"LEYENDO EL MEDIEVO: LOS HÉROES BALDERIANOS"
El ensayista José Miguel Ferrer Puche publica un extraordinario esbozo filosófico sobre las "Crónicas de Widukind" en la revista de actualidad cultural más importante: CULTURAMAS. Hace escasos días se producía en Nueva York la réplica a la representación que tuvo lugar en Barcelona a principios de año con la presencia del editor francés Jean-Mathieu Gosselin y del reconocido Daniel Fernández, desde hace años cabeza de familia en Edhasa, sello por antonomasia especializado en la mejor novela histórica. Hace escasas semanas, era la prestigiosa revista francesa L’Actualité de l’Historie la que trataba en profundidad la técnica y motivación literaria de este alicantino universal, al que definía como “le révéler de les tensions heroïques”. Puedes leer el artículo completo en Culturamas De los autores europeos actualmente afincados en los Estados Unidos, es Artur Balder el artista más polifacético y, paradójicamente, el más fiel a la veracidad intelectual de un pensamiento crítico que corre paralelamente junto a la producción de sus novelas, alimentando y ejemplificando lo que de otro modo sería sólo teoría política y crítica histórica de la contemporaneidad. Quizá sea éste uno de los problemas claves planteados por Balder en los dos episodios publicados hasta la fecha de su «Crónica de Widukind», «El Evangelio de la Espada» y «Los Señores de la Tierra». Efectivamente, dicha obra nos enfrenta, al menos, con una doble realidad: la Crónica (o su autor) como lectura (o lector-emisor) de un Conflicto: la cultura (sociedad medieval en apariencia y proyección de la actual) y su lectura, sin duda, a modo de Texto Total o Intertexto. Los lectores posibles de «la Crónica» como receptores, destinatarios: lectores individuales partícipes del virtual «Lector Ideal» definido por las teorías de Umberto Eco. Con estas perspectivas arriesgamos nuestra enunciación, hipotética por ahora, en torno a las dos cuestiones planteadas hasta el momento: caracteriza a esta obra balderiana âdifícilmente delimitada sólo con la denominación clásica de novelaâ su lectura modélica de la cultura medieval heroica y con rotundidad puede definirse, con una contemplación general de la estructura superficial o tramoya narrativa, como una novela sobre la lucha de clases recreada en un ambiente medieval. Al hacer estas afirmaciones alineamos a Balder dentro de la visión del mundo medieval que ya se ha impuesto entre los medievalistas como interrelación de modelos y esquemas de lectura de la Historia Marxista, de la Escuela de los Anales, de la Historia Total, de la Nueva Historia, así como de los críticos (fundamentalmente semióticos, formalistas y semiólogos) donde la cultura aparece como un macrotexto presentado ante los posibles lectores como una dimensión colectiva polivalente. Reclaman la presen cia de lo alegórico y especialmente de lo ideológico, como elementos de lectura, pues Balder responde claramente en sus ensayos: lo simbólico es una fuerza tan material como lo son los mecanismos entre las diversas potencias de producción.