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COLOMBIA: SILENCIO CÓMPLICE PARA UN GENOCIDIO IMPERIALISTA

Las organizaciones fascistas, los "paramilitares", se están extendiendo por todo el territorio de ese país, ya sea en el campo o en las ciudades, y llevando a cabo una carnicería general despiadada, terrorífica, y friamente planeada y ejecutada. Cuentan con aviación, helicópteros artillados y armas modernas. Les forman y dirigen los asesores yanquis y les dan apoyo y cobertura total el gobierno, el ejército, la policía, los servicios de inteligencia del Estado colombiano, sus fiscales y sus jueces. Es una guerra generalizada de exterminio contra el pueblo colombiano que se ha rebelado contra la política del imperio yanqui, de otros imperialistas y de su propia burguesía que intenta imponerles la esclavitud de sus sistema de explotación, el capitalismo en la etapa hegemónica total del imperialismo.

No pararemos de decir que lo que está en juego no es solo la suerte de Colombia, sino también la de toda Latinoamérica y el Caribe, y con graves repercusiones en todo el mundo.

A estas alturas llama poderosamente la atención el silencio cobarde y cómplice que reina en casi todo el mundo. Este silencio, en países, medios de comunicación y organizaciones que se consideran revolucionarias y progresistas, es el mejor aliado del genocidio imperialista montado con el dinero y las armas que los USA y otros están facilitando a un gobierno colombiano que ha declarado la guerra a su pueblo y ha entregado la dirección de la misma a las más altas instancias militares del imperio yanqui.

La historia fue testigo también del silencio complice cuando el nazismo alemán comenzó sus guerra de agresión y conquista en Europa y su genocidio que culminó con el holocausto de millones de seres humanos.

¿Por qué la causa de la República española concitó tanto entusiasmo en todos los medios revolucionarios y progresistas del mundo entero y hoy día se asiste en silencio al exterminio del pueblo colombiano y sus organizaciones políticas, sindicales y sociales, y a tantos otros genocidios?

Está claro que la intelectualidad progresista se ha pasado en bloque -salvo escasas y honrosas excepciones- al campo imperialista. Y el proletariado internacional ha sufrido una derrota histórica con el hundimiento de la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia y de todo el movimiento que levantó en el mundo. Sin embargo su lucha remprende de nuevo y hay signos inequívocos por todas partes.

Pero Colombia es un caso especial y muy importante para los imperialistas. En Colombia, a pesar del hundimiento del campo socialista, se mantuvo la lucha revolucionaria en todos los frentes. La guerrilla colombiana llegó a fortalecerse y a extenderse a pesar de las condiciones internacionales desfavorables. Han sido y son un gran ejemplo revolucionario. Por eso el imperio yanqui y sus aliados y compinches quieren dar un castigo ejemplar a Colombia. El petróleo, las riquezas naturales, la mano de obra barata, su posición estratégica en Latinoamérica... todo eso es muy importante para los imperialistas pero, pesa más que eso, el miedo a la rebelión que se extiende por Latinoamérica y el Caribe y que tiene su centro neurálgico en Colombia.

El mensaje del Che no ha muerto. Nadie puede dudar de que si el Che viviera, diría sin vacilar: "esa es la causa que hay que apoyar en todas partes y por todos los medios". ¡Y con qué terribles palabras condenaría ese silencio cómplice de quienes miran para otro lado no queriendo comprometerse con la causa revolucionaria del pueblo colombiano! La responsabilidad histórica es gravísima en estos momentos tanto para los sectores más conscientes y avanzados del proletariado internacional como para todos aquellos que no han renegado de unos principios revolucionarios, al menos de un mínimo deber humano: el deber  de rebelarse  contra los genocidios imperialistas que está sufriendo la humanidad doliente y el deber de solidaridad efectiva con las víctimas de esas agresiones incalificables.

COMUNISTES de CATALUNYA

8 de octubre del 2000

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