___________________________________________________________________________
OCULTISMO                                         OVNIs                         
             PARAPSICOLOGÍA

Año 7                            Miércoles 3 de enero de 2007                   
     N° 161            
AL FILO DE LA REALIDAD
"Disiento con lo que dices, estoy en total desacuerdo con ello,
pero defendería con mi vida tu derecho a decirlo". Voltaire.

((( Fundada el 10-5-2000 )))
                                                                                
                                      
 Director:   Gustavo Fernández          Técnica:   Alberto Marzo
                                                                                
                                      

* Desde Paraná (Entre Ríos, Argentina)
para 7205 suscriptores (auditado por eGrupos)
en todo el mundo *



Las ediciones anteriores de esta serie se publicaron en:
AFR Nº 139: parte 1
AFR Nº 140: parte 2
AFR Nº 141: parte 3
AFR Nº 142: parte 4
AFR Nº 143: parte 5
AFR Nº 144: parte 6
AFR Nº 145: parte 7

Por el momento no están disponibles en línea,
pero puede solicitarlas al Editor.


GUARDIANES DE LA LUZ, BARONES DE LAS TINIEBLAS

(octava parte)

escribe: Gustavo Fernández






    Dos hitos señalan el comienzo de una Búsqueda. El uno, comprender que estas 
sociedades esotéricas, secretas, tanto para bien como para mal de esta y otras 
humanidades que pasaron, pasan y pasarán por esta Tierra, hunden sus raíces en 
un infuso momento histórico pero en todo caso no menor al año 18.000 A.C. El 
otro, aparentemente totalmente ajeno al punto anterior, es la increíble 
coincidencia (no sólo simbólica, también episódica y descriptiva) entre los 
Encuentros Cercanos del III Tipo o, más exactamente, las abducciones, y las ECM 
(Experiencias Cercanas a la Muerte). En efecto, no puede negarse (a menos que 
una forma oportunista de maniqueísmo intelectual lleve al lector o lectora a 
reconocer sólo unas en detrimento de las otras, o cierta miopía conceptual no 
ajena al paradigma académico de la “especialización” lo obnubile), que la 
poderosa luz que se aproxima, el “túnel” (que en buena parte de la literatura 
ovnilógica es asimilable al “haz coherente de luz” que salpica la casuística, 
actuando como inmaterial elevador), la o las entidades, la comunicación 
“telepática”, el “tiempo perdido” en Ovnilogía y el “tiempo alterado” en 
Peritanatología, el despertar espiritual del protagonista con toda su secuela, 
son demasiadas coincidencias para negar lo que desde hace años venimos 
sosteniendo: que dejando de lado un porcentaje genuinamente extraterrestre, la 
mayor parte de las entidades asociadas a OVNIs son de naturaleza 
extradimensional, de modo que sus “mecanismos de traslación” son 
indistinguibles en muchas ocasiones de algunas formas de fenómenos erróneamente 
interpretados como “parapsicológicos”. Que, por ende, las abultadas crónicas 
históricas sobre “seres espirituales” sólo refieren con otro nombre a seres de 
otras dimensiones, y que algunas de esas entidades tienen para con nosotros 
intenciones ora aviesas, ora amigables. Y que desde el comienzo mismo de la 
humanidad grupos de “élite” fueron depositarios del Secreto, guardianes del 
Umbral, sicarios o servidores.



    Alguna vez, las Religiones y las Iglesias fueron las poseedoras de las 
verdades últimas. Ellos fueron entonces, arcanos hierofantes, los Guardianes de 
la Luz. Devenidos en herramientas políticas e inficionados por los primigenios 
Illuminati, son hoy funcionales a los Barones de las Tinieblas. Las claves 
sagradas están en esa Religión Primordial Universal, en esa Sabiduría Antigua 
que las modernas Iglesias (aun con dos mil años a cuestas, es como si hubiesen 
surgido ayer) han plagiado y enarbolado como de su cosecha propia. Cuando 
leemos: “Dios es el Padre, el Verbo, su Hijo, su Unión es la Vida, Dios es Uno 
y Trino a la vez”, ¿estamos frente a una poética parábola cristiana? No. ¿Un 
axioma “yavehístico” del Pentateuco, rezado por los seglares del pueblo de 
Abraham? Tampoco. Estamos escuchando al sacerdote de Osiris que, cuatro mil 
años antes de nuestra Era, revelaba éstas y otras verdades al adepto cuando 
recitaba el Poimandres del sabio Toth devenido apoteósicamente en Hermes 
Trimegisto.



    La Flor de Isis era la Rosa Mística de la sabiduría que encierra el Amor en 
su corazón. La Rosa Mística... ¿a qué suena esto? O Krishna, atado a un árbol y 
asaeteado, remite a San Pantaleón cuando no al mismo Jesús pues, milenios 
antes, él ya había nacido de la virgen Devaki y predestinado a morir a los 33 
años... Y así también, como encontramos a los siete dioses cosmogónicos 
egipcios en todas las mitologías posteriores.



    Esa Ciencia Egipcia ya había descubierto, por ejemplo, lo que enseñan hoy 
la moderna Parapsicología y los más avanzados estudios sobre la Vida después de 
la Muerte: que las “almas” —o “paquetes de memoria” (ver “Algunos apuntes sobre 
la vida después de la muerte”, en Revista “Al Filo de la Realidad” Nº 14)— 
pasan a “planos superiores” o “más sutiles” si son “eróticos” o más densos (o 
quedan “anclados” en la materialidad) si son “thanáticos”. Osiris decía: “¿Ves 
una simiente luminosa caer desde los cielos de la séptima esfera? Son gérmenes 
de almas. Ellas viven como vapores ligeros en ese plano, dichosas, sin 
preocupaciones, ignorantes de su felicidad. Pero al caer de esfera en esfera 
revisten envolturas cada vez más pesadas. Su energía vital aumenta, pero a 
medida que entran en cuerpos más espesos pierden el recuerdo de su origen 
celeste. Así tiene lugar la caída de las almas procedentes del divino Éter. Más 
y más prisioneras de la materia, más y más embriagadas por la vida, se 
precipitan como una lluvia de fuego a través de las regiones del Dolor, del 
Amor y de la Muerte, hasta su prisión terrestre, donde tú gimes retenido por el 
cetro ígneo de la tierra y donde la vida divina parece un vano sueño”.



    El infierno cristiano, tan poco creíble hoy para la humanidad, ya no cumple 
una función educadora y ejemplificadora. Pero en Luxor se enseñaba que siendo 
el alma hija del cielo y siendo su viaje una prueba, al amar desenfrenadamente 
la materia pierde el recuerdo de su origen, vuelve a la región etérea como un 
chispazo sin vida inteligible, desagregándose en el torbellino de los elementos 
groseros. La tortura de las almas bajas y malvadas sólo termina en su 
destrucción, que es la pérdida de toda conciencia. La Nada es el verdadero 
infierno.[1]

 

    Si en vez de un Averno caluroso y extrañamente semejante a las mazmorras de 
la Inquisición hubiese pervivido y expandido la concepción egipcia de aquél, 
¿no hubiera sido más aleccionador, coherente con los más avanzados 
descubrimientos de la ciencia? ¿No hubiese estimulado a las masas a explorar 
por motu proprio las vastedades de lo espiritual sin necesidad de la amenaza 
clerical?


    Por ello sostenemos desde aquí que el extraño exterminio histórico de la 
religión egipcia no se explica sólo por sus supuestas y no probadas falsedades 
o por el imperio dominante de la autoridad de turno: se explica por la 
necesidad de privar a la Humanidad de una teología vastamente compleja y con 
muchas más respuestas que las que le sucedieron después. Y quede claro que es 
infantil suponer que esta teología se construye sobre la mera creencia en 
dioses con cabeza de animal: paupérrimo es quien no vea en ellos lo que son: 
símbolos esotéricos que los no iniciados adoraban fetichísticamente, como 
fetichísticamente la piadosa católica toca la pila bautismal vacía antes de 
santiguarse.



    Porque el Esoterismo es las religiones no es sólo cierto; es necesario. Si 
no hubiese un Esoterismo en las Escrituras bíblicas y su razón fuese sólo 
moral, sería perverso esconderlo en parábolas.



     Un Esoterismo que, si no es comprendido aún en sus enunciados más 
elementales, ¿cómo podemos esperar sea buceado en sus honduras más 
trascendentes? Jacob, hijo de Isaac y éste de Abraham, eso nos dice el 
Pentateuco,  y ver en ellos una sola familia. Pero Abraham es Abram que deviene 
de Orham, voz caldea. Isaac, por su prefijo Is (ish) era voz egipcia. Jacob, 
como José, seguramente fenicio. Jefes distantes en el tiempo y la geografía de 
clanes semíticos que respondieron a un dios menor, tectónico, local, YHWH. Pero 
ni siquiera comprendemos que esa “paternidad física” esconde sólo una 
“paternidad espiritual”, en el sentido de herederos en el credo. ¿O acaso 
cuando llaman “padre” al cura del barrio lo sospechamos “pata de lana”[2] con 
nuestras adúlteras madres?



    Intuyo al judaísmo como el primer brazo doctrinario de los Barones de las 
Tinieblas. Impusieron a sangre y fuego a un “dios del amor” que ordenaba la 
matanza de miles de inocentes en los pueblos conquistados, un dios que bendice 
a un padre que copula con sus hijas; un dios así no es un dios, es un hijo de 
puta. Un culto tan vacuo que todo lo robó y plagió, desde Noé (el Ut – 
Naphistim sumerio) y el Diluvio, hasta la escala de Jacob, con el dios allá 
arriba y los ángeles subiendo y bajando, una penosa alegoría tardía de la 
escala evolutiva osiríaca de las almas ya descrita. ¿Qué se nos dirá aquí? ¿Qué 
la visión jacobina es más “comprensible” para el vulgo iletrado que la profunda 
imagen egipcia? Sin duda; y eso, precisamente, porque la civilización judeo 
cristiana pone la religión antes que la educación y un pueblo iletrado y 
asustado ha sido su máxima aspiración. Pero contradíganme ustedes: esa imagen 
simplona de escaleras es casi indiferente y hasta ridícula para un espíritu 
ávido de iluminación. La otra, empero, la imagen de Osiris, estimula el 
intelecto y la reflexión, y es precisamente por esto que ha sido, al igual que 
otros remotos conocimientos místicos, ignominiosamente bastardeada.



    El Yahvé bíblico era, ciertamente, de origen africano. Más precisamente, 
reverenciado entre etíopes y nubios que habían dominado Egipto hacia el 8.000 
AC, cuando claramente la raza negra sucedió a la roja en el dominio no sólo de 
los principales centros civilizados sino, más precisamente, de la Sabiduría. 
Una raza que había llegado y conquistado también lo que hoy es América, 
adoradores de grandes serpientes como símbolo vivo de sus dioses ancestrales, 
los dragones, imagen de reptiles inteligentes llegados del Cielo. Educadores y 
civilizadores, pero también explotadores. Alguna vez refugiados en mundos 
subterráneos, el culto a éstos se mimetizó con el del fuego y los volcanes. Y 
allí, en Madián, entre el Golfo de Elam y Arabia, protegido por un macizo 
volcánico, su iniciado Jetro supo aguardar a Moisés. Un dios exclusivo creado 
para una sociedad que en el éxodo no superaría los diez mil miembros. Para el 
concepto metafísico de la palabra “dios”, no puede existir un pueblo elegido, 
ni un dios sólo para ese pueblo. Si así fuera, es sólo un dios menor, 
particular y discriminatorio.



    Fue en la cripta subterránea del templo de Madián, análoga a la Cámara del 
Caos bajo la Gran Pirámide[3] donde Hosarsiph (quien aún no había recibido su 
nombre hebreo de Moisés) fue sometido a un sueño cataléptico que duró varios 
días. El fin; recibir impresiones y conocimientos a través de su cuerpo astral, 
para “renacer” a su misión: obligar al mundo a adoptar un culto, una raza, una 
nación. Pero en ese plano (el astral), esa “tierra de nadie”, es donde se 
producen los contactos e interacciones entre humanos y Barones de las Tinieblas.



    La Antigua Religión, la verdadera, era entonces ingeniería espiritual y 
ante ellas las modernas parecen poco más que cursos por correspondencia. La 
Religión verdadera responde a las necesidades del espíritu, de allí su magia 
eterna. La Ciencia, a las de la mente, de donde su fuerza invencible. Hoy, ni 
las Iglesias aprisionadas en sus dogmas ni las ciencias encerradas en la 
materia saben hacer hombres y mujeres completos. El arte de crear y de formar 
las almas parece haberse perdido y no se volvería a encontrar hasta tanto 
ciencia y religión, refundidas en una fuerza viva se apliquen juntas y de común 
acuerdo al bien y la salvación de la humanidad. Hasta entonces, las deslucidas 
religiones modernas seguirán llamando “formar el alma” a condicionar mediante 
amenazas, más o menos sutiles, las mentes, y las ciencias académicas seguirán 
llamando “avances científicos” a construir máquinas, sistemas sociales, 
terapéuticas y técnicas donde la Entropía (si física, mental o espiritual, es 
anecdótico) siga siendo reina y señora, habiendo tantos otros caminos de 
conocimiento que recorrer. Cuentas de colores por oro.



    Toda expresión de pensamiento en las Antiguas Religiones es uno y trino a 
la vez (como corresponde), hablado, significativo u oculto, ya se trate de un 
sentido propio (que se comprende claro, sencillo), figurado (simbólico) o 
trascendente (sagrado y jeroglífico). Las religiones modernas supieron 
balancear su despotismo vertebral con una acción demagógica: sólo hicieron 
conocer al primero de éstos, creyendo ser así más “populares”, perdiendo todo 
lo demás. En consecuencia, nada saben, nada comprenden.



    Porque si lo hicieran, descubrirían que las dos versiones yuxtapuestas del 
Génesis (el “elohísta” y el “llavecita”) sólo tienen una razón de ser: la 
primera transmite la acción de los Guardianes de la Luz en el principio de los 
tiempos. La segunda, el arrebato de los Barones de las Tinieblas.



    El judeocristianismo (con odio irracional hacia el género femenino) 
literalmente aplasta las verdaderas, antiguas religiones lunares, matriarcales 
(ver mi artículo “La doble moral de las Iglesias: Redescubriendo la Diosa 
Primordial”, en AFR N° 128). A pura fuerza bruta el machismo se hace dominante. 
Culturas matriarcales como Catäl Hüyuk desaparecen sin razón aparente. Se nos 
conculca la idiotez de un Adán y una Eva literales así como unas manzanas cuyo 
significado oculto hemos revelado (los remito a “Lucifer: ...”[1]) 
ocultándosenos que Adán es Adam Kadmon (“el hombre primordial”), es decir, el 
ser humano en potencia que sólo existe (EVE) “ser – siendo” a través de la 
mujer. Sin la cual no existe, una vuelta de rizo al matriarcado original. Pero 
no; ocultemos la fuerza femenina, lleguemos a dudar de que las mujeres tengan 
alma, quitémosles relevancia social y, de paso, olvidemos que lo importante de 
ese Che Guevara espiritual llamado Jeshua Ben Yosef (Jesús) fue su mensaje y no 
las negadas intimidades con María Magdalena.



    En esta intoxicación espiritual entreveo la mano de nuestros viejos 
conocidos, los Illuminati que, por caso y en un específico momento histórico, 
sacan del cono de sombras a la otra María, la virgen, que pasa por decreto de 
ser simple tubo de ensayo del Espíritu Santo a representante sindical de la 
humanidad ante los cielos. Hay que estar ciego para no ver aquí lo que es: una 
desviación destructiva de las pulsiones femeninas de la grey, enfocándoles en 
un personaje respetuosamente ensalzado pero siempre subordinado al Padre y al 
Hijo, que como buenos machos de una típica familia siciliana son los que, en 
definitiva, deciden. Un “movimiento mariano” que absorbe piadosamente el 
arquetipo femenino de la mente colectiva, no sea cosa que terminemos corriendo 
a adorar a algún Ser Omnipotente con tetas.



    Porque, según el mismísimo Génesis, “Dios creó al hombre a Su imagen y 
semejanza; varón y hembra los creó”. Es apasionante observar cómo el 
condicionamiento memético[4] de tantos siglos obnubiló lo que no puede ser más 
simple y evidente en esa frase: que los principios femenino y masculino, el 
Ánima y el Ánimus, yin y yang que se equilibran y complementan necesariamente, 
ya estaban allí presentes en Él / Ella y en cada uno de nosotros.



    Es interesante comprobar cómo los Barones de las Tinieblas intoxicaron los 
originales y verdaderos caminos, herramientas y técnicas de apertura espiritual 
(y necesariamente y en algún momento, de interacción con los Guardianes de la 
Luz), dictando y conculcando “formas predeterminadas” de “hacer religión” 
comunes a casi todas: la castidad, el ayuno, la abstinencia, la penitencia, la 
autoflagelación (no sólo física, también psicológica y moral, que es peor) y la 
oración.



    Alto. Veamos este último punto. La light New Age nos ha bombardeado con 
textos donde se vendía el valor “milagroso” de la oración[5]. Sin duda, 
cualquier técnica que nos permita “enfocar el espíritu” puede ser útil para los 
egoístas, personales e inmediatistas fines que generalmente desea el devoto: 
sanaciones, regreso de seres amados, encontrar trabajo. Pero esa humana 
necesidad olvida que, en el proceso, se desguarnece la mente y se “vibra” 
emocionalmente al unísono con el dictamen de un tercero. Y demostrada hace rato 
la correspondencia entre lo emocional y lo astral, es obvio que mientras 
recibimos inmediatas satisfacciones al orar estamos simultáneamente permitiendo 
que nuestro cuerpo astral quede expuesto, obediente, a Otras Voluntades que tal 
vez no son precisamente las que pensamos. Otra vez, cuentas de colores por oro.



    La Antigua Religión proponía en cambio otros caminos: los remotos rituales 
a otros dioses, los Pequeños y Grandes Misterios, recorrer la geografía sagrada 
para resonar con las fuerzas ocultas de la Naturaleza (todos los antiguos 
pueblos que recibieron su organización de los Misterios tuvieron su geografía 
sagrada, en que cada comarca era el símbolo de una región o plano puramente 
intelectual y supraterrestre del espíritu: es la raíz de las peregrinaciones de 
tantos cultos posteriores). Y disfrutar la Poesía en vez de tanta catequesis.



    Los lingüistas suponen que “poesía” deviene del griego “poiein”: hacer, 
crear. Pero como ignoran el remoto “triple sentido” del lenguaje ya citado, 
olvidaron el verdadero origen: “poesía” deviene de “poieisis” que a su vez se 
origina en la voz fenicia “phohe” (discurso, lenguaje) e “ish” (Ser Superior). 
El etrusco “Aes”, el galo “Aesa”, el escandinavo “Ase”, el yoruba “Axé”, el 
egipcio “Os” (señor) y “Os – Ir – Ish” (Osiris) tienen la misma raíz. La Poesía 
antigua tenía entonces un sentido secreto y mágico, y por ello se la conocía 
como “la lengua de los dioses”. Por eso la Antigua Religión y la comunión 
(“común unión”) con los Guardianes de la Luz requiere lugares sagrados de la 
geografía, rituales eleusíacos y órficos, y la declamación, audición o lectura 
de antigua poesía. En esos rituales donde tardíamente se rendía culto a Apolo 
pero que originariamente era uno de los Guardianes cuatro mil años atrás, “Ap 
Olen” significaba Padre Universal y “Olen” era uno de los entes solares que 
protegían a la humanidad. “Ap Olen” era también “Ap Wholón”, de éste, “Wotan” 
escandinavo y “Votán” entre los amerindios. Es sólo en la Grecia decadente 
cuando Apolo se asocia con el Sol y aun así, mil trescientos años antes de 
Cristo es el eco del Aton, del dios solar de Akhenatón, el dios Primordial 
simbolizado en el astro rey. Pues Aton, Amon, Ra, el mismo Osiris, todos se 
identificaron en algún punto con el Sol pero no el mismo Sol, y sólo la supina 
ignorancia puede pensar en endiosar a la estrella cuando “culto solar” es culto 
al arquetipo masculino. El Atón era el Sol como imagen de energía vivificadora 
y así se perpetuaba la idea de la energía universal, luego conocida como “chi”, 
“ki”, “orgón”. Ocho mil años antes de Cristo ya era el “manas” polinésico lo 
que demuestra que cuanto más antiguo nos remontamos más evidente es la idea de 
entidades espirituales universales sin forma, y sólo en tiempos tardíos se 
antropomorfizan o animalizan, lo que es exactamente al revés de lo que cabría 
esperarse de una simple necesidad religiosa que fuera de lo primitivo a lo 
socialmente más complejo.



    El culto a Olen evolucionó al de Dionisios, pero no el bacante Dionisios 
ebrio (de donde devino Baco) sino el Dionisios celeste. Un culto que imperaba 
alrededor del 4.000 AC bajo la Era astrológica de Tauro. De allí el Baco con 
cabeza de toro, el Minotauro y el primitivo “contrario” (Satán) de los 
cristianos, que no era un macho cabrío sino una testa taurina con cuerpo humano.







Arriba: entidades con rostros humanoides y vagas insinuaciones reptiloides en 
Guadalajara, circa 18.000 AC.







En Mas d'Azil, Francia, alrededor de veinte mil años atrás, humanoides 
reptilescos.





Abajo: diversas representaciones de las diosas matriarcales, opulentas, 
fértiles, del Magdalaniense, sur y centro de Europa.



















Arriba: la perfección artística del Paleolítico hubiera permitido mostrar a un 
ser humano, si de ello se tratare. Pero no; he aquí un ser vagamente humanoide 
dentro de un objeto brillante que trae la muerte (el puñal a la izquierda). 
Asturias, España.

Abajo: en Rusia, el futurismo casi cubista de este "dios" nos trae, ya hace 
treinta mil años —como si el arte mejorara cuando más nos retrotraemos— la 
"cruz invertida".









--------------------------------------------------------------------------------

[1] Ver “Satanás: el eterno Prometeo”, en AFR N° 15 (parte 9 de la serie 
"Fundamentos Científicos del Ocultismo").

[2] “Pata de lana”: argentinismo por amante clandestino. Se refiere a quien se 
desliza silenciosamente sin calzados —o con la delicadeza de quien tuviera 
“pies de lana”— en la vivienda y el lecho de la mujer infiel.

[3] En nuestro libro “El correcto uso del péndulo y la pirámide” (Ediciones 
Siete Llaves, Buenos Aires, 1999) hemos abundado en este tópico. Sucintamente, 
diremos que a un tercio de la altura de la Gran Pirámide pero excavada en la 
roca viva bajo ella existe una cámara, análoga a la Cámara del Rey pero a medio 
hacer, donde se concentran los aspectos inversos de la energía positiva de 
aquélla. Era un lugar de prueba, donde el iniciado debía superar una difícil 
noche. Algunos autores opinan, con poco tino, que el hecho de que esté a medio 
hacer es porque el constructor en un momento se arrepintió de la misma y ordenó 
abandonarla y construir “hacia arriba”, lo cual es casi un insulto a la 
inteligencia egipcia —como si éstos no planearan con debida antelación sus 
emprendimientos— y se obvia comprender que ello tiene un significado simbólico: 
referir el “desorden cósmico” de la entropía en contraposición al “orden 
cósmico” de la negantropía expresada en la geometría de la Gran Cámara.

[4] Ver “La Intoxicación en las Paraciencias. Memética e Illuminati”, en AFR N° 
155.

[5] No es casual que se trate, en la inmensa mayoría y en su totalidad durante 
las cuatro primeras décadas de esta “moda”, de autores angloparlantes y de cuna 
evangelista.




--------------------------------------------------------------------------------


SE PERMITE LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL
MENCIONANDO FUENTE Y ENLACE:

AL FILO DE LA REALIDAD
www.alfilodelarealidad.com.ar


--------------------------------------------------------------------------------


Al Filo de la Realidad es órgano de difusión del Centro de Armonización 
Integral, academia privada dedicada a la investigación, difusión y docencia en 
el campo de las "disciplinas alternativas", fundada el 15 de octubre de 1985 e 
inscripta en la Superintendencia de Enseñanza Privada dependiente del 
Ministerio de Educación de la República Argentina, bajo el número 9492/93.


--------------------------------------------------------------------------------




[As partes desta mensagem que não continham texto foram removidas]



========================================================
       A A1 Web Solutions hospeda o site da BURN
Hospede seu site ufológico aqui e ganhe 10% de desconto

            http://www.a1web.com.br/

========================================================
Brazilian UFO Research Network - http://www.burn.com.br/
========================================================

"Os incapazes de atacar um pensamento atacam o pensador"
                                         [ Paul Valéry ]

--------------------------------------------------------

  Duvidas sobre a lista? Ler historico? Como mudar suas
  configurações? Quer sair da lista? Acesse agora mesmo
  nossa seção de Perguntas Frequentes no endereço:

   http://www.burn.com.br/perguntasfrequentes
-------------------------------------------------------- 
Links do Yahoo! Grupos

<*> Para visitar o site do seu grupo na web, acesse:
    http://br.groups.yahoo.com/group/ufoburn/

<*> Para sair deste grupo, envie um e-mail para:
    [EMAIL PROTECTED]

<*> O uso que você faz do Yahoo! Grupos está sujeito aos:
    http://br.yahoo.com/info/utos.html

 

Responder a