Saludos, Rodrigo y compañía.
    Josu Lavin y su grupo manejan ahora varias versiones de interlinguas
neolatinas. Es fácil consultarlas en sus listas de correo, no muy activas en
lo neolatino, por otro lado.
    Cuando hablo de tres conjugaciones en la interlingua habitual, me
refiero, obviamente, a que un verbo puede tener tres formas distintas. Un
verbo regular sólo tiene una forma en inglés, en haitiano o en tino, pero
tiene tres formas en interlingua o en castellano. Si entrar en demasiados
detalles, es evidente que, en interlingua, hay que memorizar para cada verbo
una vocal que aparece antes de la erre final del infinitivo. Eso es,
innegablemente, cargar la memoria. En tino, el no cargar la memoria es algo
fundamental. En las lenguas neolatinas de Josu Lavin, incluso se restaura el
género de las cosas sin sexo, en aras del naturalismo.
    En cuanto al "machismo de sistema", me refiero a que, por ejemplo, si
hablamos de una persona caracterizándola de modo no sexual (pintor, alemán,
contrabandista, buscador de cierta calle), normalmente el pronombre que se
le aplicará en interlingua será masculino, no neutro. En esperanto pasa lo
mismo. Pondré un ejemplo: "He encontrado a una persona que buscaba una
panadería. Con mis indicaciones, pronto la encontró, porque la panadería
estaba cerca.". Según lo que entiendo, el pronombre de la frase "pronto la
encontró" va a ser habitualmente, en interlingua, un pronombre masculino.
    En cuanto a la ortografía de la interlingua habitual, me alegro de que
se use a veces el sistema fonético. Pero, ¿hay acuerdo completo sobre el uso
de una ortografía fonética (fonológica) en interlingua? Si es así, quiero
saber cómo es.
    Por todo esto, considero que las orientaciones de Josu Lavin y compañía
están destinadas al fracaso. Aprenderse de memoria cuándo se escribe "ph" y
cuándo se escribe "f", aprender que el puente es femenino o masculino,
aprender que un verbo tiene una de las tres (o más) terminaciones de
infinitivo que contenga el sistema, etcétera, es como echar los perros
rabiosos contra quien pretenda entrar en la casa de la lengua construida en
cuestión. Tanto para las auxilenguas de tipo románico, como para las
auxilenguas de tipo vascuence, como para cualquier otra. Irregularidades que
aprenderse de memoria no, gracias.
    La lectura pasiva fácil no basta. Es fundamental la conversación activa
fácil. Reconozco que la adaptación de los nombres propios es tema trivial,
siempre que se haga de modo sistemático y coherente, como se hace en tino.
La voluntad del "propietario" del antropónimo o topónimo en cuestión es
irrelevante; las palabras no son propiedad privada de nadie.
    La Asociación Auxiliar Internacional tiene unos criterios etimologistas
evidentes; un ejemplo típico es que no reconoce la generalizada caída de la
"p" en el grupo inicial "ps". Lo que hace es atenerse a la ortografía
formal, porque son pocas las lenguas que ya reflejan esa caída en la
ortografía, como en el castellano "sicología".
    En tino, las cosas son muy diferentes porque hemos partido directamente
de la lengua hablada. Eso es hablar muy fuerte, valga el juego de palabras.
No existe una "pronunciación internacional"; todas las pronunciaciones son
particulares. Así que hemos partido de una pronunciación que nos resultaba
conocida y cómoda: la pronunciación neolatina común. Luego, se podrá
modificar cuanto se quiera (como todo en el tino), pero ya partiendo de una
pronunciación real y bastante fácil. Lo que hemos hecho es tomar las formas
más comunes a las lenguas neolatinas habladas (no a su ortografía) y
eliminar los rasgos "duros" de estas lenguas (el sonido de la jota en
castellano, las vocales nasales o con matiz de apertura y cierre, las
consonantes dobles del italiano, etcétera). Así, en fonética, morfosintaxis
y vocabulario hemos obtenido un resultado muy homogéneo.
    En realidad, el punto de partida del tino es muy semejante al de la
interlingua, pero con una aplicación consecuente de los principios de
oralidad, mínimo esfuerzo y carácter popular propios de toda lengua
realmente hablada.
    Los tinistas no tenemos ningún problema en hablar con los de
interlingua, y seguro que nos entenderemos lingüísticamente. Pero
entendernos de fondo implica que los de interlingua sean serios; implica,
por ejemplo, que nos aclaren por qué mantienen sonidos o letras que, de
hecho, no se pronuncian ya en general; el mejor ejemplo es el de la hache
aspirada.
    Wahl y Jespersen sí eran lingüistas de verdad, a diferencia de un
aficionado bastante maniático y mesiánico como Zamenhof. Por eso
establecieron empíricamente los dos grandes principios de una buena
auxilengua: naturalismo y regularidad. Hasta ahí, los tinistas estamos de
acuerdo.
    Pero dejamos de estarlo cuando surgen escrúpulos de monja, como esos
escrúpulos de pasar a una ortografía completamente fonética por miedo a
irritar a ingleses o franceses. Este tipo de cursilería es frecuente en el
esperantismo reformista, por ejemplo. La sencilla verdad empírica es que
muchas lenguas de ortografización reciente aplican a rajatabla el principio
de ortografía fonética, y la lengua no pierde ninguna naturalidad; el
ejemplo más célebre es el del turco. Otro típico escrúpulo de monja es el de
los signos diacríticos: dudar de la conveniencia de evitarlos siempre es
como dudar de que dos y dos son cuatro. Se entiende que no estamos en
matemáticas elementales ni en ideolingüística elemental. Ahí están el
suajelí o el indonesio, sin problemas de ortografía antifonética y sin
signos raros, y funcionando con hablantes reales.
    Mirad: en la interlingua, el fasile, el ido, el esperanto, el tino, el
eurix, el acadon, el novial, el volapuc y, en general, las lenguas
construidas mejor hechas y más plausibles, los puntos de discrepancia son
habas contadas, y si no fuera por el típico capillismo se habrían
solucionado hace tiempo en una lengua auxiliar común de base neolatina y
europea occidental.
    Esas habas contadas son: ortografía fonética frente a ortografía
parcialmente etimológica; pronunciación concreta original frente a
pronunciación derivada de una construcción escrita; admisión de masivas
irregularidades por espíritu naturalista frente a rechazo de toda
irregularidad masiva; ortografía y pronunciación uniforme de los nombres
propios frente a conservación parcial y occidentalizante de la ortografía
original en los nombres propios; rechazo de idiotismos ortográficos
occidentales (como las mayúsculas obligatorias o la abundancia de siglas)
frente a una aceptación de tales idiotismos.
    No se llega a un acuerdo debido a algo que se presentó como la gran
solución y es, de hecho, el gran problema: el academicismo, hacer la lengua
construida desde una elite de eruditos maniáticos, cerrados, conservadores y
con unos intereses socioeconómicos bien definidos pero generalmente
silenciados. Luego, estos eruditos forman sus capillitas y se enfrentan
esperantistas con idistas, o los de la interlingua con los del occidental,
ante la más absoluta indiferencia de la gente, que prácticamente para nada
usa esas lenguas auxiliares.
    Es cierto, por ejemplo, que la interlingua habitual no tiene detrás una
pesada iglesia formal como la del esperanto. Pero también es cierto que los
mantenedores de la interlingua son eruditos poco interesados en hacer lo
que, sin academia ni nada, hicieron los haitianos con muy buen sentido:
abolir los verbos irregulares. La internacionalidad es un criterio, pero no
absoluto. Si lo fuera, la solución sería que todos aprendiéramos inglés.
    Así que la salida a este estancamiento es, como siempre, la acción
directa oral. Ponerse, no a escribir sino a hablar la lengua auxiliar.
    El tino ha surgido oralmente; es una forma de hablar, y propiamente
dicha, pues realmente ha surgido oralmente, a partir de la conversación de
varias personas.
    A raíz de los comentarios en la lista Ideolengua, algunos madrileños
pensamos en hablar una nueva lengua construida según los principios que ya
conocéis, y empezamos a chapurrearla. Poco después surgió el primer boceto
de esa lengua, a la que hemos llamado tino, y el boceto se publicó
inmediatamente en la lista Ideolengua.
    No hay (que yo sepa) ninguna lista de correo dedicada expresamente al
tino. Se habla del tino y en tino en varias listas, como Traducción en
España, Merlín Tradux, Esp-novo, Adjuvilo, Pova Esperantiko, foros de
europanto, etcétera. Los tinistas no hemos mostrado gran interés hasta ahora
en crear una lista así, porque somos anticapillistas y porque lo que nos
interesa es mucho más hablar que escribir.
    Si algunos de vosotros estáis interesados en una lista así, podéis
comunicármelo. Cuando haya como mínimo media docena de interesados, se puede
crear la lista correspondiente; para sólo dos o tres personas, ya tenemos
listas de sobra donde usar ocasionalmente el tino.
    Seamos prácticos. ¿Quiere alguno de vosotros hablar tino en Madrid? Pues
que me llame al teléfono (0034) 915173027, y en Madrid quedaremos en algunas
de nuestras reuniones físicas donde se habla tino.
    De Alexandre Xavier Casanova Domingo.



--------------------------------------------------------------------
IdeoLengua - Lista de Lingüistica e Idiomas Artificiales
Suscríbase en [EMAIL PROTECTED]
Informacion en http://ideolengua.cjb.net


 

Su uso de Yahoo! Grupos está sujeto a las http://e1.docs.yahoo.com/info/utos.html 


Reply via email to