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Febrero 25 de 2006
Detalles para tener en cuenta, antes de iniciar la conquista

¿Qué comerán los astronauntas? ¿Podrán tener sexo? ¿Con quién? ¿Les durará lo suficiente la gasolina?

¿Cómo mantener el sexo intergalactico?

¿Cómo evitar que seis astronautas recluidos por largo tiempo en una caja de sardinas se maten unos a otros? Ese es uno de los retos más complicados de la misión, porque depende de la misma naturaleza humana. El tema ha sido estudiado por decenas de sicólogos y la conclusión es que en la selección de los astronautas no primará su sapiencia como tales sino su capacidad de adaptación a situaciones extremas. Se inclinarán por personas con experiencia en acampar, que hayan estado expuestas a largos períodos de soledad y recursivas en las dificultades.

Lo que sí no saben aún es como manejar el sexo o su ausencia. Tendrán que considerar la ‘locura’ de los tripulantes que se privarían de tener relaciones sexuales durante dos años y medio.

El año pasado, un astronauta ruso, que llevaba tres meses aislado, trató de besar a la fuerza a una científica de Canadá en la Estación Espacial Internacional. A ella la tuvieron que encerrar varias horas mientras el ruso se calmaba. Por eso la Nasa estudia con cuidado la composición del equipo: ¿Solo hombres? ¿Parejas? ¿Gays?

A beber agua de orina

Dado que en Marte no encontrarán nada con qué alimentarse, los astronautas deberán producir buena parte del agua y los alimentos necesarios para sobrevivir los dos años y medio que, en total, duraría la misión. Para lo primero han diseñado un dispositivo que recoge orina evaporada y la convierte en agua potable, pero quienes la han probado dicen que sabe terrible.

Para solucionar el problema de la comida, se hacen pruebas para sembrar plantas en espacios reducidos y con ingravidez. El trigo es una de las que arrojan mejores resultados. Estas plantas darían parte del oxígeno que los expedicionarios necesitarán.

Entre la radiación y la atrofia muscular

Un tercio de su peso en la Tierra tendría cualquier cuerpo trasladado a Marte, debido a su poca fuerza de gravedad. Un día solar dura allí 39 minutos más.

Exponer a una persona a la ingravidez, durante un período tan prolongado (los seis meses de ida), generaría atrofia muscular y por ende una reducción de la densidad de los huesos.

De no encontrar una solución a este problema, los astronautas no podrían sobrevivir una vez lleguen a Marte, donde de nuevo habrá gravedad.

Para mantener la musculatura están diseñando un sistema de pesas que genera resistencia a través de la succión, una bicicleta estática con campo electromagnético y una caminadora que amarra al astronauta con arneses para producir fricción.

Temen, además, que la alta exposición a la radiación solar eleve las posibilidades de cáncer entre los tripulantes. Para tratar de solucionar el problema, trabajan en la construcción de un material muy parecido al que utilizan los bombarderos invisibles Stealth, con el cual forrarían las naves espaciales.

Sin combustible suficiente

No existen actualmente propulsores lo suficientemente poderosos como para sacar de la órbita de la Tierra una nave espacial tan pesada como la que está prevista para la misión al Planeta Rojo.

De allí que la Nasa considera la posibilidad de dividir la estructura en tres partes que se llevarían al espacio en lanzamientos separados y posteriormente hacer el proceso de ensamblaje allí.
Aun así, se requeriría lanzar una segunda nave espacial para que cargue los equipos y los alimentos.

Las naves, en todo caso, no podrían despegar con el combustible suficiente para ir y volver de Marte. En otras palabras, tendrán que producir el combustible en el espacio. Para solucionar este inconveniente, se estudian varias posibilidades: un dispositivo nuclear, paneles solares, una burbuja magnética gigante que se alimentaría de los vientos solares, entre otras. Si bien alguna de ellas le permitiría a la tripulación llegar a Marte, ésta tendría que encontrar una nueva fuente de energía para despegar y regresar.


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Ligia Parra-Esteban.  Directora
Fundación Voc de Investigación de la Comunicación Entre Científicos.
http://mox.uniandes.edu.co/voc
Luis H.  Blanco.  Secretario de la Junta Directiva.
Laboratorio de Investigaciones Básicas.  Ciudad Universitaria.  Unidad Camilo Torres.  Bogotá.
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