Quetame y San Bernardo, sino que tiene serios alcances en el casco urbano bogotano, en particular a la localidades de Usme y Ciudad Bolívar, que en criterio de los mandos militares, del gobernador Andrés González y del alcalde Peñalosa son también puntos de tránsito de la insurgencia.
 
En una carta elaborada por los campesinos y entregada al Gobernador de Cundinamarca, al Comandante de la XIII Brigada, la Procuradora Departamental de Cundinamarca, la Defensora del Pueblo Regional Cundinamarca, el Alcalde Mayor de Bogotá y el Defensor del Pueblo de Bogotá, se afirma:
 
“Los abajo firmantes, residentes en las veredas “Las Aguilas”, “Hoyerías”, “Canadá”, del municipio de Cabrera, “La Granada”, “San José”, “El Salitre”, “La Concepción” del Distrito Capital y “La Totuma”, “El Palmar”, “El Duda”, “El Pedregal”, del Departamento del Meta, con el debido respeto nos dirigimos a sus despachos con el fin de solicitar su intervención para que cesen de manera inmediata las medidas que se vienen tomando por parte de los integrantes de la Fuerza Pública, Ejército Nacional (Fuerza de Despliegue Rápido, Brigada Móvil Número Uno, Batallón 39 Sumapaz, Batallones Contraguerrillas) entre otros, y que violan nuestros derechos a la vida, a la libre movilización, derechos de los niños y ancianos con medidas como el impedimento total y arbitrario del paso de víveres para nuestros hijos, en los retenes ubicados a la salida del casco urbano de Cabrera, Cundinamarca, único acceso vial a nuestras veredas y que dista inclusive, a varios días de camino, por lo que tenemos que adquirir nuestros víveres, especialmente en períodos de siembra y de colecta de cosechas”. José Joaquín de J. Hernández, personero municipal de Cabrera, en documento dirigido a la doctora Corina Duque Ayala, defensora del pueblo de Cundinamarca, considera que el decreto dictado por el Gobernador de Cundinamarca debe ser estudiado detenidamente, pues vulnera derechos fundamentales de la población civil, como el derecho a la movilización libre, el derecho a la educación y los derechos de los niños. Opina que los citados decretos parecen más un pequeño Estado de Conmoción Interna, en unos municipios del Departamento que considera, sólo puede proferir el Presidente de la República”.
 
Efectivamente, el decreto 2687 firmado el 19 de septiembre, establece el control del ingreso de personas y la circulación de vehículos en los municipios de Cundinamarca antes mencionados, y limita el tránsito en las vías de Fosca, Une, Cáqueza, Los Medios,Quetame, Nazareth, Las Vegas, Las Aguilas, la Unión y La Playa, que conducen a Gutiérrez y las de Pasca, Cabrera, Venecia y San Bernardo, que conducen a Guayabetal, como también en la misma dirección las de Manzanares y Tunque y otras de Choachí, La Calera,  Fómeque, Viotá, Guataquí y el trayecto entre Beltrán, San Juan de Rioseco y Cambao. La prohibición restringe el uso de maquinaria destinada para la construcción, mantenimiento y conservación de vías en las áreas de operativos militares, el uso y transporte de combustible (gas, gasolina y ACPM).
 
De otra parte, la UP y el Partido Comunista Zonal Cabrera expidieron un comunicado en el cual se afirma:
 
“Rechazamos enfáticamente la agresión militar que impide el normal desarrollo de las labores agrícolas de nuestros campesinos, bloqueando el paso de alimentos, afectando nuestra economía y poniendo en peligro la vida de mujeres, ancianos y niños que habitan la región en la parte alta de Sumapaz”. 
 
 
*    Los anteriores artículos fueron tomados del Semanario VOZ, edición 2063    de   la semana del 27 de   septiembre al 3 de octubre del 2000, que está a la libre disposición para su publicación siempre y cuando se cite la fuente:  
 
 
 
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