------- Forwarded message follows ------- Date sent: Sun, 23 Sep 2001 20:19:40 -0300 From: Nestor Gaggioli <[EMAIL PROTECTED]>
SHOCKED AND HORRIFIED Larry Mosqueda (Profesor en The Evergreen State College, Olympia, Washington, EE.UU.) September 18, 2001 El martes 11/9, como todos los norteamericanos, recibí un terrible shock y me horroricé al ver las WTC Twin Towers derrumbadas luego de ser atacadas por aviones secuestrados que chocaron contra ellas, resultando muertas más de 10.000 personas inocentes. No me horrorizaba ni me sentía tan conmocionado desde el 16 de enero de 1991, cuando el Presidente Bush atacó Bagdad y el resto de Irak matando unas 200.000 personas durante la "guerra" (masacre). Incluyendo la tristemente célebre matanza denominada "autopista de la muerte", cuando los pilotos de los EE.UU. literalmente tiraban por la espalda a soldados y civiles iraquies en retirada. Todavía estoy horrorizado por las sanciones aplicadas a Irak que dieron como resultado la muerte de más de 1.000.000 de iraquies, incluyendo unos 500.000 niños y por las declaraciones de la anterior Secretaria de Estado, Madeline Albright quien, con relacion a las muertes de los niños dijo, "es el costo que hay que pagar". A lo largo de mi vida una gran variedad de acciones del gobierno de EE.UU. me han conmocionado y horrorizado, como por ejemplo el patrocinio de los golpes de estado contra la democracia en Guatemala en 1954 que ocasionó la muerte de más de 120.000 campesinos gutemaltecos a manos de las dictaduras instaladas por los EE.UU. durante cuatro décadas. Los sucesos del último martes me recordaron el horror que sentí cuando los EE.UU. derrocaron el gobierno de República Dominicana en 1965 y ayudaron a asesinar unas 3.000 personas. También vino a mi memoria la conmoción que sentí en 1973, cuando EE.UU. patrocinó un golpe de estado en Chile contra el gobierno democrático de Salvador Allende y ayudaron a asesinar otras 10.000 personas, incluyendo varios ciudadanos norteamericanos. El martes último también recordé el shock y el horror que sentí en 1965 cuando EE.UU. patrocinó un golpe de estado en Indonesia que produjo la muerte de unas 800.000 personas, y la subsiguiente matanza en 1975 de más de 250.000 personas inocentes en Timor Oriental por el régimen de Indonesia con la complicidad directa del Presidente Ford y su Secretario de Estado, Henry Kissinger. Volvió a mi memoria la conmoción y el horror que experimenté cuando los EE.UU. patrocinaban las operaciones de los terroristas denominados "contras" (el Tribunal Mundial declaró al gobierno de los EE.UU. criminal de guerra en 1984 por el minado de puertos) contra el gobierno de Nicaragua en 1980 y que dio como resultado la muerte de unas 30.000 personas inocentes (o como los denominó el gobierno de EE.UU. "soft targets", antes de utilizar la actual denominación de "daños colaterales") Recordé como me horrorizó la guerra de los EE.UU. contra el pueblo de El Salvador en la década del 80 y que dio como resultado la muerte brutal de más de 80.000 personas o "soft targets". Reviví la conmoción y el horror que sentí por el terror respaldado por EE.UU. en Sudáfrica (Angola en particular) que comenzó en la década del 70 y continúa hasta el presente, produciendo muertes y mutilaciones a más de 1.000.000 de personas. También me vino a la memoria el horror y la conmoción que sentí cuando los EE.UU. invadieron Panamá en las Navidades de 1989 matando unas 8.000 personas para capturar al socio, hasta ese momento, de la CIA de George H. Bush, que ahora se había transformado en enemigo, Manuel Noriega. Recordé el horror que sentí cuando supe como el Sha de Irán fue instalado por un brutal golpe de estado apadrinado por los EE.UU. y que produjo la muerte de unos 70.000 iraníes desde 1952 hasta 1979. Mi shock continuó cuando supe que el Ayatolah Khomeini, quien derrocó al Sha en 1979, y quien fuera el enemigo público numero uno en la década del 80, estaba en la nómina de la CIA durante su exilio en París en los 70. Volví a sentir perturbación y el horror que experimenté cuando supe como los EE.UU. había "manufactures consent" (construido el consentimiento) desde 1948 para sostener a Israel y sacarle casi todos los derechos a los Palestinos en los territorios en los que eran nativos dando como resultado un deterioro diario de las condiciones de vida del pueblo de Palestina. Me conmovió el saber que cientos de pueblos fueron literalmente borrados de la faz de la tierra en los primeros días de la colonización israelí. Sentí horror en 1982 por los habitantes de Sabra y Shatila que fueron masacrados por los aliados de Israel y con su directa complicidad y dirección. Los miles que murieron ese día se me superponen a las escenas de horror que vi el martes pasado. Solo que aquellas escenas no fueron repetidas una y otra vez en los medios nacionales para enardecer al público norteamericano. Los eventos e imágenes del último martes han sido comparados con los horribles sucesos del Líbano de la década de 1980 que dieron como resultado la muerte de decenas de miles de personas, sin hacer referencia al hecho de que el país que generó ese horror en el Líbano fue Israel y con el respaldo de los EE.UU. Yo sigo estando conmocionado por el hecho de que los principales comentaristas se refieren a "israelí settlers" (colonos israelíes) en los "occupied territories" (territorios ocupados) sin ninguna ironía, cuando se refieren a quienes son los agresores en la región. Por supuesto, el más grande y más estremecedor crimen de guerra de la segunda mitad del sigo veinte fue la invasión a Indochina de 1954 hasta 1975, especialmente Vietnam, donde 4.000.000 de personas murieron por efecto de los bombardeos, del napalm o simplemente aplastados o muertos a balazos durante el "Phoenix Program" (esto es cuando el coronel Oliver North comenzó su carrera). Muchos veteranos de Vietnam (norteamericanos) también fueron víctimas en esta guerra y tuvieron las mejores intenciones, pero la policía fabricó pruebas de la criminalidad de sus acciones, como lo revelaron otros policías con esas mismas palabras en "The Pentagon Papers", de Daniel Ellsberg de la RAND Corporation. En 1974 Ellsberg señaló que nuestros presidentes desde Truman a Nixon continuamente mintieron al pueblo norteamericano sobre los motivos y el desarrollo de las guerras. Ha señalado que, "es un orgullo para el pueblo americano saber que nuestros lideres sepan que es necesario mentirnos, sin embargo no es un orgullo para nosotros saber que fuimos tan fácilmente engañados". También me sentí apesadumbrado y horrorizado cuando EE.UU. atacó y bombardeó con toda impunidad a Libia en los 80 matando, no sólo muchas personas sino también a la hija más pequeña de Khadafi. Asimismo me impactó cuando EE.UU. bombardeó e invadió Grenada en 1983. Me horrorizaron las acciones militares de mi país y de la CIA en Somalia, Haití, Afganistán, Sudan, Brasil, Argentina y Yugoslavia. Las muertes en dichas acciones se cuentan por centenas de miles. El listado que hice no es ni completo ni exhaustivo. Es simplemente una lista fácilmente accesible y bien conocida, en particular por las elites intelectuales, políticas y empresariales. Ella ha sido convenientemente eliminada de los discursos públicos y del conocimiento del pueblo. Y en la mayoría de los casos, el análisis sobre las acciones de los EE.UU. y sobre las muertes civiles ocasionadas por ellas(más del 90%) no es desconocida por esas elites y los formadores de opinión. Un número conservador respecto a quienes han sido muertos por el terror y las acciones militares de los EE.UU. desde la segunda guerra mundial es de 8.000.000 de personas. Repito, 8.000.000 de personas. Este número no incluye a los heridos, los prisioneros, los desplazados, los refugiados, etc. Martín Luther King Jr. dijo en 1967, durante la guerra de Vietnam, "Mi gobierno es el líder mundial de la violencia". Shocked and horrifying. Nada de lo que he escrito tiene un significado despectivo o una falta de respeto para quienes han sufrido la muerte o la pérdida de un ser amado durante los eventos de esta semana. Ello no significa "justificar" la acción de quienes han bombardeado las Twin Towers o el Pentágono. Sólo intento poner todo en su debido contexto. Si nosotros pensamos que las acciones fueron hechas por "madmens" (locos), estos "madmen" han sido capaces de mantener un secreto por dos años o más entre unas 100 personas mientras se entrenaban para ejecutar un plan complejo. Sin embargo, no parecen ser actos de locos, sino actos de "fanatics" quienes, dependiendo de quienes son ellos realmente, podrían tener motivos de reales pero cuyas acciones serán siempre ilegítimas. Osama Bin Laden ha sido acusado por los medios y por el gobierno de ser el cerebro del bombardeo del martes. Lo rápido de las conclusiones dadas por el gobierno al pueblo norteamericano, nos hace pensar en que no deberían todavía ser aceptadas como un hecho. Si realmente Bin Laden es el cerebro de esta acción, él es el responsable de la muerte de unas 10.000 personas, un crimen horrible y estremecedor. Ed Herman en su libro "The real Terror Network: Terrorism in Fact and Propaganda" no justifica ningún terrorismo pero puntualiza que con frecuencia los estados magnifican el terror, mientras que aquellos a quienes el gobierno define como "terroristas" son los terroristas en pequeña escala. Mientras el resultado es cualitativamente el mismo para las víctimas individuales del terrorismo, hay una clara diferencia cuantitativa. Y como Herman y otros puntualizan, las semillas y las raíces de una gran parte del terror en pequeña escala encuentran su fundamento en el terror en gran escala producido por los estados. Nuevamente, esto no justifica, de ningún modo, lo sucedido el ultimo martes, pero lo coloca en un contexto y sugiere una explicación. Quizás lo más estremecedor y horrible, si resulta cierto que Bin Laden es el cerebro de lo sucedido el martes; es que ha habido una clara y significativa participación en el entrenamiento, logística, armamento, entrenamiento militar, etc. por parte de personal militar experto y competente. Y efectivamente él la tiene. Durante los 80 él fue reclutado, entrenado y financiado por la CIA en Afganistán para luchar contra los rusos. Mientras él volcaba su terror sobre lo rusos y sus enemigos en Afganistán, él era "nuestro hombre" en ese país. Lo mismo pasó con Saddam Hussein en Irak, quien fue financiado por la CIA en Irak durante los 80. Hussein podía matar con gas a su propio pueblo (kurdos) e invadir a sus vecinos (Irán), como en efecto lo hizo, mientras lo hiciera con la aprobación de EE.UU. Una situación similar acaeció con Manuel Noriega en Panamá, quien fue socio de la CIA en la época de George H. Bush en los 80. Mientras Noriega ejecutaba crímenes para Bush padre, no era un traficante de drogas (en realidad lo era y los EE.UU. y Bush lo sabían desde antes de 1989), se volvió traficante sólo cuando Noriega no quiso cooperar con los "contras" financiados por EE.UU. contra el gobierno de Nicaragua. Esta información no es ni controversial ni desconocida por la elite política y por los hacedores de opinión de los medios de información. E insisto, lo dicho no es para justificar ninguna de las acciones del ultimo martes, sino para ubicarlo en su horrendo contexto. Cuanto más horrible parezcan los eventos del martes, ellos servirán para justificar acciones del gobierno de los EE.UU. aún más horribles que sumarían un número importante a la cifra significativa de 8.000.000 dada más arriba. Esta respuesta podría ser cualitativa y cuantitativamente peor que los eventos del último martes. El titular el New York Times del 14/09/01 decía, "Bush and Top Aides Proclaim Policy of Ending States that Back Terror" como si esa fuese una opción racional, medida o aún sana. Los estados que han sido identificados para su posible eliminación son " un cierto número de países asiáticos y africanos, como Afganistán, Irak, Sudan y posiblemente Paquistán". Esto es más que horrible y estremecedor, es potencialmente suicida, homicida y más insano aún que los mismos secuestros. También cuantitativamente estas acciones son peores que los bombardeos originales si uno acepta la premisa predominante de que ellos fueron la obra de "locos", "fanáticos religiosos", o de un "grupo terrorista". Si fuese así, ellos estarían actuando solos o en pequeños grupos. Las acciones de los EE.UU. podrían ser una continuación de la política homicida de la elite dominante de los últimos 50 años que involucra a ambos partidos gobernantes. El terror en pequeña escala es el producto de desesperados y a veces pequeños grupos de fanáticos o individuos quienes a menudo tienen legítimos motivos, pero se involucran en actividades individuales criminales e ilegítimas. El terror en gran escala es el producto de hombres "racionales" y educados para los cuales la pena, el sufrimiento y las muertes de millones de personas son contempladas, planificadas, y demasiado frecuentemente, ejecutadas, con el propósito lejano de un concepto nunca definido y denominado "interés nacional". Razones de espacio no permiten una explicación más extensa del concepto de la elites Orwellianas ("La revolución de la granja", George Orwell) de "interés nacional", pero puede sintetizarse como la protección y expansión de la hegemonía de un territorio imperial. El pueblo americano está siendo preparado para la guerra, alimentado con una serie continua de horribles y conmovedoras imágenes de los eventos del martes y sinceras historias de los sobrevivientes y de los seres que han perdido a algún miembro querido de su familia. Estas historias son reales y no deben ser menospreciadas. En efecto, aquellos que han perdido miembros de su familia pueden ser considerados una muestra representativa de los humanos que han perdido los 8.000.000 de familiares que señalamos previamente. Si multiplicamos por 800 o 1000 veces la pena, angustia y enojo sentido por el pueblo norteamericano, podríamos entender lo que siente el resto del mundo que es permanentemente victimizado. Algunas imágenes son particularmente conmovedoras, nos cuentan historias que parten el corazón y que se refieren a familiares mostrando las fotos de los seres queridos que no logran encontrar. Estas imágenes son prácticamente las mismas de "las madres de los desaparecidos" que buscan a sus hijos en lugares como Argentina, donde más de 11.000 fueron "desaparecidos" entre 1976 y 1982, nuevamente con la aprobación de los EE.UU. Así como las madres de Argentina merecen nuestro respeto y compasión, lo mismo sentimos por quienes ahora buscan a sus familiares. Sin embargo no debemos dejarnos manipular por los medios y por el gobierno de los EE.UU. que tratan de transformar nuestro dolor en una política nacional de terror en gran escala y genocidio de civiles inocentes en Asia y Africa. Lo que hemos visto que en términos militares de denomina "softening the target". El blanco inmediato es el pueblo norteamericano que esta siendo ideológica y emocionalmente preparado para que la carnicería comience pronto. Ninguno de los países señalados anteriormente son democracias, lo cual significa que los pueblo de dichos países no tiene prácticamente ningún impacto sobre las políticas de sus gobiernos, aún si suponemos que esos gobiernos fueron cómplices de las acciones del martes pasado. Cuando se examina la historia reciente de esos países, se encuentra que el gobierno norteamericano ha tenido una participación directa o indirecta en los procesos que llevaron a la instalación de sus gobiernos. Esto es particularmente cierto en el caso del gobierno Talibán de Afganistán. El área metropolitana de Nueva York tiene una población del orden de 21.000.000 de personas, cerca del 8% de la población de los EE.UU. Casi todo el mundo en Norteamérica conoce a alguien que murió, fue herido o traumatizado por los sucesos del martes. I know that I do. Mucha gente clama por "revancha" o "venganza" y comentarios como "matémoslos a todos" han circulado por la televisión, la radio y el correo electrónico. Otros comentarios algo más sensatos claman por "justicia". Esto comentarios son sólo potencialmente más sensatos puesto que el término puede ser definido de la misma manera que lo hacen Bush y Colin Powell. Powell es un participante de la guerra de Vietnam, del terrorismo contra Nicaragua, y de la guerra del Golfo, que no se arrepiente de nada, y que en cada situación ocupó responsabilidades crecientes en dichas políticas para su planificación y ejecución. Los afectados, todos nosotros, debemos hacer todo lo posible para prevenir una guerra más grande y mayores atrocidades, hacer todo lo que esté a nuestro alcance para frenar el genocidio si se lo inicia, y señalar a quienes sean los potenciales criminales de guerra durante y después de ésta. Si hay una gran guerra en el 2001 y no resulta catastrófica (lo que podría efectivamente suceder), los crímenes de dicha guerra caerán sobre los EE.UU. en la próxima generación. Esto no es una profecía religiosa ni una amenaza, es simplemente una conclusión del análisis político. Si es cierto que fue Bin Laden, el mundo no debe solo tratarlo como un criminal individual, sino eliminar las condiciones que crean injusticias y crímenes de guerra que inevitablemente generaran mas de estos tipos de ataques en el futuro. La frase "sin justicia no hay paz" es mucho más que un slogan, es un hecho históricamente observable. Ha llegado el momento de para el horror. Larry Mosqueda teachs at The Evergreen State College in Olympia, Washington. Néstor Miguel Gorojovsky [EMAIL PROTECTED] _______________________________________________ Leninist-International mailing list [EMAIL PROTECTED] To change your options or unsubscribe go to: http://lists.econ.utah.edu/mailman/listinfo/leninist-international