Yo sigo pensando lo mismo: Entre vivir en medio del monte aislado de todo y de todos y vivir en pleno centro de una gran ciudad en una casa de paredes de cristal transparente y con las puertas abiertas para que entre quien lo desee hay un gran trecho.

Creo, es mi opinión, que tampoco deberíamos volvernos paranoicos con ciertas cosas y sí que deberíamos practicar un uso más responsable de las aplicaciones o sistemas que usemos.

Yo, a la gente que me dice que no tiene nada que ocultar, que les da igual que los expíen siempre les pongo el ejemplo de qué pensarían si en vez de pasar por Google o Facebook tus mensajes diarios pasasen por una oficina de tu ayuntamiento y los estuviese leyendo alguien que es tu vecino, alguien a quien conoces.

¿Mandarías igual tus fotos íntimas a tu novio/a?

Al final, el problema, para mí, está enquistado ya que el "enemigo", entendido como tal quien te controla, no tiene cara, no tiene rostro. Es algo inocuo: Google....Facebook....Amazon....

Nos ha tocado vivir una época en la que a la sociedad, en general, le importa bien poco todos estos temas, con tal de que les funcionen las aplicaciones que usan a diario.

Responder a