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From:                   Nestor Gaggioli <[EMAIL PROTECTED]>

SHOCKED AND HORRIFIED
Larry Mosqueda (Profesor en The Evergreen State College, Olympia,
Washington, EE.UU.)
September 18, 2001

El martes 11/9, como todos los norteamericanos, recibí un terrible shock
y me horroricé al ver las WTC Twin Towers derrumbadas luego de ser
atacadas por aviones secuestrados que chocaron contra ellas, resultando
muertas más de 10.000 personas inocentes.

No me horrorizaba ni me sentía tan conmocionado desde el 16 de enero de
1991, cuando el Presidente Bush atacó Bagdad y el resto de Irak matando
unas 200.000 personas durante la "guerra" (masacre). Incluyendo la
tristemente célebre matanza denominada "autopista de la muerte", cuando
los pilotos de los EE.UU. literalmente tiraban por la espalda a soldados
y civiles iraquies en retirada. Todavía estoy horrorizado por las
sanciones aplicadas a Irak que dieron como resultado la muerte de más de
1.000.000 de iraquies, incluyendo unos 500.000 niños y por las
declaraciones de la anterior Secretaria de Estado, Madeline Albright
quien, con relacion a las muertes de los niños dijo, "es el costo que
hay que pagar".

A lo largo de mi vida una gran variedad de acciones del gobierno de
EE.UU. me han conmocionado y horrorizado, como por ejemplo el patrocinio
de los golpes de estado contra la democracia en Guatemala en 1954 que
ocasionó la muerte de más de 120.000 campesinos gutemaltecos a manos de
las dictaduras instaladas por los EE.UU. durante cuatro décadas.

Los sucesos del último martes me recordaron el horror que sentí cuando
los EE.UU. derrocaron el gobierno de República Dominicana en 1965 y
ayudaron a asesinar unas 3.000 personas. También vino a mi memoria la
conmoción que sentí en 1973, cuando EE.UU. patrocinó un golpe de estado
en Chile contra el gobierno democrático de Salvador Allende y ayudaron a
asesinar otras 10.000 personas, incluyendo varios ciudadanos
norteamericanos.

El martes último también recordé el shock y el horror que sentí en 1965
cuando EE.UU. patrocinó un golpe de estado en Indonesia que produjo la
muerte de unas 800.000 personas, y la subsiguiente matanza en 1975 de
más de 250.000 personas inocentes en Timor Oriental por el régimen de
Indonesia con la complicidad directa del Presidente Ford y su Secretario
de Estado, Henry Kissinger.

Volvió a mi memoria la conmoción y el horror que experimenté cuando los
EE.UU. patrocinaban las operaciones de los terroristas denominados
"contras" (el Tribunal Mundial declaró al gobierno de los EE.UU.
criminal de guerra en 1984 por el minado de puertos) contra el gobierno
de Nicaragua en 1980 y que dio como resultado la muerte de unas 30.000
personas inocentes (o como los denominó el gobierno de EE.UU. "soft
targets", antes de utilizar la actual denominación de "daños
colaterales")

Recordé como me horrorizó la guerra de los EE.UU. contra el pueblo de El
Salvador en la década del 80 y que dio como resultado la muerte brutal
de más de 80.000 personas o "soft targets".

Reviví la conmoción y el horror que sentí por el terror respaldado por
EE.UU. en Sudáfrica (Angola en particular) que comenzó en la década del
70 y continúa hasta el presente, produciendo muertes y mutilaciones a
más de 1.000.000 de personas. También me vino a la memoria el horror y
la conmoción que sentí cuando los EE.UU. invadieron Panamá en las
Navidades de 1989 matando unas 8.000 personas para capturar al socio,
hasta ese momento, de la CIA de George H. Bush, que ahora se había
transformado en enemigo, Manuel Noriega.

Recordé el horror que sentí cuando supe como el Sha de Irán fue
instalado por un brutal golpe de estado apadrinado por los EE.UU. y que
produjo la muerte de unos 70.000 iraníes desde 1952 hasta 1979. Mi shock
continuó cuando supe que el Ayatolah Khomeini, quien derrocó al Sha en
1979, y quien fuera el enemigo público numero uno en la década del 80,
estaba en la nómina de la CIA durante su exilio en París en los 70.

Volví a sentir perturbación y el horror que experimenté cuando supe como
los EE.UU. había "manufactures consent" (construido el consentimiento)
desde 1948 para sostener a Israel y sacarle casi todos los derechos a
los Palestinos en los territorios en los que eran nativos dando como
resultado un deterioro diario de las condiciones de vida del pueblo de
Palestina. Me conmovió el saber que cientos de pueblos fueron
literalmente borrados de la faz de la tierra en los primeros días de la
colonización israelí. Sentí horror en 1982 por los habitantes de Sabra y
Shatila que fueron masacrados por los aliados de Israel y con su directa
complicidad y dirección. Los miles que murieron ese día se me superponen
a las escenas de horror que vi el martes pasado. Solo que aquellas
escenas no fueron repetidas una y otra vez en los medios nacionales para
enardecer al público norteamericano.

Los eventos e imágenes del último martes han sido comparados con los
horribles sucesos del Líbano de la década de 1980 que dieron como
resultado la muerte de decenas de miles de personas, sin hacer
referencia al hecho de que el país que generó ese horror en el Líbano
fue Israel y con el respaldo de los EE.UU. Yo sigo estando conmocionado
por el hecho de que los principales comentaristas se refieren a "israelí
settlers" (colonos israelíes) en los "occupied territories" (territorios
ocupados) sin ninguna ironía, cuando se refieren a quienes son los
agresores en la región.

Por supuesto, el más grande y más estremecedor crimen de guerra de la
segunda mitad del sigo veinte fue la invasión a Indochina de 1954 hasta
1975, especialmente Vietnam, donde 4.000.000 de personas murieron por
efecto de los bombardeos, del napalm o simplemente aplastados o muertos
a balazos durante el "Phoenix Program" (esto es cuando el coronel Oliver
North comenzó su carrera). Muchos veteranos de Vietnam (norteamericanos)
también fueron víctimas en esta guerra y tuvieron las mejores
intenciones, pero la policía fabricó pruebas de la criminalidad de sus
acciones, como lo revelaron otros policías con esas mismas palabras en
"The Pentagon Papers", de Daniel Ellsberg de la RAND Corporation. En
1974 Ellsberg señaló que nuestros presidentes desde Truman a Nixon
continuamente mintieron al pueblo norteamericano sobre los motivos y el
desarrollo de las guerras. Ha señalado que, "es un orgullo para el
pueblo americano saber que nuestros lideres sepan que es necesario
mentirnos, sin embargo no es un orgullo para nosotros saber que fuimos
tan fácilmente engañados".

También me sentí apesadumbrado y horrorizado cuando EE.UU. atacó y
bombardeó con toda impunidad a Libia en los 80 matando, no sólo muchas
personas sino también a la hija más pequeña de Khadafi. Asimismo me
impactó cuando EE.UU. bombardeó e invadió Grenada en 1983. Me
horrorizaron las acciones militares de mi país y de la CIA en Somalia,
Haití, Afganistán, Sudan, Brasil, Argentina y Yugoslavia. Las muertes en
dichas acciones se cuentan por centenas de miles.

El listado que hice no es ni completo ni exhaustivo. Es simplemente una
lista fácilmente accesible y bien conocida, en particular por las elites
intelectuales, políticas y empresariales. Ella ha sido convenientemente
eliminada de los discursos públicos y del conocimiento del pueblo. Y en
la mayoría de los casos, el análisis sobre las acciones de los EE.UU. y
sobre las muertes civiles ocasionadas por ellas(más del 90%) no es
desconocida por esas elites y los formadores de opinión. Un número
conservador respecto a quienes han sido muertos por el terror y las
acciones militares de los EE.UU. desde la segunda guerra mundial es de
8.000.000 de personas. Repito, 8.000.000 de personas. Este número no
incluye a los heridos, los prisioneros, los desplazados, los refugiados,
etc. Martín Luther King Jr. dijo en 1967, durante la guerra de Vietnam,
"Mi gobierno es el líder mundial de la violencia". Shocked and
horrifying.

Nada de lo que he escrito tiene un significado despectivo o una falta de
respeto para quienes han sufrido la muerte o la pérdida de un ser amado
durante los eventos de esta semana. Ello no significa "justificar" la
acción de quienes han bombardeado las Twin Towers o el Pentágono. Sólo
intento poner todo en su debido contexto. Si nosotros pensamos que las
acciones fueron hechas por "madmens" (locos), estos "madmen" han sido
capaces de mantener un secreto por dos años o más entre unas 100
personas mientras se entrenaban para ejecutar un plan complejo. Sin
embargo, no parecen ser actos de locos, sino actos de "fanatics"
quienes, dependiendo de quienes son ellos realmente, podrían tener
motivos de reales pero cuyas acciones serán siempre ilegítimas.

Osama Bin Laden ha sido acusado por los medios y por el gobierno de ser
el cerebro del bombardeo del martes. Lo rápido de las conclusiones dadas
por el gobierno al pueblo norteamericano, nos hace pensar en que no
deberían todavía ser aceptadas como un hecho. Si realmente Bin Laden es
el cerebro de esta acción, él es el responsable de la muerte de unas
10.000 personas, un crimen horrible y estremecedor. Ed Herman en su
libro "The real Terror Network: Terrorism in Fact and Propaganda" no
justifica ningún terrorismo pero puntualiza que con frecuencia los
estados magnifican el terror, mientras que aquellos a quienes el
gobierno define como "terroristas" son los terroristas en pequeña
escala. Mientras el resultado es cualitativamente el mismo para las
víctimas individuales del terrorismo, hay una clara diferencia
cuantitativa. Y como Herman y otros puntualizan, las semillas y las
raíces de una gran parte del terror en pequeña escala encuentran su
fundamento en el terror en gran escala producido por los estados.
Nuevamente, esto no justifica, de ningún modo, lo sucedido el ultimo
martes, pero lo coloca en un contexto y sugiere una explicación.

Quizás lo más estremecedor y horrible, si resulta cierto que Bin Laden
es el cerebro de lo sucedido el martes; es que ha habido una clara y
significativa participación en el entrenamiento, logística, armamento,
entrenamiento militar, etc. por parte de personal militar experto y
competente. Y efectivamente él la tiene. Durante los 80 él fue
reclutado, entrenado y financiado por la CIA en Afganistán para luchar
contra los rusos. Mientras él volcaba su terror sobre lo rusos y sus
enemigos en Afganistán, él era "nuestro hombre" en ese país.

Lo mismo pasó con Saddam Hussein en Irak, quien fue financiado por la
CIA en Irak durante los 80. Hussein podía matar con gas a su propio
pueblo (kurdos) e invadir a sus vecinos (Irán), como en efecto lo hizo,
mientras lo hiciera con la aprobación de EE.UU.

Una situación similar acaeció con Manuel Noriega en Panamá, quien fue
socio de la CIA en la época de George H. Bush en los 80. Mientras
Noriega ejecutaba crímenes para Bush padre, no era un traficante de
drogas (en realidad lo era y los EE.UU. y Bush lo sabían desde antes de
1989), se volvió traficante sólo cuando Noriega no quiso cooperar con
los "contras" financiados por EE.UU. contra el gobierno de Nicaragua.
Esta información no es ni controversial ni desconocida por la elite
política y por los hacedores de opinión de los medios de información. E
insisto, lo dicho no es para justificar ninguna de las acciones del
ultimo martes, sino para ubicarlo en su horrendo contexto.

Cuanto más horrible parezcan los eventos del martes, ellos servirán para
justificar acciones del gobierno de los EE.UU. aún más horribles que
sumarían un número importante a la cifra significativa de 8.000.000 dada
más arriba. Esta respuesta podría ser cualitativa y cuantitativamente
peor que los eventos del último martes. El titular el New York Times del
14/09/01 decía, "Bush and Top Aides Proclaim Policy of Ending States
that Back Terror" como si esa fuese una opción racional, medida o aún
sana. Los estados que han sido identificados para su posible eliminación
son " un cierto número de países asiáticos y africanos, como Afganistán,
Irak, Sudan y posiblemente Paquistán". Esto es más que horrible y
estremecedor, es potencialmente suicida, homicida y más insano aún que
los mismos secuestros.

También cuantitativamente estas acciones son peores que los bombardeos
originales si uno acepta la premisa predominante de que ellos fueron la
obra de "locos", "fanáticos religiosos", o de un "grupo terrorista". Si
fuese así, ellos estarían actuando solos o en pequeños grupos. Las
acciones de los EE.UU. podrían ser una continuación de la política
homicida de la elite dominante de los últimos 50 años que involucra a
ambos partidos gobernantes.

El terror en pequeña escala es el producto de desesperados y a veces
pequeños grupos de fanáticos o individuos quienes a menudo tienen
legítimos motivos, pero se involucran en actividades individuales
criminales e ilegítimas. El terror en gran escala es el producto de
hombres "racionales" y educados para los cuales la pena, el sufrimiento
y las muertes de millones de personas son contempladas, planificadas, y
demasiado frecuentemente, ejecutadas, con el propósito lejano de un
concepto nunca definido y denominado "interés nacional". Razones de
espacio no permiten una explicación más extensa del concepto de la
elites Orwellianas ("La revolución de la granja", George Orwell) de
"interés nacional", pero puede sintetizarse como la protección y
expansión de la hegemonía de un territorio imperial.

El pueblo americano está siendo preparado para la guerra, alimentado con
una serie continua de horribles y conmovedoras imágenes de los eventos
del martes y sinceras historias de los sobrevivientes y de los seres que
han perdido a algún miembro querido de su familia. Estas historias son
reales y no deben ser menospreciadas. En efecto, aquellos que han
perdido miembros de su familia pueden ser considerados una muestra
representativa de los humanos que han perdido los 8.000.000 de
familiares que señalamos previamente. Si multiplicamos por 800 o 1000
veces la pena, angustia y enojo sentido por el pueblo norteamericano,
podríamos entender lo que siente el resto del mundo que es
permanentemente victimizado.

Algunas imágenes son particularmente conmovedoras, nos cuentan historias
que parten el corazón y que se refieren a familiares mostrando las fotos
de los seres queridos que no logran encontrar. Estas imágenes son
prácticamente las mismas de "las madres de los desaparecidos" que buscan
a sus hijos en lugares como Argentina, donde más de 11.000 fueron
"desaparecidos" entre 1976 y 1982, nuevamente con la aprobación de los
EE.UU. Así como las madres de Argentina merecen nuestro respeto y
compasión, lo mismo sentimos por quienes ahora buscan a sus familiares.
Sin embargo no debemos dejarnos manipular por los medios y por el
gobierno de los EE.UU. que tratan de transformar nuestro dolor en una
política nacional de terror en gran escala y genocidio de civiles
inocentes en Asia y Africa. Lo que hemos visto que en términos militares
de denomina "softening the target". El blanco inmediato es el pueblo
norteamericano que esta siendo ideológica y emocionalmente preparado
para que la carnicería comience pronto.

Ninguno de los países señalados anteriormente son democracias, lo cual
significa que los pueblo de dichos países no tiene prácticamente ningún
impacto sobre las políticas de sus gobiernos, aún si suponemos que esos
gobiernos fueron cómplices de las acciones del martes pasado. Cuando se
examina la historia reciente de esos países, se encuentra que el
gobierno norteamericano ha tenido una participación directa o indirecta
en los procesos que llevaron a la instalación de sus gobiernos. Esto es
particularmente cierto en el caso del gobierno Talibán de Afganistán.

El área metropolitana de Nueva York tiene una población del orden de
21.000.000 de personas, cerca del 8% de la población de los EE.UU. Casi
todo el mundo en Norteamérica conoce a alguien que murió, fue herido o
traumatizado por los sucesos del martes. I know that I do. Mucha gente
clama por "revancha" o "venganza" y comentarios como "matémoslos a
todos" han circulado por la televisión, la radio y el correo
electrónico. Otros comentarios algo más sensatos claman por "justicia".
Esto comentarios son sólo potencialmente más sensatos puesto que el
término puede ser definido de la misma manera que lo hacen Bush y Colin
Powell. Powell es un participante de la guerra de Vietnam, del
terrorismo contra Nicaragua, y de la guerra del Golfo, que no se
arrepiente de nada, y que en cada situación ocupó responsabilidades
crecientes en dichas políticas para su planificación y ejecución.

Los afectados, todos nosotros, debemos hacer todo lo posible para
prevenir una guerra más grande y mayores atrocidades, hacer todo lo que
esté a nuestro alcance para frenar el genocidio si se lo inicia, y
señalar a quienes sean los potenciales criminales de guerra durante y
después de ésta. Si hay una gran guerra en el 2001 y no resulta
catastrófica (lo que podría efectivamente suceder), los crímenes de
dicha guerra caerán sobre los EE.UU. en la próxima generación. Esto no
es una profecía religiosa ni una amenaza, es simplemente una conclusión
del análisis político. Si es cierto que fue Bin Laden, el mundo no debe
solo tratarlo como un criminal individual, sino eliminar las condiciones
que crean injusticias y crímenes de guerra que inevitablemente generaran
mas de estos tipos de ataques en el futuro. La frase "sin justicia no
hay paz" es mucho más que un slogan, es un hecho históricamente
observable. Ha llegado el momento de para el horror.

Larry Mosqueda teachs at The Evergreen State College in Olympia,
Washington.


Néstor Miguel Gorojovsky
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