Saludos, Pablo.
    La aversión de Kelahäth, de Castelao y de muchos otros nacionalistas a
las lenguas auxiliares no es ninguna casualidad, claro.
    En el tino se admite a los nacionalistas, dada su neutralidad real (y no
de boquilla). Pero lo que no vale es deformar los hechos.
    Por ejemplo, Kelahäth los deforma cuando dice: "No hay ninguna
contradicción en defender las lenguas naturales y no tomarse en serio las
lenguas auxiliares. Más bien al contrario... La diferencia que hay entre las
unas y las otras no hace falta ni que sea comentada. Todos la conocemos. Yo
tengo muy claro cuál de los dos tipos de lenguas prefiero.". Pues no existe
tal diferencia radical. Toda lengua es un hecho construido, nunca natural, y
también las lenguas planificadas parten de un contexto étnico y ancestral
sin el cual no pueden surgir ni desarrollarse.
    Kelahäth se toma muy en serio una lengua auxiliar que usa
frecuentemente, el inglés. Y no usa su amado catalán como lengua auxiliar
internacional, salvo para casos restringidos como la comunicación con
(algunos) alguereses.
    En fin, los cacaos mentales de los nacionalistas son conocidos. Allá
ellos. Aquí voy a otro punto más práctico: la eficacia de las lenguas
planificadas.
    Precisamente este punto es lo que más nos distingue a los tinistas de
los practicantes de las lenguas auxiliares anteriores.
    Por ejemplo: a un esperantista, un idista, un volapuquista, etcétera,
les preguntas "Pero, habiendo ya una lengua auxiliar internacional, el
inglés, ¿para qué
empeñarse en hacer la "lengua auxiliar definitiva"?" y te responden que sus
respectivas lenguas son magníficas, fraternales, neutrales, protectoras de
las culturas, etcétera. Los tinistas no nos metemos en los ideales de esos
"competidores", porque somos neutrales axiológicamente, pero sí señalamos
que de fraternidad, poco, pues son públicos el odio y el encono que los
esperantistas mantienen entre sí o con los idistas, por ejemplo. Diré como
inciso que los tinistas no somos competidores sin comillas de los
esperantistas o los idistas, porque buscamos la cooperación y la unificación
de todas las lenguas planificadas auxiliares.
    Nuestra respuesta a esa pregunta tuya es bien diferente, Pablo.
    Para empezar, el tino no aspira a ser la lengua auxiliar definitiva,
sino un instrumento de comunicación internacional más eficaz que los
actuales. También el correo electrónico es, en general, más eficaz que la
escritura de cartas a mano, pero no es lo definitivo.
    Al fondo ahora: esta lengua auxiliar internacional que es el inglés,
resulta seriamente disfuncional. Excluye a la gran mayoría de quienes desean
hablarlo activamente, por su gran dificultad. No habría, según los conceptos
tinistas, ningún problema en usar el inglés y olvidarse del tino si el
inglés fuera una lengua facilísima de aprender. Pero no es así. Que en tu
círculo no necesitas nada más es cosa obvia, así que el tino no es para ti.
Pero como, además, pones a las lenguas planificadas auxiliares al mismo
nivel de inutilidad objetiva que el quenya o el clingon, conviene recordarte
que no se deben deformar los hechos.
    Las lenguas ficcionales son escasamente comunicativas. Se pueden usar
para comunicarse, pero con dificultades iguales o mayores que las de las
lenguas étnicas.
    En cambio, las lenguas auxiliares, todas ellas, son bastante más fáciles
de aprender y de usar que las lenguas étnicas, razón por la cual las pocas
que entre ellas han sobrepasado una masa crítica de interesados les sirven a
esos interesados como lenguas de comunicación internacional. El ejemplo
típico es el esperanto, pero el caso se da también con el ido y la
interlingua.
    En cuanto al esperanto, su número real de usuarios, sin la típica
exageración esperantista, está probablemente equiparado al número real de
usuarios del vizcaíno, una lengua vascuence. Hay cientos y miles de lenguas
étnicas con menos usuarios que el esperanto. El número de hablantes
propiamente dichos del esperanto es de unos siete mil. Somos, pues,
poquitos, pero nuestra "tribu" se entiende oralmente tan bien como la tribu
de los ainos cuando habla en aino. No puedes poner al aino ni al esperanto
al mismo nivel de utilidad comunicativa que al clingon. El aino y el
esperanto, hoy, tienen una eficacia comunicativa oral bastante parecida, lo
que habla claramente sobre el fracaso histórico del esperanto y sobre el
declive acentuado del aino.
    En el tino tenemos otro proceso. Reconocemos el peso del inglés, y de
otras pocas lenguas étnicas, como lengua auxiliar internacional. Y
reconocemos las buenas razones que los usuarios tienen para utilizar el
inglés. De modo que, en vez de abolirlo o reemplazarlo, lo mejoramos. El
tino es (en nuestra opinión) un inglés (y francés, castellano, etcétera)
radicalmente mejorado y facilitado de modo que cualquier indocumentado pueda
aprenderlo enseguida. Podemos llamarlo "el inglés de los pobres".
    Lo que hay que hacer no es dejar de lado el inglés, es reformarlo de
modo que sea accesible a todos.
    Considera las cosas con cierto realismo. Hay millones de personas que no
tienen tu capacidad ni tus medios para aprender idiomas. ¿Pueden aprender
bien el inglés? Honestamente, reconocerás que no. Pues para ellos conviene
desarrollar un inglés muy simplificado pero completo, un inglés muy fácil de
usar activamente en el diálogo (y no sólo para comprender pasivamente textos
escritos). Eso es o pretende ser el tino.
    Puedes criticar esta concepción. Pero te pido, por ética lingüística,
que tus críticas sean objetivas y no meras racionalizaciones de tu evidente
desagrado estético ante las lenguas planificadas y de tu nula necesidad
personal de usarlas.
    De Alexandre Xavier Casanova Domingo.

----- Original Message -----
From: "Pablo Batalla Cueto" <[EMAIL PROTECTED]>
To: <[EMAIL PROTECTED]>
Sent: Saturday, August 10, 2002 1:02 PM
Subject: Re: [ideoL] Toquem de peus a terra, si us plau


Pero, habiendo ya una lengua auxiliar internacional, el inglés, ¿para qué
empeñarse en hacer la "lengua auxiliar definitiva"? El inglés es una lengua
imperialista, no lo dudo. Y me atrevería a decir que es la causante de la
desaparición de muchas otras lenguas. Es una lengua infame. Pero es LA
lengua auxiliar internacional, y por mi parte desborda mis necesidades de
comunicación con gentes de distinta lengua.

    Pues eso, ¿para qué empeñarse en hacer la "lengua auxiliar definitiva"?
Eh, que yo considero total y absolutamente legítimo que tú, Alexandre, y
todos los auxilingüistas, utilicen su tiempo en crear esas lenguas
auxiliares, que a mí ni me gustan ni las necesito, pero que son tan válidas
como el quenya, el klingon, o nuestras "conlangs", "artlangs" o como se las
quiera llamar.



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