Otra intervención falsa y muchas veces detectable es la de los
comentarios. Como anécdotas: tras reseñar de un nuevo método de
educación infantil me aparecieron al poco tres comentarios de tres
personas con nombre y apellido completo y firma de lugar (tres lugares
de España distantes entre sí); en los tres casos se elogiaba un aspecto
menor y se criticaban otros más gruesos; no hacía falta ser un Shérlock
para sospechar que los tres procedían de la misma IP, como en efecto
era. Supuse (esto ya era pura suposición) que era un enemigo comercial
(aunque podría ser una iniciativa individual, claro).
Algún otro caso sospechoso (elogios encendidos a una novela menor, de
divulgación escasa y con fallos obvios) no lo he podido constatar; o no
es tal o quien lo hace se curra mucho el falseamiento. Pero en general
diría que los lectores tienen más olfato que los engañadores y que un
comentario encendido sin firma reconocible ni enlace con el que situarlo
se borra de la cabeza en poco tiempo. Vamos, que el timo, por lo
general, se huele.
Cordialmente,
Gonzalo
Bajo ese título algo raro /El País/ ha publicado hoy un reportaje
sobre la web social y la reputación online. Os lo copio a continuación
avisando de antemano, para que nadie se enfade, de que salen un par de
frases mías ;-)
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Los archivos de IWETEL pueden ser consultados en:
http://listserv.rediris.es/archives/iwetel.html
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