Diario de Mallorca (7-5-05)

Radiografía de Acción Católica en la isla

   

El historiador Joan Josep Matas ha investigado un tema poco tratado, Acción católica en Mallorca. Él ha enmarcado su estudio en los años 1931 a 1959. En la isla hubo veinte mil seglares de este organismo

LOURDES DURÁN. PALMA.

La "casualidad" hizo que el historiador Joan Josep Matas se fijara en un tema religioso para acabar haciendo de él su tesis doctoral: De la sacristia al carrer. Acción católica Española a Mallorca (1931-1959). "Soy jugador de basquet y jugando me di cuenta de la importancia que tuvo Acción Católica en el mundo del deporte. Me fascinó el tema de la iglesia, su capacidad de adaptación, su poliedrismo", señala.
Que además fuera un tema poco estudiado le incentivó para apropiárselo como tema de tesis, leída en el 2003 tras seis años de preparación. El volumen, editado por Lleonard Muntaner y que se presentará este lunes, es un "expurgo con los capítulos centrales".
Fue en los años 40 cuando Acción Católica tuvo mayor peso en Mallorca. "Las parroquias eran uno de los pocos lugares donde los jóvenes se podían socializar. Junto a los movimientos de masas del Régimen franquista, eran vías para hacer vida social", recalca el historiador.
Unas veinte mil personas formaban parte de Acción Católica, cuya jerarquía piramidal no impedía el eco social abierto a todos. Matas explica sucintamente qué era: "Un organismo con voluntad de aglutinar a todos los seglares bajo la tutela de la jerarquía eclesiástica. El conciliario era la figura principal, su alma".
La estructura jerárquica que mantenía este organismo era propia de la Iglesia Católica. La junta central estaba en Madrid y a través de consignas regía las llamadas juntas diocesanas de cada provincia.
Las actividades eran de formación y se organizaban en torno a círculos de estudio en los que el conciliario "exponía un tema religioso o de doctrina y se hacía un comentario", comenta Matas.
Otras actividades eran de carácter más lúdicas, sobre todo, deportivas. "Su función era captar jóvenes. Las campañas de recristianización también iban dirigidas en ese mismo sentido". En ellas se abordaban temas relativos a la moral y a las costumbres como el ir correctamente vestidos.
Acción Católica tuvo una secretaría que coordinaba la propaganda a través de diversas publicaciones. El Correo de Mallorca daba a conocer sus boletines, por ejemplo.
Matas Pastor enmarca su investigación en el periodo comprendido entre los años 1931 a 1959. "En este año se produjo la ruptura a nivel estatal porque Acción católica se especializó en el ámbito obrero, rural, comercial y estudiantil", señala. No descarta proseguir sus investigaciones.
Nacida en 1910 al plantear las normas el cardenal Aguirre, Acción Católica perdió su monopolio en la República. "Se sentían amenazados y se tuvieron que adaptar al estado laico. Con el alzamiento, ellos lo apoyaron y con el Régimen franquista su relación no fue directa, pero está claro que el papel de la Iglesia lo legitimó".
"En sus estatutos remarcan su carácter apolítico, pero, en realidad, Acción Católica fue prepolítica o parapolítica", opina el historiador.
Ni que decir que en este organismo, hombres y mujeres estaban separados y las actividades estaban marcadas por su distinto sexo. También la edad creaba grupos distintos.
En la sociedad mallorquina hubo algunos personajes conocidos que pertenecieron al organismo, que de ninguna manera es "parecido al Opus Dei", apunta Matas. Entre ellos estaban el historiador Joan Pons, el empresario Andreu Buades Ferrer y el periodista Antoni Sabater.


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