DE POLITIZAR DECISIONES PARA GANAR SIMPATÍAS ELECTORALES ES EL ASUNTO

A propósito del terremoto, el posicionamiento de la solidaridad
costarricense como logro de gobierno y la subida en los precios en los
servicios que ofrece el ICE

Por Alvaro Arnoldo Araya Alpízar

 

Mientras la Catarata de la Paz, Cinchona, Vara Blanca, San Gabriel y los
parajes de campos y pueblos de la cordillera camino a Sarapiquí lucían sus
trajes verdes de fiesta, los Arias vivían sus peores días porque el 8 de
enero no había llegado con su terremoto.  Pero, cuando los Arias tenían su
justificación mayor para mostrar sus mejores discursos de compasión y
solidaridad ardió en llamas una gran bodega con mucho de lo necesario para
socorrer a las y los damnificados. Entonces, se volvió a utilizar el viejo
truco de callar el cuestionamiento con el arma de la premura por asistir a
quienes sufrían. También, y como si fuera poco la descoordinación inicial de
las labores de rescate se permitió que unos cuantos hicieran su agosto en
enero cobrando lo que les venía en gana por trasladar a turistas
desesperados… Y los responsables en uno y otro caso: ¿Qué? ¿Cómo ocurrió?
¿Quiénes actuaron? ¿Por qué? ¿Quiénes eran las o los responsables de esto y
aquello? 

Con esta estela de preguntas vinieron días de abundante solidaridad de
frontera a frontera y de costa a costa, y con la contumacia desproporcionada
de los medios al valorar como bueno lo que los Arias hacían y dejaban de
hacer. Así “se creó clima ideal de efectividad gubernamental a prueba de
cualquier error”. Esto ocurría, mientras por aquí y por allá se presentaban
testimonios sobre dirigentes políticos que proponían soluciones de vivienda
y otras a cambio de voto para esta o aquella papeleta, e inclusive se llegó
con la cantaleta de los diarios de Casa Presidencial y otros artificios
electoreros que hacían y hacen pensar que el “fraude de la solidaridad esta
en marcha”. Desde el primer rescate, los Arias aparecen una y otra vez
frente a las cámaras, junto con sus ministros, como héroes en las labores de
asistencia. Una visita en este pueblo y otra en otro; un niño que se alza,
una anciana que es consolada… El terremoto, “tenía que acarrear dividendos
políticos”, era la oportunidad para cobrar el derecho a la “compasión por
toda la corrupción probada” con el patrocinio de los muertos y la
destrucción de los pueblos. Estaba, por descontado, la urgencia de una
proclama de luto nacional y la promoción de las campañas de solidaridad,
pero ¿por qué  cargar sobre nuestras conciencias el deber de obviar la
utilización del sufrimiento de la gente, como un medio para promover
aspirantes presidenciales y “ganar simpatías”? ¿Por qué si la solidaridad
vino y es de la colectividad, que sin banderías se multiplicó y multiplica
para dar y apoyar  a la población damnificada? 

En este contexto, desde la madrugada del viernes 9 de enero el país fue
testigo de como la “tropa del ICE” avanzo hacia la zona del desastre. Y como
de pescar simpatías para los Arias en el río revuelto es la consigna, la
Junta Directiva del ICE, “escogida y nombrada a gusto de ellos”, decide
paradójicamente aplicar unilateralmente una serie de alzas en los servicios
que presta la institución, en plena campaña de reconstrucción y solidaridad
pos terremoto. Las contradicciones de los voceros gubernamentales de una y
otra parte, ponen en evidencia que las nuevas tarifas carecen de
credibilidad técnica -aparte de la entrada en vigencia del TLC- “si de
estimular la competencia para favorecer a las mayorías es el asunto”. Y en
el marco de “muchas sospechas” se promociona ahora la decisión de la SUTEL
de intervenir, como reguladora de la competencia de los servicios de
telecomunicaciones. El mensaje es claro: el ICE no es solidario. Se
aprovecha de la conmoción nacional para aplicar las alzas en las tarifas. Me
decía un vecino, “ya ve lo que dice la tele, por eso hace falta la
competencia para que el ICE no abuse de los ciudadanos y ciudadanas”.

Estamos asistiendo a una obra maestra del populismo neoliberal. Para los
hermanos Arias, los damnificados del terremoto y los mismos usuarios de los
servicios del ICE no cuentan en sus lamentaciones, son lo que son por ser
sinónimo de votos … Todos somos parte del botín político a utilizar en “la
campaña electoral que desarrollan los hermanos Arias desde la Casa
Presidencial”. 

En este contexto, muchos que se dicen defensores del ICE, cual émulo de las
tortugas baulas que ya  no llegan a anidar a nuestras playas, se han
mantenido sordos, ciegos y mudos ante el supuesto malestar de los Arias en
torno a las nuevas tarifas, sin pensar en la complicidad de la Junta
Directiva y ciertos cuadros superiores del ICE. Ellos han logrado desviar la
atención sobre las denuncias de corrupción que pesan sobre las espaldas de
los Arias y manchar la imagen del ICE, desde adentro. Un servicio que el
Régimen Arista, sin duda, apreciará muchísimo…

A medida que se arreglan y conectan las redes de servicios a cargo del ICE
en la zona de desastre y que las tareas de reconstrucción avanzan con
diferentes niveles de logro en la zona, resulta terriblemente paradójico que
los Arias, “responsables directos” de la selección y orientación política de
los miembros de la Junta Directiva del ICE,  se muestren “disgustados con su
decisión de aumentar las tarifas en los servicios de la institución”.
Entonces, ¿por qué no pensar en la utilización política de las alzas en los
servicios, si lo han venido haciendo con el sufrimiento y necesidades de las
y los damnificados del terremoto? ”. ¿A quién pretenden engañar los hermanos
Arias? Usted, ¿qué opina?

 

"Grande es la coherencia, pero aún más grande la verdad, desde un punto de
vista práctico, cuando se es consecuente siempre, sin dejar que el silencio
venza la verdad".

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