7 Saludos, Santiago y compañía. Las alegaciones sobre la necesidad de fijeza en las lenguas, cuando no son una simple tapadera del autoritarismo y el fascismo, cuando van en serio y de buena fe, tienen una contestación muy fácil. Tan fácil que me aburre darla. Pero, en fin, aquí va. Las lenguas reales habladas cambian continuamente y la comunicación entre sus hablantes, sin embargo, nunca se interrumpe. Y contra hechos no valen argumentos. En las auxilenguas la situación es un poco diferente, pero siempre hay un estándar de partida. Además, ese estándar suele ser más formal y preciso que el de las lenguas auxiliares. Tampoco las auxilenguas se "disuelven" por incomprensión mutua entre sus hablantes. Mientras quieren comunicarse lo hacen, y con más facilidad en general que usando lenguas étnicas. También aquí la refutación de la presunta disolución es muy fácil, porque de nuevo contra hechos no valen argumentos. El hecho es que las auxilenguas han tenido y tienen una inflación de académicos, policías lingüísticos, etcétera. No ha faltado aquello por lo que clama Santiago, no. Como sabéis, esos personajes autonombrados, no sometidos al control democrático de los votos ni al control científico de la comprobación experimental, me huelen a cuerno quemado. Aparte de mi actitud personal contra ellos, el caso es que esos personajes han creado división, fanatismo, hostilidad y una penosa imagen del movimiento auxilingüístico entre el público en general. Sencillamente, quien propone reformas en el tino las practica. Y si son razonables (cosa cuyo reconocimiento puede tardar) acabarán saliendo adelante. Parodiando la frase de Santiago: que hubiera problemas en el tino para hacer reformas sería preocupante. Sería caer en la dictadura fosilizada del esperanto. Los esperantistas han tenido más de cien años para comprobar el fracaso del acusativo y de los signos diacríticos en su lengua. No diré que los tinistas seamos unos linces de la interlingüística, pero tan obtusos como los esperantistas desde luego que no lo somos. El problema real es el contrario: el respeto envarante hacia el fundador. Por mucho que se insista en el carácter abierto, en que no se hizo a la gente para el tino, sino al tino para la gente, etcétera, no faltan en el tino las actitudes de acatamiento canino a los "fundadores" de esta auxilengua. Es evidente, por ejemplo, el respeto (excesivo) que se me tiene en esto, al ser yo claramente uno de los principales "ideólogos" o "teóricos" del fasilinguo en su primera etapa. Bueno, al final la cosa no es tan grave, porque la gente no es tonta del bote, y cuando ve que de verdad hay un movimiento lingüístico destinado a facilitar las necesidades comunicativas (en vez de a mirarse el ombligo), pues lo aprovecha y cambia lo que haya que cambiar. De Alexandre Xavier Casanova Domingo.
----- Original Message ----- Hola Alexandre: He leído muchas veces que haces comentarios de que las lenguas son algo vivo que no se puede encorsetar, que hay una élite que pretende decir como se debe hablar, pero que eso no es posible porque la lengua es de los hablantes. Y comentarios en esta línea. Sinceramente, no estoy de acuerdo. Una lengua antes que un patrimonio de los hablantes es un código de comunicación, y como tal, lo fundamental es que las partes usen el mismo código, es decir que haya un código común. No puedo decir "aad cumij masete" y decir que es mi forma de decir "buenos días" español. Lo mismo se puede decir para cualquier lengua artificial. ¿Los hablantes puede alterar este código común? Si, pero no. Un hablante o grupo de hablantes puede introducir una pequeña modificación, mientras la comunicación no se haga incomprensible para el resto, si esa pequeña modificación se extiende y la adoptan una mayoría de hablantes puede convertirse en parte del código común. Sucesivas modificaciones crean la evolución. Pero no puede ignorarse al resto de los hablantes y persistir en las modificaciones, el resultado de esto serían dos lenguas distintas. En el caso las lenguas artificiales ser 'abierta' no lo considero una virtud. El problema en este caso es que siquiera hay un código común. Si la teoría de que cada uno puede hablar como le de la gana en las lenguas naturales me parece poco aceptable, opino que en las lenguas auxiliares aún menos, cuyo objetivo pricipal, por encima de intereses culturales o artísticos, es ser un código de comunicación común. Si el tino se extendiera lo bastante habría problemas para reformarlo. Si hay 100.000 hablantes y 100 opinan que se debe reformar algo y el resto no lo aceptan ¿que harán? ¿aplicar su reforma a todo lo que escriban y hablen, a pesar de los pesares y de lo que digan los demás, y terminar siendo otra lengua? Que no hubiera problemas para hacer reformas sería preocupante. Saludos Santiago A. [Se han eliminado los trozos de este mensaje que no contenían texto] -------------------------------------------------------------------- IdeoLengua - Lista de Lingüistica e Idiomas Artificiales Suscríbase en [EMAIL PROTECTED] Informacion en http://ideolengua.cjb.net Su uso de Yahoo! Grupos está sujeto a las http://e1.docs.yahoo.com/info/utos.html