Los indígenas se rebelan contra el proteccionismo excluyente de países ricos

 
Barcelona, 7 oct (EFE).- La alianza de pueblos indígenas del Amazonas y de 
países africanos y asiáticos, ha alertado de que los planes para combatir el 
cambio climático de los estados "ricos", por medio de la protección del bosque 
tropical, con el comercio de las emisiones, les excluye y no respeta los 
derechos sobre sus tierras.
 
 

Amazon Alliance y Forest Peoples Programme, dos entidades que aglutinan a 
líderes de comunidades forestales de 5 países del Amazonas, la República 
Democrática del Congo e Indonesia, han pedido hoy en el Congreso Mundial de la 
Naturaleza que se celebra en Barcelona, un papel más destacado a la hora de 
fijar las condiciones de este mecanismo de control del cambio climático, 
propuesto por los estados desarrollados o "países" donantes.
Los líderes indígenas consideran que el instrumento para la Reducción de 
Emisiones por Deforestación y Degradación, "socava" sus derechos de propiedad 
sobre la tierra.
Denuncian que los más de mil millones de pobres que dependen de estos recursos 
se enfrentan "a un desastre económico y cultural" si el esfuerzo para reducir 
las emisiones de gases de efecto invernadero no respetan sus derechos.
"Sentimos la presión creada por el cambio climático, por las exigencias de los 
conservacionistas de que no usemos nuestros bosques con ánimo de lucro, y por 
empresas privadas con licencias gubernamentales para extraer minerales, agua y 
biocombustibles de terrenos que han sido nuestros durante generaciones," ha 
asegurado el presidente de la Asociación de Pueblos Amerindios, Tony James.
James se pregunta "¿a quién pertenecen estos derechos? y ¿qué impacto tendrán 
sobre nosotros?".
Durante la asamblea del Congreso -considerada el "parlamento planetario" del 
medio ambiente- los miembros del UICN, en su mayoría gobiernos y organizaciones 
ecologistas, votarán diversas mociones de apoyo a la Declaración de la ONU 
sobre derechos de los pueblos indígenas y las comunidades forestales para que 
éstas jueguen un papel decisivo en la negociación de cualquier iniciativa "que 
afecta a sus vidas y a sus posibilidades económicas".
Diversas previsiones apuntan a que en 2030, el planeta necesitará un mínimo de 
515 millones de hectáreas más para atender a la agricultura, los 
biocombustibles y los productos madereros: una cifra que duplica la cantidad de 
terreno disponible.
Para la representante del RRI, Augusta Molnar, los esfuerzos para conservar 
bosques "son más una amenaza que una ayuda" para los habitantes de estas zonas.
Aunque los líderes indígenas aplauden el compromiso de los estados para mitigar 
el cambio climático, tienen sus reservas ante la forma en cómo se están 
llevando a cabo las negociaciones para aplicar estas medidas.
"Cuando nuestros gobiernos aprueban la reducción de gases de efecto invernadero 
mediante una moratoria sobre la deforestación, ¿significa que los directores de 
parques nacionales podrán expulsarnos de nuestro territorio?" cuestiona 
Sinafasi Makelo, de Dignité Pygmée, que representa a los pigmeos congoleños.
Los defensores de los pueblos indígenas creen que éstos sólo podrán 
beneficiarse de los "mercados de emisiones" con el nuevo derecho descrito en la 
Declaración de las Naciones Unidas, que establece su derecho "al consentimiento 
libre, previo e informado".
Pepe Acacho, un indígena ecuatoriano que preside la Federación Interprovincial 
de Centros Shuar, advierte que las agencias de conservación no suelen cumplir 
sus compromisos con estos pueblos.
"Vemos mucha retórica y poca defensa real de los territorios y los derechos de 
los pueblos indígenas," afirma Acacho, mientras que Jorge Furagaro, un indio 
huitoto que preside la Organización de Pueblos Indígenas de la Amazonía 
Colombiana, ha exigido una solución al problema de la propiedad y de la 
autodeterminación.
Precisamente, en Colombia, varias empresas están recibiendo derechos de 
propiedad sobre terrenos forestales para plantaciones de aceite de palma, y 
grupos conservacionistas están delimitando terrenos ancestrales para crear 
parques naturales, mientras las comunidades forestales se quejan de que no 
tienen donde acudir para hacer valer sus derechos, una situación similar a la 
que se produce en Bolivia o en Ecuador, denuncian las mismas fuentes..
 

 
Centro de Comunicación e Investigación Indígena Chaskinayrampi
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