INDIGENAS-CHILE: Valle diaguita amenazado por Pascua Lama
Por Daniela Estrada, enviada especial 






Protesta escrita contra Pascua Lama en un muro.


Crédito: Daniela Estrada/IPS.


ALTO DEL CARMEN, Chile, oct (IPS) - La comunidad diaguita huascoaltina, rodeada 
de minas de oro, plata y cobre en la norteña región chilena de Atacama, se 
siente amenazada de muerte. Mientras redescubre su identidad indígena, lucha 
por impedir que proyectos mineros como Pascua Lama se desarrollen en su 
territorio. 
La comunidad, integrada por 260 familias, unas 1.200 personas, vive en el 
fértil valle del río El Tránsito, en la comuna de Alto del Carmen, 190 
kilómetros al sureste de la capital regional Copiapó. Se los conoce como 
huascoaltinos porque residen en la parte más encumbrada del más amplio Valle 
del Huasco. 

Decenas de huascoaltinos consultados por IPS están convencidos de que el 
multicolor valle que los cobija "morirá" si se explotan los yacimientos 
ubicados en las altas cumbres de la cordillera de Los Andes, donde nacen las 
aguas que nutren a este oasis del desierto de Atacama. 

"Nos quieren quitar todo", dice el artesano huascoaltino Martín Ardiles, de 89 
años, mientras trenza las últimas tiras de cuero de un bozal para caballo. "Si 
contaminan el agua no va a quedar nada", expresa. 

En 1997 se constituyeron legalmente como comunidad agrícola para proteger mejor 
un predio registrado como propio en 1903. La propiedad colectiva de 239.918 
hectáreas incluye ríos, quebradas y cerros, y se suma a los pequeños lotes de 
tierra que posee cada comunero por separado. 

Al igual que muchos habitantes de Alto del Carmen, los huascoaltinos descienden 
del pueblo indígena diaguita, reconocido legalmente por el Estado chileno en 
2006. 

En Chile y el noroeste de Argentina, la etnia diaguita desarrolló una cultura 
importante en la América precolombina. 

La ascendencia de estos diaguitas se puede rastrear sin problemas hasta el 
siglo XVII, siempre han vivido en el mismo valle y siguen siendo agricultores y 
pastores de caprinos y bovinos, dijo a IPS el antropólogo Pedro Campos, uno de 
los autores del libro "El valle de los naturales. Una mirada histórica al 
pueblo huascoaltino". 

La identidad diaguita nunca desapareció, dice Campos, sino que permaneció 
oculta por siglos de políticas estatales homogeneizadoras. Hoy, sostiene, viven 
un proceso de cohesión y visibilización como grupo indígena, que se ha visto 
dificultado por los grandes proyectos que los acechan. 

Los diaguitas plantean que la mina binacional aurífera Pascua Lama, de la 
corporación canadiense Barrick Gold, dará luz verde a la explotación de otros 
grandes yacimientos en la cordillera. La cartera de proyectos de varias 
empresas es larga: El Morro, Chollay, Pachuy, Las Flechas, Valeriano y El 
Encierro. 

Con autorización ambiental del gobierno chileno a comienzos de 2006 y del 
argentino en 2007, Pascua Lama tiene fecha incierta de construcción. La empresa 
aguarda que ambos países definan el esquema de tributación y aprueben permisos 
sectoriales. Ante la demora, la prensa ha especulado que la firma concretaría 
el proyecto sólo en Chile. 

La comunidad teme que la mina a cielo abierto destruya los glaciares Toro I, 
Toro II y Esperanza y que contamine los ríos con metales pesados presentes en 
la cordillera, como el arsénico, y con otros usados para separar el oro de la 
roca. Los glaciares ya se redujeron entre 50 y 75 por ciento durante la etapa 
de exploración, según comprobó la gubernamental Dirección General de Aguas en 
2005. 

Como agotaron todas las instancias disponibles en el país para evitar la 
aprobación del proyecto, los huascoaltinos demandaron en 2006 al Estado chileno 
ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, apoyados por el no 
gubernamental Observatorio de los Derechos de los Pueblos Indígenas. 

Plácido Ávila, director regional de la gubernamental Comisión Nacional del 
Medio Ambiente (Conama) de Atacama, señala a IPS que "se han generado muchos 
mitos respecto al proyecto, seguramente por desinformación". 

El gobierno apuesta al plan de monitoreo de glaciares exigido a la empresa 
cuando se aprobó el proyecto, cuyo diseño fue autorizado hace unas semanas. 

Pero el huascoaltino Remigio González, conductor de camiones que ha prestado 
servicios a Barrick, no es optimista. Muchas vegas cordilleranas (terrenos 
húmedos) ya han sido destruidas con el tendido de caminos, asegura a IPS. 

PROBLEMA TRAS PROBLEMA 

La comunidad acusa a empresas y familias externas al valle de haberles 
arrebatado territorio comprando de forma irregular "derechos de estancia" a 
algunos comuneros después de 1903. Uno de estos terrenos, actualmente en 
disputa judicial, es el predio de 50.000 hectáreas adquirido por Barrick Gold 
para explotar Pascua Lama. 

Las otras haciendas usurpadas hace décadas, según los huascoaltinos, pertenecen 
hoy a grandes productoras agrícolas de uva, que no han dudado en expandirse 
hacia los cerros de la comunidad, acusan. Si se pierden los juicios entablados 
contra ellas, algunas familias deberán abandonar sus hogares debido a la 
superposición de títulos. 

Los vecinos también están intranquilos por el mejoramiento del camino y la 
construcción de cuatro nuevos puentes que realiza el Ministerio de Obras 
Públicas. 

IPS recibió muchas denuncias al respecto: que no podrán trasladar a sus 
animales por la vía, que faltan barreras de contención, que les robaron árido 
(material arrastrado por el río) de la parte del lecho donde se tendió el 
camino y que les han destruido sitios arqueológicos. Por ello han presentado 
diversos reclamos. 

Santiago Leiva, de 70 años, teme que en un año de mucha lluvia el río se 
desborde y anegue sus casas. Y pregunta: "¿Usted cree que la carretera nos va 
servir a nosotros?". 

Él y otros huascoaltinos piensan que la obra está destinada al tránsito de los 
camiones de las mineras, pero el director regional de vialidad, Raúl Cornejo, 
aseguró a IPS que ésta responde a las necesidades de conectividad del país y 
negó que se hayan destruido reliquias y que exista riesgo de inundación. 

EL MORRO 

El otro gran proyecto minero resistido por los huascoaltinos es El Morro, de la 
empresa suiza Xstrata Copper y la canadiense Metallica Resources, New Gold 
desde junio, cuando se fusionó con otras dos empresas. El yacimiento a cielo 
abierto para explotar cobre y oro costará unos 2.500 millones de dólares. 

El consorcio trató sin éxito de llegar a un acuerdo amistoso con la comunidad 
para desarrollar el proyecto. Amparándose en la Ley sobre Concesiones Mineras 
consiguió que la justicia obligara a los huascoaltinos a establecer sin su 
consentimiento una servidumbre minera para explotar el mineral dentro del 
predio. 

Sergio Campusano Vilches, presidente del directorio de la comunidad, afirmó a 
IPS que han formulado más de 70 denuncias contra El Morro por cuestiones como 
destrucción de llaretas (plantas medicinales) y petroglifos. Una acusación por 
hurto de agua terminó en una amonestación de la Conama a la empresa. 

Según el gerente general de El Morro, Marcial Maturana, Xstrata Copper "no 
tendría responsabilidad directa" en las cuestiones denunciadas. 

El Morro fue "codiseñado" con la comunidad, ya que incluye dos de sus grandes 
demandas: la desalinización de agua de mar y un camino alternativo para acceder 
a la mina, dice Maturana. El sofisticado diseño permite reducir al máximo el 
riesgo de contaminación, aseguró. 

La huascoaltina Briceida Cayo contó a IPS que los trabajadores de la empresa le 
advirtieron que abandonara la majada de cabras que posee en la cordillera. 

Maturana desmintió a IPS esta denuncia en particular, pero reconoce que el 
proyecto tendrá impactos, como el traslado de majadas, que pretenden compensar 
"con el financiamiento de proyectos de desarrollo sostenible" que tengan la 
anuencia de la comunidad. A fin de año, el consorcio decidirá cuándo presentará 
el estudio de impacto ambiental a las autoridades. 

LOS "VERDADEROS" DIAGUITAS 

Aunque la mina Pascua Lama aún no se construye, los huascoaltinos dicen estar 
sufriendo ya los efectos de la "sed de oro". Barrick Gold ha "comprado" 
conciencias con "donaciones", enfrentando a vecinos y familiares, denuncian. 

Lucio Cuenca, del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, cree 
que Barrick ha aprovechado la "fragilidad cultural" de la comunidad para 
dividirla. 

La firma, que no respondió consultas de IPS, apoya financieramente a los 
centros culturales diaguitas, una organización de carácter comunal en la que 
también participan algunos huascoaltinos. Esto ha generado que los indígenas a 
favor y en contra de Barrick se desacrediten mutuamente. 

"Yo no me he vendido a Barrick", responde a IPS Ana Huanchicay, presidenta de 
estos centros nacidos en 2003. Pero como no se puede revertir la aprobación de 
Pascua Lama, lo más efectivo es fiscalizar desde "adentro" su operación, opina. 

"Al glaciar Toro I pasaron a llevarlo con una máquina en una punta, pero eso no 
significa que lo hayan destruido", defiende Huanchicay, quien incentiva a los 
habitantes de la comuna con ascendencia diaguita a acreditarse como tales en la 
Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) para recibir diversos 
beneficios. 

Este proceso de autoidentificación también ha generado polémica. Aunque muchos 
huascoaltinos se han inscrito individualmente, la intención de la comunidad era 
acreditarse como un todo, considerando que poseen un vasto territorio 
colectivo. 

Pero recibieron la negativa de la Conadi, que les exigió renunciar a su 
condición de comunidad agrícola por la incompatibilidad existente entre las dos 
legislaciones, afirmó Campusano. Por el proceso de usurpación sufrido, no todos 
los miembros de la comunidad agrícola son de origen diaguita. 

"Nuestra autodeterminación es ser agrícola e indígena", apunta Campusano, 
criticando el rol de la Conadi en la zona, pues promueve la creación de 
pequeñas comunidades diaguitas en las localidades del valle, algo que sólo los 
"desune", dice. 

Para defender lo suyo, la comunidad apostó por declarar su territorio Área 
Silvestre Protegida Privada. También han establecido contactos con otros 
pueblos indígenas nacionales, como el mapuche, y extranjeros, como los nativos 
de Canadá y Papua Nueva Guinea que se oponen a Barrick, con el fin de 
intercambiar experiencias. 

También incursionarán en la política: Campusano es candidato a alcalde por Alto 
del Carmen, y otros comuneros, como Clotilde Carvajal y Fernando Ardiles, 
competirán por los cupos de concejales en las elecciones municipales del 26 de 
octubre. 

"Estamos luchando, pero es difícil", sintetiza el huascoaltino Miguel Salazar, 
quien mantiene la esperanza de no tener que ver morir el valle que lo vio 
nacer. (FIN/2008)


Centro de Comunicación e Investigación Indígena Chaskinayrampi
http://espanol.groups.yahoo.com/group/chaskinayrampi/
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