Para comprobarlo, conozca una cámara que se traga, un
celular para diabéticos, autopsias sin abrir el cadáver, corazones
virtuales...
Cámara comestible
Es como comerse una menta sin masticarla. Solo hay
que superar el susto de pasarse entera una cámara de fotos que baja por el
esófago, supera el estómago y llega al intestino delgado donde toma 30
imágenes de video por segundo. La cápsula endoscópica, con sus 2,3
centímetros de largo y un centímetro de diámetro, es como un reportero
gráfico de los bajos fondos humanos, dedicada a registrar lo nunca antes
visto. Porque mientras retrata los 6 metros de zonas sombrías del
intestino delgado en su viaje entre el duodeno y el íleon, y pasa por
enzimas y glándulas, descubre áreas a las que ni la endoscopia tradicional
ni la colonoscopia habían logrado acceder. Lo mejor es que sale invicta
(es un decir) al otro lado después de cumplir su misión. Por supuesto,
sirve solo una vez. La endoscopia capsular, como la llaman, es una
maravilla de la salud virtual y un avance científico que promete que la
tortura de ir al médico sea menos dolorosa e invasiva que antes. Si se
piensa que la inflamación del intestino afecta a un millón de
estadounidenses, se entenderá que es preferible tragarse la cámara.
En el país solo la tiene la unidad de gastroenterología
de la Clínica de Marly. Esta endoscopia vale 5 millones de
pesos.
El
‘diabeticular’
O hablar por teléfono. En Corea
ya existe el teléfono móvil para diabéticos, un aparato que tiene en la
batería una especie de medidor del nivel de azúcar en la sangre, que luego
aparece en la pantalla. Con el celular, el diabético se conecta a una base
de datos que le recuerda los niveles de azúcar pasados, y le dice qué
ejercicio debe hacer, qué dieta consumir y qué medicinas tomar.
La ventaja del ‘diabeticular’ de
Medical Guard Diabetes es que los pacientes controlan su enfermedad en
cualquier lugar. Pero hay más.
Ya hay hospitales en Europa y
Estados Unidos que utilizan fotografías enviadas por celular para hacer un
seguimiento postquirúrgico a los pacientes operados. Ellos simplemente se
toman una nada estética foto del área lesionada, la mandan a su médico y
este da instrucciones a distancia.
Hace apenas tres semanas fue
lanzado en España. Aún no ha llegado al país. El servicio cuesta solo 6
euros (18 mil pesos) adicionales al uso del celular.
Autopsia sin bisturí
Lo curioso es que la idea de no molestar a los vivos
también llegó a los muertos. Ahora existe la autopsia virtual (virtopsia),
que une dos técnicas (tomografía axial computarizada y resonancia
magnética) para examinar el interior del cadáver, y otra palabra de
pronunciación difícil (espectroscopia por resonancia), para determinar la
hora de su muerte.
“La autopsia virtual no destruye las evidencias forenses
y puede emplearse en culturas y situaciones donde no se acepta”, dijo un
médico suizo a cargo del proyecto. Sin embargo, faltan al menos diez años
para que se imponga en el mundo y los muertos descansen en completa
paz.
Por ahora es experimental. www.virtopsy.com
Consulta cibernética
Por ahora, lo más cercano a ese engendro es Internet.
Según una investigación del hospital de Iowa (Estados Unidos), ahora los
médicos, junto a la fórmula, recomiendan páginas para que sus pacientes se
orienten mejor en la red. El estudio asegura que los galenos prescriben
información como si fuera droga: documentación para que la gente se cure
mejor.
De hecho, en octubre se lanzará la primera revista médica
científica gratis, llamada PLoS Medicine. Estará en la red, abierta al
público para que la ciencia llegue a todos, y no solo a los que pueden
pagar la suscripción. PloS significa Public Library of Science (Biblioteca
Pública de Ciencia).
www.plosmedicine.org/medicine
Un falso corazón
Hay más avances, como el corazón virtual, una maravilla
que late apresurada como si estuviera viva, y que pasa del pálpito furioso
de un recién enamorado al ahogado latir de un moribundo.
Este corazón, ideado por Denis Noble, de la Universidad
de Oxford, ejecuta 30 millones de ecuaciones y si se le mira con un
microscopio, se ve que tiene más de un millón de células que siguen
procesos bioquímicos complejos, y que además tiene bombas, canales,
tejidos que parecen reales y suministro de sangre. El corazón virtual es
tan real que solo le falta latir cuando pase a su lado una enfermera en
minifalda.
Gracias a esta bomba humana se pueden simular
palpitaciones irregulares, aprender a prevenir ataques y ver cómo
reaccionan las medicinas, sin necesidad de ensayar en humanos. Es tal su
realismo que el profesor Noble asegura que en un par de años unirá
pulmones y otros órganos al corazón para crear una especie de Frankenstein
electrónico que se comporte como una persona enferma de verdad.
En etapa experimental. www.physiome.org
Psicología en pantalla
En general, la tecnología facilita la salud. Ahora los
médicos usan los mensajes de texto para recordarles a sus pacientes cuándo
ir a consulta. En la Universidad de Psicología de Milán (Italia), Emilia
Bielli los usó cuando les envió preguntas a 97 pacientes enfermos de
cáncer para conocer su nivel de dolor. Dio resultado.
Efectivo también ha sido borrar el miedo a volar, el
estrés o las fobias por medio de programas de computador, en un fenómeno
llamado telepsicología. Ya se han desarrollado programas interactivos para
vencer el temor a hablar en público o superar el trauma del ataque contra
las torres gemelas. El mecanismo es sencillo: se recrean virtualmente las
imágenes para enfrentar el trastorno.
http://www.previsl.com/es
A la vuelta del futuro
Solo falta que llegue a la
medicina la inteligencia ambiental, que se verá en forma de trajes que
evalúan el estado físico de cada persona; del telespirómetro, para
combatir el asma, y que ya fue ensayado en el Everest; de chips bajo la
piel desarrollado por la Universidad de Ohio (Estados Unidos), y que envía
datos sobre la presión y los latidos del corazón; o de las tarjetas
digitales con los datos del individuo y una representación detallada y
exacta del organismo de cada persona, que se actualizará con el tiempo,
como si envejeciera con uno. Será como un inseparable espía gemelo forrado
en plástico.
Médicos marcan tarjeta
Una paz que perderán los médicos. Porque también ellos
estarán fichados por la tecnología. Cuando asistan a congresos de
medicina, la tarjeta con su nombre tendrá un chip que reportará en qué
lugar están. Así se decidirá si se les concede el certificado de
asistencia o si se les reprime por fallas. Según el diario El Mundo, de
España, el sistema se usará este mes en el congreso de la Sociedad
Española de Medicina Rural. Un computador dará el diploma solo a los que
hayan estado en la sala más del 80 por ciento del tiempo.
Se aplica desde el 2003 en congresos médicos, pero aún no
en Colombia.
ENRIQUE PATIÑO
Redactor de EL
TIEMPO